Según todos los brujos, adivinos y nigromantes, Javier Corral está en la mira para ser elegido candidato a la gubernatura de Chihuahua por parte del Partido Acción Nacional, luego de convencer a la dirigencia de su partido, a la que tanta tierra le echó algunos meses, de que era el mejor perfil dados sus buenos oficios tanto en el Altiplano como en los medios nacionales, donde se ha hecho fuerte.
Javier Corral ha mostrado una actitud desconcertante, primero que sí va, luego que no, luego que a ver… luego que siempre sí, y ha sido en los últimos días en los que se ha encargado, a través de su Face, de confirmar sus aspiraciones, pero nos cuentan que a pesar de lo que asegura, podría seguirla pensando.
Y es que José Luis Barraza ha sido el tiro de gracia para el PAN en Chihuahua, que ahora busca de una forma y otra aliarse con él para no irse al fondo. Y es que ‘Chacho’ se llevó del blaquiazul lo que más les duele, los mecenas, quienes ahora prefieren apostarle en directo a uno de los suyos, y no estar manteniendo a la colmena de parásitos en la que se ha convertido desde hace mucho el CDE del PAN.
A eso hay que sumarle que mientras el PRI cuenta con partidos zánganos e incondicionales como el PT, el Verde y el Panal, Acción Nacional se ha fragmentado y ahora tiene enfrente a perfiles como Movimiento Ciudadano y el PRD, donde han hallado refugio ex panistas resentidos que viven con la encomienda de arrancarles espacios y así recoger las migajas, lo único que les queda. Es la apuesta de Jaime Beltrán del Río y Cruz Pérez Cuéllar, hasta hace poco panistas y ahora perseguidores de sus excompañeros.
Pero aquí viene el verdadero dilema: ¿Aceptará Javier Corral ser el primer candidato de Acción Nacional que quede en tercer lugar? ¿Será él quien le ponga los últimos clavos al ataúd en el que se encuentra su partido? ¿Qué pretende, si sabe que contra las maquinarias estatal y empresarial de Chihuahua no tiene mucho qué hacer?
Y es que con el paso de los días se ha complicado de sobremanera el escenario para Acción Nacional, que trabado en su indecisión ha aplazado y aplazado sin sentido la designación de candidato, que al final será por dedazo, algo que pudo haberse hecho desde el principio en vez de darle tanto suspenso. Así no habría habido tanta fuga de apoyos, pues muchos panistas ya se fueron con ‘Chacho’ o a otros partidos al ver que en el blanquiazul nada más no se decidían, y hubieran tenido tiempo de reagruparse y pelear al menos por la segunda posición.
Tampoco hay que dejar de mencionar a Enrique Serrano de quien, hay que reconocer, ha hecho buen trabajo en los últimos días amarrando alianza y preparando la aplanadora para echársela encima a sus adversarios. De los dientes pa´fuera, pero cuenta con el apoyo más o menos unificado del priísmo, siempre tan pragmático, y saben que si le ponen piedras en el camino posiblemente sea sólo una vía para hacerse enemigos del posible próximo gobernador de Chihuahua, mejor ni pa´qué.
Tampoco hay que descartar del todo a Juan Blanco, quien se ha mostrado francamente perdido, tibio y hasta ausente, o a Carlos Borruel, a quien en Acción Nacional no lo pueden ni ver, pues consideran que reúne todo lo malo que puede tener un candidato panista.
En el escenario municipal el PAN no está tan enterrado. Traen a una candidata fuerte y bien respaldada (algunos malosos dicen que hasta por el Palacio de Gobierno), que si bien tiene la fuerte competencia de otra competidora muy respetable como es Lucía Chavira, tiene posibilidades de ganar o al menos dar una contienda cerrada. En el caso de Enrique Terrazas Seyffert, está por verse qué tanto trae ya que si bien es hijo del principal accionista de Cementos de Chihuahua, no ha mostrado demasiado empuje como para atemorizar a las dos candidatas… todavía.
Pero mieeentras, el gobernador Duarte anda en sus asuntos, supervisando en persona los preparativos para la visita del papa Francisco, atendiendo la visita de funcionarios federales y del propio presidente Enrique Peña Nieto, quien también quiere estar seguro de que todo esté listo para recibir quien se considera su homólogo (en teoría el papa es recibido como jefe de estado, no como líder religioso), y será por ese motivo que pise la frontera, tras haber inclumplido hace un año su promesa de regresar en seis meses a dejar lista la mesa interinstitucional para dar seguimiento a proyectos de inversión.
Pero desde hoy estará en la entidad el siempre gritón Andrés Manuel López Obrador, quien emprenderá una gira por la entidad que culminará el próximo domingo en Ciudad Juárez. Muchos afirmaban que prácticamente venía a designar a Gustavo de la Rosa como candidato a la alcaldía, pero aunque se dijo honrado por haber resultado el perfil más aceptado en las encuestas de Morena, declinó por razones de edad, pues está por cumplir 70 años y la Ley dice que a esa edad ya no puede gobernar.
Fue por ello que vía Facebook anunció que no le entra, como ya lo había dicho también Víctor Quintana, pues parece que nadie quiere hacer el ridículo en una entidad que, si bien le otorgó a Morena una votación relativamente alta en los pasados comicios, no pinta ni de lejos para hacer un papel digno rumbo a la gubernatura.