Samaí Alejandra Márquez había decido ser madre soltera, pero su pareja, Rafael Portillo Abundis, decidió que ni ella ni el hijo de dos meses que esperaban debían vivir.
Al menos así lo concluyó la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla que consignó a un penal local al hombre, de 31 años de edad, acusado del feminicidio de Márquez, de 25.
Con este caso, suman 50 los feminicidios documentados por las autoridades en los últimos 14 meses, y el sexto en el que la víctima estaba embarazada.
El asesinato de mujeres en manos de sus parejas ha prendido las alarmas de la sociedad civil y la oposición en esta entidad.
El 25 de febrero, cientos de personas —entre familiares de víctimas, organizaciones civiles y defensores de derechos humanos, entre otros sectores de la sociedad— protestaron en el Zócalo de la capital poblana ante el incremento de estos crímenes y para exigir medidas para frenarlos.
Entre las medidas planteadas está la declaratoria de una alerta de género, un mecanismo que por primera vez se aplica en México para hacer frente a agresiones sistemáticas que llegan a tal tipificación, a través de medidas de resarcimiento del daño a las víctimas como servicios jurídicos, médicos y psicológicos especializados. También implica que el Estado acepte su responsabilidad e instrumente políticas públicas que eviten la comisión de delitos contra las mujeres.
Ola de feminicidios
La crisis de feminicidios en Puebla está documentada. Tan sólo entre enero y febrero de este año, se registraron 19 asesinatos de mujeres, de los cuales 13 fueron tipificados como feminicidios, reconoció el fiscal estatal, Víctor Carrancá Bourget, durante su comparecencia ante el Congreso local a finales del mes pasado.
Organizaciones civiles discrepan con los números oficiales. Aseguran que los casos son tres o cuatro veces mayores a los que dan a conocer las autoridades.
Por ejemplo, el Observatorio de Violencia Social y de Género de la Universidad Iberoamericana Puebla y el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr) coinciden en indicar que los primeros dos meses de 2016 sumaron 20 casos, siete más de los que reconoce la Fiscalía.
Los hechos suscitados en 2015 con características de ser feminicidios fueron 37, según las autoridades. Las organizaciones aseguran que fueron 200.
«Esto es realmente grave. Todos los focos rojos están encendidos. Los feminicidios cada vez se cometen con mayor violencia. Que maten a nuestras mujeres por embarazarse es algo que debe preocuparnos. Es preocupante que no exista una política pública en Puebla para frenar estos casos», dijo a CNNExpansión la directora de Odesyr, Vianeth Rojas Arenas.
Sin embargo, los números de mujeres asesinadas no son suficientes para exigir una alerta de género, según el fiscal Carrancá Bourget, el secretario de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida, y el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Adolfo López Badillo.
«La Comisión de los Derechos Humanos a mi cargo, ha realizado las investigaciones pertinentes en los casos de muertes violentas de mujeres en la entidad para determinar si es necesaria la alerta de género, pero no encontramos elementos suficientes para ello», dijo el ombdusman a medios locales.
Para el gobierno estatal, los feminicidios han aumentado por la falta de valores entre las familias.
“Me parece algo increíble, impensable, triste y por eso considero que como sociedad debemos hacer una reflexión profunda y estar trabajando para recuperar los principios y valores que siempre hemos tenido los poblanos”, dijo el gobernador Rafael Moreno Valle el pasado 24 de febrero, al ser cuestionado al respecto.
Embarazo, otro agravante
De los casos de los últimos dos años, destacan seis mujeres embarazadas, que de acuerdo con la Fiscalía fueron asesinadas por sus propias parejas sentimentales para negarse a asumir su paternidad.
El primer caso fue el de la joven de 31 años de edad Karla López Albert, desaparecida el 20 de enero de 2014 cuando llevaba cinco meses de gestación. Fue hallada muerta el 2 de febrero de ese año, en un paraje de la Delegación Tláhuac, en la Ciudad de México.
Actualmente están procesados por feminicidio cuatro hombres, entre ellos el padre del hijo, Manuel Forcelledo Nader.
El caso más reciente, el de Samaí Alejandra Márquez, ocurrió el 17 de febrero de este año. La Fiscalía concluyó que la víctima, con dos meses de gestación, fue ultimada por Rafael Portillo Abundis. El agresor era casado y quería ocultar que había embarazado a otra mujer.
Otro caso insólito fue el de Paulina Camargo, de 19 años de edad, desaparecida en agosto de 2015 con cuatro meses de embarazo.
Las autoridades concluyeron que la joven fue ultimada por el padre de su hijo, José María Sosa —actualmente preso—; sin embargo, sus restos no han sido encontrados, a más de medio año de los hechos.
Las parejas de las otras tres —Iraís Ortega, Mireya Pérez y Gudelia «N»— también fueron aprehendidas por su supuesta responsabilidad en el asesinato de estas mujeres, que tenían entre dos y cuatro meses de gestación.
Durante 2013, 12 hombres fueron consignados por este delito, de un total de 20 casos ocurridos en dicho año, señaló la Fiscalía General del Estado en respuesta a una solicitud de información pública.
En 2014 fueron ocho, y en 2015 no hay registros, a pesar que la Fiscalía admite que ocurrieron 37 feminicidios.
Entre los feminicidios registrados, número de consignados y sentenciados, hay una gran diferencia. Desde 2012, cuando se tipificó el delito como grave, al cierre de 2015, solo ha habido una sentencia contra un feminicida.
Se trata de Nicolás Pérez Pantoja, un albañil de 25 años de edad que en febrero de 2013 abusó sexualmente de su novia Patricia y luego la golpeó con una piedra en la cabeza para matarla, de acuerdo con la versión pública de una repuesta vía Infomex al Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla (TSJ).
La última marcha para exigir justicia a las víctimas se dio el 25 de febrero pasado.
«Lo único que pido es que el culpable pague por la muerte de mi hija. Ella había decidido ser madre soltera, no le iba a exigir asumir responsabilidad», dijo a CNNExpansión Norma Salgado Campuzano, la madre de Samaí. Ella desapareció el 17 del mes pasado, y dos días después fue hallada sin vida con un disparo en la cabeza.
CNNexpansion