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MINERVA POR FRANCISCO RODRIGUEZ PEREZ

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Minerva

 

Por Francisco Rodríguez Pérez

 

He tenido el honor de mantener una comunicación constante con ella. Varias veces ha comentado mis textos, especialmente comprometidos con la perspectiva de equidad y género, con el impulso a la mujer. Ella es ejemplo del avance femenino en el quehacer público. Ella –Minerva Castillo Rodríguez– es la nueva Directora de Administración del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Precedida por una exitosa carrera en puestos de elección popular, coronada por una diputación federal que acaba de concluir, Minerva ha sido nombrada en su nuevo puesto por nuestro mutuo y querido amigo José Reyes Baeza Terrazas, ex gobernador de Chihuahua, quien recientemente ha asumido la titularidad del ISSSTE.

La semana próxima pasada, la Junta Directiva de la institución aprobó los nombramientos de nuevos funcionarios. En la Secretaría General entró Juan Manuel Verdugo Rosas; en la Pro-Secretaría de la Junta Directiva, María Guadalupe Chacón Monárrez; en la Dirección Jurídica, Héctor Navarro Vargas.

En un comunicado, el instituto también dio cuenta de las designaciones de Rubén Noé Rodríguez González en la Dirección de Finanzas; Mario Alberto Calderón Rodríguez en la Dirección de Tecnología y Estrategia Digital; Susana Rodríguez Cervantes, en la Dirección de Comunicación Social; Ricardo Luis Antonio Godina Herrera es el nuevo Vocal Ejecutivo del FOVISSSTE, y Héctor Valles Alveláis director del Sistema de Agencias Turísticas.

En el marco de esos nombramientos, con mis parabienes para nuestros coterráneos, quiero destacar la llegada de Minerva a la Dirección de Administración.

Llega, por cierto, a una institución que no le resulta ajena, puesto que allá en sus primeros años de trayectoria, se desempeñó como Contralora estatal del ISSSTE en Chihuahua, luego de haber sido Analista de Organización y Subjefa de Egresos de la Oficialía Mayor en Chihuahua capital.

Entre otros puestos, Minerva ha sido, sucesivamente, Subdirectora de Contraloría Administrativa, de Administración, y de Recursos Humanos, antes de asumir la Gerencia administrativa del Consejo de Urbanización de Chihuahua y, después, la Dirección Ejecutiva del Instituto Municipal de Pensiones de Chihuahua.

Tras desempeñarse en la diputación local (2004-2007), se encargó de la Secretaria de Servicios Administrativos del Congreso del Estado de Chihuahua.

Luego triunfó como Síndica del Municipio de Chihuahua  y Presidió la Asociación Estatal, para después ganar la diputación federal.

En una entrevista para Sólo Buenas Noticias, de la periodista Emma Armida de la O Rodríguez, Minerva sostuvo que de los retos que ha tenido en su vida profesional y personal, el que más la ha marcado es el poder equilibrar su vida familiar y la política.

“Yo creo que el mayor reto para cualquier ser humano es  el poder  complementar la vida personal  con lo que es el ejercicio de la  profesión y eso te exige organizarte de tal manera  que puedas  manejar prioridades  y dar calidad en  la atención a tu familia y al mismo tiempo cumplir con  las responsabilidades que tienes en el trabajo”, una respuesta que habla de una gran mujer comprometida con la función pública y el entorno familiar.

A propósito, Minerva sostiene que en las ocasiones difíciles de su carrera política siempre ha sentido el apoyo de toda la familia por lo cual se siente muy afortunada.

Y qué bueno que en la visión de Minerva la familia ocupe un lugar preponderante: “mi esposo y yo estamos  disfrutando increíblemente de los nietos,  y consintiéndolos,  mi hijo Luis Manuel y mi nuera Nancy se están encargando, y muy bien, de educarlos”.

Efectivamente, Minerva Castillo ha sabido compaginar de forma balanceada las exigencias de una familia unida y los compromisos de una vida pública, al ponerse al servicio de la comunidad chihuahuense y del país.

Reyes Baeza: calidad y humanismo

Minerva se integra, así, a una institución con vocación de servicio que ahora, bajo el mando de José Reyes Baeza Terrazas, ha tenido la tarea de servir con calidad y humanismo, como les dijo el Director General el 1 de octubre, “Día del Trabajador del ISSSTE”, donde les pidió honrar los principios que le dieron vida a la institución.

En ese evento, Baeza entregó reconocimientos simbólicos por 15 y hasta 55 años de servicio en el ISSSTE y donde destacó que la institución atiende a uno de cada diez mexicanos.

Por ello, dijo Baeza, “es imperativo que hagamos nuestro mejor esfuerzo por servir con calidad y humanismo, honrando los principios que le dieron vida a esta institución”.

El evento, realizado en el “Salón Campo Marte” del Campo Militar No. 1, se dio en el marco del 55 aniversario del organismo, donde laboran más de 100 mil mujeres y hombres, quienes diariamente atienden a los servidores públicos del Estado mexicano.

Durante la ceremonia, Reyes Baeza destacó la importancia del respaldo a los derechos laborales que impulsa el SNTISSSTE en favor de los trabajadores, así como el fomento a la equidad de género presente en esta organización, como lo indica la paridad en el número de sus secretarios seccionales, de los cuales 24 de los 48 son mujeres.

Recordó que en sus inicios, el ISSSTE atendía a 479 mil familias y ahora a 12.8 millones de trabajadores. El reto y el compromiso es preparar a las nuevas generaciones para que se incorporen al Instituto con capacidad técnica, pero sobre todo con mística de servicio, porque el verdadero rostro de la institución son los trabajadores.

Reyes Baeza asumió el compromiso de responsabilidad y eficacia desde su reciente toma de posesión del cargo, a finales de agosto cuando, en atención a las instrucciones del C. Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, le dio posesión como nuevo Director General, en presencia de la Secretaria de Salud, Mercedes Juan López, así como de integrantes de la Junta Directiva, máximo órgano de gobierno del ISSSTE.

Entonces, el titular de la SEGOB dijo que con una vasta experiencia, Reyes Baeza, quien ha sido gobernador, legislador y Vocal Ejecutivo del FOVISSSTE, “asume la responsabilidad que el Presidente de la República le haconferido para lograr los grandes objetivos del ISSSTE, dentro de la transformación que el titular del Ejecutivo Federal ha llevado a cabo durante los últimos tres años”.

Al asumir su nueva responsabilidad, Reyes Baeza refrendó su compromiso para actuar con eficacia, prontitud, responsabilidad, entrega y lealtad para cumplir con las causas trazadas en el Plan Nacional de Desarrollo en cuanto a la política de seguridad social, e indicó que al frente de la Junta Directiva del organismo impulsará el diálogo abierto y permanente con las representaciones sindicales, en la toma de decisiones.

Además, señaló que en el ISSSTE “seguiremos consolidando la mejora de procesos con la meta ineludible de elevar la calidad, calidez, cobertura, y capacidad resolutiva de los 21 seguros, prestaciones y servicios previstos en la Ley para más de 12.8 millones de derechohabientes a los que nos debemos”.

Y apuntó que “juntos, sindicatos y áreas administrativas gestionaremos un Instituto que tenga siempre en el centro de la intención y de la acción a los trabajadores y sus familias; un organismo que es y seguirá siendo de su derechohabiencia”.

Así que Minerva Castillo embonará perfectamente en esa línea de trabajo, desde la Dirección de Administración del ISSSTE, bajo la Dirección General del ex Gobernador José Reyes Baeza. Enhorabuena para ambos, así como para los coterráneos que se han integrado al ISSSTE.

Ahora pienso que sus padres no se equivocaron cuando le eligieron nombre  a esta integrante de la familia Castillo Rodríguez.

Minerva es una de las diosas más populares y destacadas de la Mitología Romana. Minerva es la Diosa de la sabiduría, las artes y las técnicas de la guerra, además de protectora de Roma, Capital del Imperio, y Patrona de los artesanos. Minerva es “la Principal entre todos los dioses gloriosos”, según el Himno Homérico. “La Divina Madre Minerva la Diosa de la Sabiduría y de la Justicia, es la más Poderosa de todos los Dioses y de todas las Diosas. Lo que Ella decide es la Voluntad del Padre Celestial Zeus-Júpiter, y siempre se cumple”.

Es un gusto para mí tener la oportunidad de felicitarla por su nueva encomienda y por su trayectoria, basada en una sólida preparación académica en Contaduría y en Administración y una exitosa carrera política y partidista, comprometida con el nacionalismo revolucionario, la democracia y la JUSTICIA SOCIAL, que han creado instituciones tan nobles como el ISSSTE. ¡Felicidades! ¡Hasta siempre!

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La corona que derribó al fiscal. Por Caleb Ordóñez T.

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Alejandro Gertz Manero no se fue por un solo escándalo. Su salida de la Fiscalía General es el cierre natural —y casi inevitable— de una historia acumulada durante décadas: un expediente no judicial, sino político, construido a fuerza de polémicas, enojos y decisiones que siempre parecían estar un milímetro antes (o después) del momento correcto. Una vida pública larga, tensa y llena de episodios que México nunca logró procesar del todo y que terminaron de golpe cuando la luz inesperada lo alumbró demasiado.

Para entender su renuncia, hay que regresar al principio. A 2001. A Puente Grande. A Joaquín “El Chapo” Guzmán desapareciendo como si el penal fuera un teatro mal montado. A un gabinete recién estrenado y a un secretario de Seguridad Pública —Gertz— que quedó tocado desde ese instante, aun cuando defendió hasta el cansancio que los penales no estaban bajo su control directo. Tenía razón en la letra, pero la política no se escribe con artículos constitucionales; se escribe con percepciones. Y la percepción quedó marcada: primera fuga, primer señalamiento.

Luego vendría “el caso familiar”, quizá el capítulo más corrosivo de su trayectoria. La denuncia por homicidio en contra de su excuñada Laura Morán y de su sobrina política, Alejandra Cuevas, terminó por convertirse en un espejo que devolvía una imagen poco favorecedora del fiscal. La figura jurídica de “garante accesoria”, que nadie encontraba en ningún código, la prisión de Cuevas, la reapertura del expediente cuando él ya era fiscal, y después los audios filtrados donde se quejaba del proyecto de sentencia de la Suprema Cort Ese episodio enterró la narrativa de imparcialidad y lo colocó en el centro del debate sobre el uso personal de la justicia. No su mejor capítulo.

Y sin embargo, tampoco ahí cayó.

Su paso por la FGR tuvo escenas memorables —algunas para bien, otras para museo del absurdo. Anunció con firmeza una cruzada contra la impunidad heredada: Odebrecht, Estafa Maestra, Pemex, la élite política del sexenio pasado. Era un fiscal que llegaba con autoridad intelectual: décadas de docencia, formación sólida en derecho penal, experiencia en seguridad y una convicción genuina de que el Ministerio Público tenía que recuperar su dignidad institucional. Ese punto —el positivo— hay que concedérselo: Gertz siempre habló de la Fiscalía como una institución que debía fortalecerse y, al menos en discurso, entendía la necesidad de autonomía y rigor técnico.

Pero entre lo que se quiere y lo que se logra suele haber un océano.

El caso Lozoya terminó convertido en una tragicomedia: el testigo estrella que prometía derribar a medio gabinete peñista terminó fotografiado en un restaurante, con un guion de colaboración que se desmoronó y un expediente repleto de promesas incumplidas. El famoso cheque de 2,000 millones de pesos, presentado en Palacio Nacional como “reparación del daño”, resultó más simbólico que real. Y mientras tanto, Rosario Robles vivió en prisión preventiva prolongada, exhibiendo el rostro más duro de la Fiscalía, mientras Lozoya parecía disfrutarse el fuero moral de la cooperación.

Su sello más polémico fue la justicia diferenciada. La exoneración exprés del general Salvador Cienfuegos tensó la relación con Estados Unidos; el intento de procesar a 31 científicos del Conacyt por delincuencia organizada levantó incluso carcajadas en los tribunales; los expedientes contra gobernadores y candidatos en temporada electoral alimentaron la narrativa de que la FGR olía más a estrategia que a proceso penal.

Y después llegó la guerra interna. El pleito con Julio Scherer, la batalla por el control de ciertos expedientes, las acusaciones cruzadas de extorsiones, venganzas y “operaciones sucias” mostraron una Fiscalía atrapada en el mismo laberinto político que juró superar.

Con todo, había una cualidad que incluso sus críticos reconocen: Gertz era persistente. Y conocía el aparato penal como pocos. Tenía método, obsesión por el detalle y una idea fija de orden institucional. No siempre funcionó, no siempre fue justa ni eficiente, pero era innegable que se trataba de un hombre que llevaba décadas pensando —de verdad pensando— en el sistema penal mexicano.

¿Entonces por qué renunció?

Porque la política no solo se derrumba por grandes actos de corrupción o colapsos institucionales. A veces cae por la presión inesperada del lugar menos imaginado. En este caso, una corona.

Todo estalló cuando México celebraba con júbilo el triunfo de Fátima Bosch como Miss Universo. Una mexicana ganando el certamen después de tantos años era un regalo para la narrativa nacional: orgullo, identidad, representación, el país hablando de algo luminoso por primera vez en semanas. Pero justo ahí, en plena celebración, comenzaron a circular los expedientes —sellados y empolvados en la FGR— relacionados con Raúl Rocha, presidente de la franquicia Miss Universo y vinculado en investigaciones mediáticas con presuntos contratos irregulares con Pemex.

La pregunta no era si existía una investigación. La pregunta era: ¿por qué se filtró justo ahora?

La respuesta implícita fue unánime: porque la FGR había perdido control interno. Porque intereses cruzados querían lastimar a la 4T. Porque la filtración no solo embarraba a un empresario, sino también a Bosch, la nueva joya mediática del país. Porque el triunfo, tan necesario en una nación saturada de malas noticias, se convirtió en combustible político en cuestión de horas. Porque México estaba celebrando una coronación, y alguien sacó un expediente que olía a guerra interna.

Eso, en Palacio Nacional, fue dinamita.

No se podía permitir que una victoria global, limpia y emocional, se convirtiera en pleito burocrático. Mucho menos cuando la Presidencia buscaba proyectar una nueva etapa institucional y evitar conflictos con la industria cultural y de entretenimiento que ya estaba devolviendo atención internacional al país. Gertz había sobrevivido a todo: a expedientes fallidos, a presiones, a audios filtrados, a críticas internacionales. Pero tocar un símbolo recién coronado fue otra cosa. Transformó un problema jurídico en un problema político. Y en México, los problemas políticos se resuelven de una sola forma: pidiendo renuncias.

El 27 de noviembre de 2025, presentó la suya.

Salió con un extraño nombramiento diplomático y un comunicado sin dramatismos, pero cargado de silencios. Fue la despedida de un fiscal que quiso ser reformador, que terminó siendo símbolo de poder concentrado y que cayó no por un caso penal, sino por una coronación que puso demasiados reflectores sobre sus polémicas.

Y así, la corona de Fátima Bosch terminó abollando algo más que el ego de los críticos: terminó abollando, también, el trono del fiscal más poderoso del México reciente.

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