Tanto el gobierno como la oposición y los grupos extremistas en Siria son culpables de sitiar áreas del país con objeto de matar de hambre a sus pobladores, una atrocidad que constituye un crimen de guerra, denunció la ONU.
En un mensaje a la Asamblea General para delinear sus prioridades en su último año al frente del organismo, el líder de la ONU, Ban Ki-moon, recordó que el uso de la inanición como un arma de guerra es injustificable y representa una flagrante violación al derecho internacional humanitario.
Todas las partes, incluyendo el gobierno sirio, que tiene la responsabilidad esencial de proteger a sus ciudadanos, están cometiendo este y otros actos atroces prohibidos por el derecho internacional humanitario”, puntualizó.
El secretario general de Naciones Unidas (ONU) recordó que casi 400 mil personas viven actualmente bajo sitio en Siria, de las cuales, alrededor de la mitad vive en áreas controladas por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Añadió que unas 180 mil personas viven bajo sitio en áreas controladas por el gobierno y sus aliados, y que unas 12 mil radican en zonas controladas por grupos armados de la oposición.
El mensaje de Ban fue ofrecido luego de que el lunes pasado convoyes de la comunidad internacional con ayuda humanitaria lograron acceder a la comunidad de Madaya que, de acuerdo con la ONU, estuvo privada durante tres meses de recibir asistencia del exterior.
Ban recordó que Madaya había sido víctima de “inanición deliberada” y que unos 400 hombres, mujeres y niños se encuentran en un estado tan frágil de salud que están en riesgo de morir.
Las zonas bajo sitio son prácticamente imposibles de alcanzar por los convoyes de asistencia humanitaria internacional, lo que lleva a los habitantes a sufrir desnutrición severa y, en algunos casos documentados por la ONU, muerte por inanición.
Pese a la crueldad de la táctica, la ONU ha señalado que la impenetrabilidad de las zonas sitiadas de Siria ha ido en aumento.
En 2014, el organismo internacional y sus aliados distribuyeron alimentos para un 5.0 por ciento de la población en zonas sitiadas, en tanto que actualmente apenas llegan al 1.0 por ciento.
Igual que comida, la gente que hemos encontrado demanda respuestas: ¿A quién le importan nuestras vidas? ¿Dónde está la comunidad internacional? ¿Quién hablará por nosotros?”, expresó Ban.
El máximo funcionario de la ONU llamó por ello a los países de la región, y en especial al grupo de 17 naciones que conforman el Grupo Internacional de Apoyo a Siria, que presionen a las partes en conflicto para que permitan el acceso sin restricciones en todo el territorio.
Apuntó que otra de las medidas necesarias es un alto inmediato al uso indiscriminado de armas en áreas civiles, incluyendo morteros y ataques aéreos, por cualquiera de las partes involucradas en el conflicto en Siria.
Ninguna causa puede justificar el costo de vidas civiles y escuelas, clínicas y mercados destruidos que continuamos registrando cada día en el país”, aseveró.
Evitar estas atrocidades, explicó Ban, es fundamental para dar credibilidad al proceso de negociación política en Siria, que su enviado especial, Staffan de Mistura, sigue impulsando.
La siguiente ronda de negociación para Siria está programada para el próximo 25 de enero en Ginebra, Suiza.
Excelsior