Apenas hace una década, había grandes esperanzas en Silicon Valley de que se convirtiera en un vibrante centro de manufacturas al fabricar paneles solares. Sin embargo, la competición en el precio en ultramar, en particular en China, rápidamente arruinó esos sueños.
Y así los fundadores de Nanosolar, una gran empresa emergente para la que recaudaron alrededor de 500 millones de dólares en sus primeros seis años, empezó a explorar formas de construir en las que aplicaría su pericia a nuevas tecnologías.
Un grupo de ingenieros y científicos, coordinados por R. Martin Roscheisen, un fundador de Nanosolar, anunciaron recientemente que habían desarrollado un enfoque avanzado para hacer diamantes utilizando tecnología derivada en parte de hacer microchips y celdas solares, que usará una compañía nueva.
Los primeros diamantes sintéticos aparecieron a principios de los 1950 y la comercialización de la manufactura de diamantes ha crecido al grado en el que por lo menos 10 compañías hacen ahora diamantes comerciales o industriales.
Sin embargo, la nueva empresa, Diamond Foundry, dice que ha tenido avances, que ya patentó, que harán que sea posible fabricar diamantes de alta calidad con mayor rapidez y mayor rentabilidad que con las tecnologías existentes.
Su nuevo enfoque posibilita “cultivar” diamantes a un costo que estará a la par del de las mejores gemas que se producen naturalmente, según los fundadores de la compañía. Su objetivo es crear un nuevo sitio web para la distribución que compita con las joyerías existentes, lo cual podría reducir los sobreprecios y, por tanto, ser más atractivos para los diseñadores de alhajas.
Diamond Foundry, con sede en San Carlos, California, tiene una lista notable de patrocinadores financieros, incluido Mark Pincus, el fundador de Zynga; Evan Williams, uno de los fundadores de Twitter; Andreas Bechtolsheim, un fundador de Sun Microsystems e inversionista fundador de Google, y Andrew McCollum, un fundador de Facebook.
Otro de los patrocinadores es el actor Leonardo DiCaprio, quien se acercó a Diamond Foundry porque le inquietaban algunos problemas éticos relacionados con la minería convencional de diamantes, incluidos los ambientales. Diamond Foundry comprará créditos de energía solar para reducir a cero su huella de carbono, dijo Roscheisen, a fin de ayudar a sustentar su dicho de que ofrecerá una alternativa “sustentable” a los diamantes sacados de las minas.
Roscheisen era estudiante de licenciatura en la Universidad de Stanford en la misma generación que los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page. Ambos invirtieron en Nanosolar, su empresa de energía solar, que empezó a producir paneles solares tan delgados como una película en el 2007. Para febrero del 2013, con la dificultad de la competición china por el bajo costo, Nanosolar había despedido a 75 por ciento de su fuerza de trabajo.
Diamond Foundry no es la primera compañía que trata de usar la técnica, conocida como deposición química de vapor, para hacer diamantes depositando capas de átomos de carbono en un campo de plasma de alta energía.
Según Roscheisen, el nuevo proceso hará que sea posible manufacturar grandes cantidades de diamantes Tipo IIa, un material blanco, puro, que representa de uno a dos por ciento de todos los diamantes naturales. Otros manufactureros también hacen gemas de calidad IIa, pero el equipo de Diamond Foundry dice que ha desarrollado un proceso que será más efectivo para “el cultivo” del material para los diamantes, capa tras capa atómica, con mayor rapidez.
Los diamantes son una de las muchas formas que puede tomar el carbón. Los investigadores de Diamond Foundry pasaron años desarrollando una nueva técnica de fabricación basada en una fuente de plasma con una nueva “forma” que es 10 veces más poderosa de la que han usado previamente los fabricantes de diamantes sintéticos, dijo Roscheisen.
Al modificar la forma del campo de plasma a lo que describió como un panqué, el grupo pudo hacer que fuera más eficiente la reacción que formaba la estructura del diamante y, por tanto, crear material de diamante con mayor rapidez. La intensidad del plasma significa que la compañía puede crear materia de diamante puro unas 150 veces la proporción a la que lo produce la industria ahora.
“Esto significa que podemos cultivar diamantes 100 por ciento puros de color blanco” en una proporción que se compara con la velocidad a la que se extrae de las minas, dijo Roscheisen.
El proceso empieza con una tira muy delgada de diamante natural como sustrato y luego incrementa el tamaño del material de diamante original añadiendo más capas de átomos de carbón.
Roscheisen dijo que los expertos en los laboratorios científicos podrían determinar que el diamante es sintético porque se parecería al tipo de diamante que se presenta pocas veces en la naturaleza. Ver los diamantes en grandes cantidades sería una advertencia de su procedencia, pero no si se los ve en forma individual, explicó.
“Los expertos en las joyerías y los gemólogos no pueden diferenciarlos”, dijo. “No hay nada que puedan ver”.
Existen varias formas de fabricar diamantes, incluida la aplicación de presiones y temperaturas elevadas, la detonación de explosivos que crean nanocristales de diamantes y usan ultrasonido para crear cristales de diamante en tamaños en micrones, además del enfoque de la deposición de vapor utilizada ampliamente en la fabricación de semiconductores y celdas solares.
Wuyi Wang, el principal científico investigador del Instituto Gemológico de Estados Unidos, una organización sin fines de lucro que califica las gemas, dijo que el mercado de diamantes sintéticos es extremadamente competitivo y que muchas compañías están tratando de mejorar las técnicas para producir las piedras.
Wang dijo que no había examinado muestras de Diamond Foundry, pero que es posible que en su laboratorio se diferencien los diamantes naturales de los manufacturados Tipo IIa.
Sin embargo, diferenciar entre los diamantes naturales y los manufacturados requiere un equipo especializado, así como pericia y experiencia, anotó, y no sería posible que lo hiciera el consumidor promedio.
En un esfuerzo por romper el control que tiene la industria tradicional del diamante sobre el mercado de los diamantes, Diamond Foundry ha creado un mercado en línea donde ofrecerá alhajas de diamantes hechas por renombrados diseñadores de joyas, en su mayoría asociados con Ethical Metalsmiths, una organización que alienta sólidas prácticas ambientalmente éticas entre quienes fabrican la joyería.
También venderá los diamantes en mercados industriales, científicos y al mayoreo. “Queremos que sea fácil para los estudiantes de doctorado en todo el mundo jugar con diamantes”, dijo.
Hace poco, varios analistas notaron que cuando su sitio web salió en vivo, Diamond Foundry no ofrecía sus diamantes por debajo del precio de sus competidores.
Fuente El Financiero