El homicidio de niñas, niños y adolescentes mexicanos van en aumento, por lo que esta situación ha prendido la alerta de organismos internacionales y nacionales, pidiendo al gobierno federal su pronta intervención.
Los estados más inseguros para la niñez y adolescencia mexicana son Chihuahua, Guerrero, Nuevo León, Sinaloa y Nayarit.
El Informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), titulado “Alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio con equidad», da cuenta del crecimiento de este fenómeno en el país.
De acuerdo con este informe, esta incidencia fatal pasó de 4.6 a 11.8 menores por cada cien mil habitantes, siendo Chihuahua, Guerrero, Nuevo León, Sinaloa y Nayarit las entidades que registran las mayores tasas de mortalidad.
La mayor proporción de homicidios corresponde a hombres, pues de 693 muertes que oficialmente se conocieron en el año 2000, la cifra llegó a casi el doble en 2011.
Otro estudio, conocido como “La Infancia Cuenta 2014”, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), también muestra la misma tendencia, con la particularidad de que el fenómeno es más pronunciado en los estados donde opera el crimen organizado.
En ese sentido, el Comité de los Derechos del Niño recomendó a México recopilar datos sobre niños detenidos, heridos o muertos producto del enfrentamiento de las fuerzas del orden y la delincuencia organizada.
Además se ha pedido investigar todos los delitos cometidos por el Ejército contra niños, garantizando que sean los tribunales civiles competentes de juzgar a los elementos castrenses.
También le ha pedido a México adoptar medidas para protegerlos de las actuaciones policiales y militares, y de la violencia armada delincuencial, estableciendo los mecanismos oficiales y los marcos jurídicos necesarios que garanticen los derechos humanos de los menores, en especial de las niñas.
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