La amapola se ha convertido en el motor económico de, al menos, mil 287 comunidades en Guerrero, de acuerdo a una fuente militar, quien agregó que las ganancias, tras el cultivo y la cosecha, ascienden a mil 200 millones de pesos.
En los años 70, la semilla de amapola llegó al estado procedente de Sinaloa. Ahora, estos cultivos son el pilar económico de la zona.
Sólo en dos regiones del estado se cultiva la mariguana y la amapola: en la Sierra y la Montaña, aunque es en la Sierra donde se da la producción más alta.
Actualmente, Guerrero es el productor número uno en amapola en el país y el segundo a escala nacional de mariguana.
Además de que a escala mundial, Guerrero se disputa el primer lugar con Afganistán, aseguró el año pasado el entonces gobernador interino del estado, Rogelio Ortega.
En 2015, el municipio de Coyuca de Catalán, cuyo territorio se extiende por la Tierra Caliente y la Sierra, ocupó el primer lugar en la siembra de amapola, donde la Sedena ubicó mil 134.25 hectáreas sembradas, mismas que fueron destruidas.
Además, de acuerdo a la misma fuente militar, quien pidió el anonimato, hay comunidades de la zona que llegan a producir hasta una tonelada de goma de opio en cada ciclo de siembra.
Para la gente de la sierra es normal cultivarla, “pues es la base de su economía. Los grupos delictivos llegan a las comunidades —hay mil 287 poblados en la sierra y todos se mantinen de cultivar esta planta— y les piden a los lugareños que siembren amapola o mariguana, les ofrecen comprarles toda la producción y, como garantía, les dan un adelanto en efectivo; incluso les dan cursos de cómo cultivar y cosechar el producto.
De cada hectárea sembrada de amapola se producen ocho kilos de goma de opio, con la cual se puede producir un kilo de heroína que, en el mercado, tiene un costo de cuatro millones 500 mil pesos.
Los sembradíos se realizan en las tierras comunales. Y como el terreno es de todos, no es posible identificar quién sembró en el lugar; sólo los habitantes del pueblo lo saben.