En México, el porcentaje de los jóvenes que acceden a la educación superior y que eligen carreras de ciencias, manufactura o ingeniería es de 22 por ciento lo que prácticamente duplica el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se ubica en 14 por ciento.
De manera paralela, cerca de un tercio de los estudiantes de ingeniería, manufactura y construcción son mujeres, cinco punto porcentuales por encima del promedio de la OCDE.
Es decir, mientras el 29 por ciento de las mujeres que llega al nivel educativo superior eligen una de esas carreras, el promedio de la OCDE es de 24 por ciento; y en el caso de las ciencias la diferencia es todavía mayor, ya que mientras 46 por ciento de las mujeres opta por una licenciatura relacionada con las ciencias el promedio de la organización es de 39 por ciento.
Así lo revela el Panorama de la Educación 2015 de la OCDE que se presenta hoy y que muestra que las mexicanas están ya equitativamente representadas en todos los niveles de educación terciaria, incluido en el nivel doctoral, donde en 2013 casi la mitad de nuevos graduados fueron mujeres.
“Esto no lo creeríamos si no fuera que lo está diciendo el Panorama de la Educación, que las mujeres mexicanas escogen en un mayor porcentaje estas carreras que son mejor pagadas y que explican en muchos sentidos las diferencias de género en los países OCDE”, dijo Gabriela Ramos, directora del gabinete de la OCDE.
Esto es muestra, consideró, del esfuerzo por motivar a las familias a que inviertan en la educación de las niñas mexicanas.
“Y se ve también en esta otra cuestión que es del hecho de que estén a la par con los niños cuando escogen carreras relacionadas con ciencias, matemáticas y manufacturas”, expuso.
Si bien en México todavía un gran porcentaje de los jóvenes sigue enfocándose a carreras humanitarias, planteó que en la medida en que se reconoce que las carreras más técnicas tienen un futuro más promisorio ha habido un avance de los chicos que están optando por estas disciplinas.
“Quiere decir que los chicos ya están escuchando los llamados del mercado, justamente de que si escogen las ciencias sociales, pues van a tener que buscar alguna ocupación que no esté relacionada, porque no es lo que está demandando el mercado”, indicó.
En este contexto señaló que la pertinencia entre lo que se está estudiando y lo que demanda el mercado laboral sigue siendo un dolor de cabeza para todos los países de la OCDE, incluso, para los más avanzados.
Al presentar los datos más sobresalientes del informe anual, Ramos planteó que México está registrando avances importantes en materia educativa. “Estas mejoras pueden considerarse y acelerarse aún más con la correcta implementación de la Reforma Educativa”, expuso.
Aclaró, sin embargo, que aún quedan por delante esfuerzos para que el país alcance los promedios no sólo de los países de la OCDE, sino de naciones como Brasil y Colombia que ahora mismo tienen un porcentaje más alto de su población en niveles medios superiores comparado con México.
De acuerdo con el reporte, el porcentaje de las personas de 25 a 34 años con educación terciaria aumentó 8 porcentuales entre 2000 y 2014 al pasar de 17 a 25 por ciento, pero el promedio de los países de la OCDE fue todavía mayor al crecer de 26 a 41 por ciento, es decir, 15 puntos porcentuales.
Mientras que en el caso de la educación media superior el crecimiento también fue de 8 puntos porcentuales entre 2005 y 2012 en la población de mexicanos de 25 a 34 años al pasar de 38 a 46 por ciento lo que aún está muy por debajo del promedio de los países de la OCDE que es de 83 por ciento y de Brasil con 60 por ciento y Colombia con 70 por ciento.
Ahora mismo en México se espera que 38 por ciento de los jóvenes ingresen a la educación terciaria en el transcurso de su vida, en comparación con el porcentaje de la OCDE que es de 67 por ciento
La diferencia se acrecienta en los niveles más avanzados. Por ejemplo, mientras que se estima que cerca de 4 por ciento de los jóvenes mexicanos obtendrá un título de maestría en su vida, el promedio de la OCDE llega a 22 por ciento.
Fuente Exelsior