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El polémico vino de serpiente que causa sensación en el sudeste asiático

Eddie Lin probó el vino de serpiente por primera vez hace 16 años, cuando un amigo compró una botella en una tienda de licores y hierbas secas en el centro de Hong Kong.
La cobra que había en el interior parecía estar muy exaltada, preparada para el ataque.
De acuerdo con Lin, autor de «Extreme Cuisine» (cocina extrema) y fundador de Deep End Dining (cena de profundo final), un blog de comida dedicado a algunos de los platos más extraños del mundo, el licor tiene «un sabor directo: vino de arroz con un acabado de proteína, como un pollo que sabe a pescado».
Su versión era simplemente de alcohol y serpiente, pero la bebida a menudo incluye hierbas y especias, como ginseng o bayas de goji, que mejoran el sabor.
La medicina tradicional china considera que las serpientes tienen importantes propiedades reconstituyentes y revitalizantes, desde el incremento de la virilidad hasta el tratamiento de problemas de salud, como la caída del cabello, el dolor de espalada o el reumatismo.
Por eso es habitual encontrar platos con serpiente en Asia, como la sopa de serpiente: un manjar cantonés elaborado con ingredientes como caldo picante, pollo, oreja de mar, setas, carne de cerdo, jengibre y, por supuesto, carne de serpiente.
Es también por eso por lo que algunos han ido más lejos y han llegado a beber el reptil, cortando su cabeza y vertiendo la sangre que brota en un vaso de shot de tequila, o mezclando los fluidos corporales de la serpiente ­–como sangre o bilis­– con alcohol.
Sin embargo, lo más común es introducir una serpiente venenosa entera –a veces todavía con vida, y a veces especies en peligro de extinción– en una jarra con vino de arroz u otro tipo de alcohol.
Se deja reposar ahí durante varios meses mientras el etanol absorbe la «esencia» de la serpiente y descompone el veneno.
¿Boom Turístico?
Este denominado «vino de serpiente» puede encontrarse en todo el sureste asiático.
A menudo se vende en turísticos puestos callejeros y en centros comerciales, normalmente en forma de llamativos centros de mesa, con cobras con la cabeza entera y otros escalofriantes bichos en su interior.
«Nunca verás este vino en un convite chino», dice Lin.
«Eso sería como llevar una lata de cerveza a un banquete de bodas».
Pero, tratándose de un majar propio de las listas de viajes, ¿no estarán los viajeros alentando una turbia tradición?
«Aunque la tradición (beber vino de serpiente) ha existido durante siglos en Asia, el negocio parece haber crecido a un ritmo alarmante desde que el sureste asiático abrió sus puertas a Occidente», reportó una investigación de 2010 de la Universidad de Sídney.
Sobreviven en la botella
En agosto de 2015, un video de YouTube de una serpiente viva que era introducida en una gran botella de alcohol para hacer vino de serpiente se volvió viral, con espectadores boquiabiertos que veían al reptil exhalar sus últimos suspiros.
En el famoso Valle de la Serpiente de Taipéi (formalmente conocido como el Mercado Nocturno para Turistas de la Calle Huaxi) los vendedores ambulantes se han hecho conocidos por cortar las serpientes en rodajas por su vientre y drenar la sangre en un vaso, lleno de vino de arroz o alcohol etílico, delante de ti.
Los viajeros que entienden este despellejamiento de reptiles en vivo como una cruel tradición del pasado están comenzando a alejarse.
Y, aunque es bastante raro, parece que aunque algunas serpientes logran sobrevivir en la botella durante meses –posiblemente debido a su capacidad para hibernar– y que clavan sus colmillos en quienquiera que tenga la mala suerte de despertarlas.
En 2013 hubo un horripilante caso de una mujer de la provincia china de Heilongjiang que recibió un mordisco en la mano cuando una serpiente saltó de una botella de vino que había estado fermentándose durante tres meses.
Ella misma había tomado la bebida medicinal, al parecer de una víbora, después de que un amigo le sugiriera que podría ayudarla a curar su dolor de espalda.
Tal vez se trataba de karma de serpiente embotellado.
Si todo esto no te ha echado para atrás recuerda lo siguiente: aunque la botella pueda verse bien en su estantería, cualquier poder inducido del veneno de reptil que creas que obtienes al beberlo será, probablemente, tan sólo otro ejemplo de un simple efecto de borrachera.

Fuente BBC

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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