Ante el impago de Petróleos Mexicanos (Pemex) a un número importante de sus proveedores, éstos se encuentran “desesperados” y se están viendo obligados a disponer de ahorros y capitales para resistir la sequía de recursos sin tener que recortar personal, advirtió Erick Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (Amipe).
El empresario informó que en diciembre pasado se hicieron una serie de pagos sobre todo en Pemex Exploración y Producción (PEP) pero no se alcanzó a cubrir todo el expediente. Hay retrasos en otras áreas porque ya hubo cambios de razón social dentro de la empresa estatal y eso provocó mayores complicaciones. Por ejemplo, se pasó de Pemex Refinación a Pemex Logística o a Pemex Transformación Industrial.
El empresario estima que el adeudo ronda 50,000 millones de pesos (equivalente a casi una cuarta parte del presupuesto de inversión de PEP para el 2016), y se están explorando los caminos que pueden resolver la problemática. Hasta ahora, el programa que mejores posibilidades tiene es el de Cadenas Productivas, donde Pemex puede apoyar el financiamiento de proyectos, pero los proveedores pueden acceder a pagos con menores costos.
El proyecto de pagos o financiamiento por medio del Programa de Cadenas Productivas cuenta con el apoyo de Nacional Financiera (Nafin) y el costo es de TIIE más 1.25 puntos porcentuales. En total, en este momento, el costo a pagar por el proveedor es de, aproximadamente 4.50%, que tiene muchas ventajas sobre otros esquemas, como el factoraje que tiene un costo de 6%, aproximadamente.
Legorreta explicó que los esquemas presentados por Pemex para resolver la problemática de los proveedores surgió porque ahora no se pagan las facturas en un mes, sino a 180, 90 y 60 días, y en muchas ocasiones las empresas no pueden esperar ese tiempo y tienen que resolver de manera inmediata.
Buenos proyectos ?pese a recortes
Añadió que en este año, aunque se mantienen las restricciones presupuestales en Pemex, hay proyectos en dos áreas muy importantes: mantenimientos mayores en refinación y la apertura en almacenamiento, transporte y distribución, que es donde se puede trabajar mucho y convertirse en proyectos de alta rentabilidad dada la baja capacidad existente.
El mantenimiento y las mejoras en las refinerías son importantes para recuperar capacidad de producción, dijo. “Hay empresas como Chevron que cuando lo hicieron mejoraron en 30% su capacidad integrada”, abundó.
Advierte que la caída del precio del petróleo no debe detener a la industria, es en este momento en el que se debe invertir en transporte y almacenamiento, donde el flujo se mantiene.
Refirió que en el caso de los proveedores de Pemex Exploración y Producción —las compañías contratistas más grandes—, buscan acogerse a las ventajas que ofrece el Programa de Cadenas Productivas, pues quieren poner en orden sus facturas con la petrolera.
Sinergias y alianzas, indispensables
Para salir de la “muy difícil circunstancia que enfrenta” el mercado petrolero internacional, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, instó a implementar una reingeniería profunda en Petróleos Mexicanos (Pemex) que le dé viabilidad y permita un mayor control en los procesos administrativos, industriales, inclusive sindicales o de seguridad, que merman sus recursos.
Una de las principales tareas será la reconversión de plantas de hidrocarburos, propiciar alianzas y sinergias con el sector privado para elevar el contenido nacional, consideró.
En su mensaje semanal, La voz del CCE, Castañón instó a “aprovechar las circunstancias y voltear a ver las oportunidades que tenemos para disminuir los costos de energía para las industrias, y así, con este tipo de cambios, tener un mayor potencial para el desarrollo de las exportaciones mexicanas, inclusive la integración de las cadenas de valor”.
Para los empresarios, la reforma energética es mucho más que el petróleo e ingresos para el erario en el corto plazo, dijo, ya que “no hicimos este cambio histórico para regresar a los tiempos de dependencia de este recurso, como el rentismo petrolero que persiste en otras naciones en desarrollo, las cuales, están en una posición mucho más difícil que la nuestra ante la contingencia internacional”. El valor central de esta reforma es dotar a México de una plataforma energética que nos permita crecer de manera sostenida y sustentable en el largo plazo, acotó.
Precisó que se construye para el largo plazo, por lo que no se puede aflojar el paso en la concreción puntual de la reforma energética. (Lilia González)
El Economista, Foto Reuters