Si hoy usted lee los medios de comunicación de la capital, seguramente muchos de ellos lucirán algo flojos, apagados y un poco más condescendientes con los actores políticos, en especial con los funcionarios estatales, y es que ayer fue la posada que año con año organiza el Gobierno del Estado para los periodistas, similares y conexos de la entidad, en un apapacho para los comunicadores.
Opositores, aliados, no hay distingos cuando se trata de comer carne de ‘gorrión’, beber licor sin límite y ganarse un premio en la tómbola que va desde sencillas cámaras hasta megapantallas y computadoras, todo lo que un reportero (en especial los que ganan salarios paupérrimos) podría desear en Navidad.
Desde luego que a los más rezongones no los invitaron. Tampoco a los que no cubren los eventos del mandatario y sus secretarios, únicamente los que se portan más o menos bien con la fuente o al menos no le tiran tanto. No tiene nada de malo asistir, a fin de cuentas es una celebración hecha con recursos públicos para actores clave de interés público, igual que las que se hacen para casi todos los gremios. Lo malo, como siempre, es el manejo discrecional de recursos públicos para granjearse frases positivas en los diarios y noticieros.
Ya que hablamos del gobernador Duarte y sus maniobras, ayer por más que preguntamos y preguntamos, no pudimos dar con el motivo para el inesperado movimiento del ex presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, José Miguel Salcido Romero, a la Secretaría de Educación y Cultura que dejó acéfala Marcelo González Tachiquín.
Unos te aseguran que fue un castigo, otros hasta te apuestan una botella a que fue una jugada de tres bandas cuyos resultados se verán en los próximos meses. Unos dicen que el góber anda enojado porque Salcido no quiso cargar con las transas de la Ciudad Judicial, pendientes de aclararse, y otros afirman que ni Duarte se atrevería a meterse así nada más con un personaje que presume cercanía con Enrique Peña Nieto.
Lo que sí trascendió, es que esta jugada no estaba para nada planeada, y fue un enroque ejecutado de último momento por el gobernador Duarte, quien puso a trabajar a marchas forzadas al Congreso del Estado para pedir licencia, la cual flojonamente negaron los del PAN, negándose a levantar la manita, pero sin ofrecer la menor resistencia más que simbólica, pues si bien es un hecho que no pueden frenar la aplanadora del PRI y sus partidos rémoras, tampoco se esmeran mucho por eso de debatir “¿pa’ qué?”, dicen.
Acto seguido, el pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado, una dependencia más de Palacio aunque se diga autónoma en el papel, eligió al elegido desde el despacho, a Gabriel Sepúlveda, quien tendrá que firmar y echarse la bronca de la Ciudad Judicial, con todas las consecuencias políticas y hasta legales que eso pueda traerle en el futuro. Su elección fue por unanimidad, tersa, tersa, tersa.
Sin embargo, llamó la atención que fue el gobernador Duarte, en persona, quien encabezó el acto protocolario en el que derramó miel sobre su subalterno, después de haber amarrado el nombramiento con los líderes de las secciones 8 y 43 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Ahora la duda es si su nombramiento es momentáneo, con qué intención y si en seis meses volverá al STJE para quedarse hasta 2017, pero sobre todo ¿qué diablos va a aportarle a la educación un abogado jurista de toda la vida?
Pero vámonos al tema de las elecciones. Quien quiera ser candidato independiente durante la votación del 5 de junio de 2016, en el que se juegan gubernatura, alcaldías y diputaciones, deberán saber que ya pueden registrarse y entrarle, con trabas, pero de que se puede se puede ¿a poco creían que sería tan fácil?
Primero deberán reunir todos los requisitos de elegibilidad previstos en la Constitución Política y la Ley Electoral del Estado de Chihuahua, por lo que tienen entre la publicación de la convocatoria, ya inminente, y el 31 de enero del año entrante para decir “sí voy”.
Hasta ahí todo bien. Lo malo es que no podrá presentarse a votación cualquier hijo de vecina. Deberán acreditar un amplio respaldo social (ese que siempre le perdonan al PT), pues según explicó el consejero presidente del Instituto Estatal Electoral, se busca que los candidatos no se registren por mera ocurrencia, sino con un proyecto sólido y respaldado, para evitar que cantantes gruperos, empresarios neófitos en temas políticos o meros loquillos lleguen a las candidaturas, pero ¿qué eso no pasa ya?
Así, el que quiera lanzarse por la gubernatura, algo nada sencillo, deberá reunir casi 76 mil firmas entre el 7 de enero y el 20 de febrero (45 días), a un ritmo de 1,600 firmas diarias repartidas en todo el territorio, mientras que los aspirantes a alcaldías como Juárez necesitarán casi 30 mil y los aspirantes a diputados con 4 mil firmas de su distrito la tienen hecha.
Con estos requisitos, es obvio que ningún ciudadano común y corriente podría llegar a un puesto importante. Necesitan una base social amplia, una plataforma política consolidada previamente y muchos billetes para aventarse el torito, pues otra limitante para quienes lleguen sin partido que los respalde es que no podrán hacer uso de ningún medio para promover o buscar las firmas a su favor, tendrá que ser de boca en boca y, por supuesto, mediante redes sociales. Todos los interesados deberán haber cumplido con todo lo anterior antes del 12 de marzo, para registrarse entre el 15 y el 18 de abril.
Donde la cosa se está poniendo color de hormiga es en el sector maquilador de Ciudad Juárez, donde los empleados de empresas como Lexmark deben pasar 9 1/2 horas trabajando parados como robots, más dos horas promedio de traslados, todo para ganarse entre 85 y 108 pesotes al día…
Esta es la clase de empleos que presume la actual administración, pues es cierto que Juárez se ha convertido en la mayor fábrica de todo el país, con una pujante actividad industrial y una productividad sin igual y en la mera frontera con EU, pero el problema es que más de 390 mil trabajadores padecen salarios miserables, represión, violaciones a los derechos laborales e incluso agresiones y acoso sexual, pero las autoridades encargadas se ponen siempre del lado de las maquilas y nunca de los empleados.
Así lo denunció la bogada de los trabajadores de Eaton Bussman, Susana Prieto, quien encabeza la construcción de un sindicato independiente, no alineado con los charros maiceados de la CTM y sus filiales, más ocupados en amarrar diputaciones para sus parientes que en proteger los derechos más elementales de los trabajadores.
Así, la empresa manufacturera de cartuchos para impresoras tuvo que parar labores por segundo día consecutivo, cuando 700 trabajadores del turno de noche se amotinaron y tuvieron que ser llevados a sus casas. Fueron los gerentes quienes decidieron que todos se fueran a sus casas con día pagado (si se le puede llamar así) con tal de prevenir que la situación se les saliera de las manos.
Por si todavía no le parece que esto es esclavitud moderna, los supervisores de la maquiladora están presionando ferozmente a los empleados para que produzcan más, y cuidadito con llegar tarde o faltar, pues se pierde una porción significativa del salario, bonos de despensa y fondos de ahorro, que son lo único que impide que se plano se mueran de hambre.
El supervisor también puede suspender hasta tres días sin goce de sueldo, lo cual equivale a despido, pero si te quedas olvídate de tener vida social, familiar, enfermarte o sufrir una desgracia, pues no hay permiso de tomarse un día para sus trámites.
Las autoridades laborales de federales y locales, estas últimas encabezadas por Fidel Pérez Romero, nada más meten las manos para defender a los patrones, pues los días extras o feriados como el 20 de noviembre se trabajan y se pagan normales, no triple como se estipula en la Ley. Tampoco se les permite tener vacaciones, pues a lo más que llegan es a hacerlos trabajar días extras para permutárselos y que puedan cenar, al menos en Navidad y Año Nuevo, con su familia.
Otro reclamo es el de la seguridad, pues la maquiladora no les proporciona adecuadamente máscaras, botas, cubrebocas y a veces ni las batas. Incluso afirman que es común que falte el papel en los excusados y tengan que limpiarse con estopa, por no hablar de los materiales tóxicos que abundan en la planta. Otra petición es la rotación de personal en las distintas labores, pues pasar años haciendo lo mismo, todo el día, todos los días, trae graves consecuencias a la salud física y mental.
Pero quien espere sensibilidad se equivoca. Los únicos que han llegado son policías municipales y estatales para amedrentar a los inconformes, incluso los amagan con acciones legales por “andarla haciendo de pedo”, pero lejos de desanimarse el movimiento de los trabajadores parece ir creciendo, mientras la autoridad cierra filas, pero con los explotadores, pues Fidel Pérez Romero afirma que defender los derechos de los trabajadores “es contrario a la nación”… de ese tamaño.
Finalmente, para cerrar con Juárez, está el tema del ‘crédito’ que se solicitó por 2 mil millones de pesos, pagaderos con los ingresos de los puentes internacionales durante 30 años, los cuales el gobierno insiste que no son deuda, aunque tengan que pagarse como deuda. Ya hablamos de esto ayer, pero resulta frustrante la obsesión de las autoridades de cambiarle el nombre a gastar un dinero que no se tiene. Eso, aquí y en China, es deuda.