Como un reconocimiento al cariño del pueblo vallartense, donde vivió la última década de su vida, el cortejo fúnebre del actor Rubén Aguirre, El profesor Jirafales, realizó un recorrido por el malecón y las principales calles del centro de este puerto.
Desde la salida del recinto funerario, la gente mostraba conmoción y cariño hacia “el profesor” más querido de México, personaje que traspasó fronteras y conquistó el corazón de millones de personas en el país y América Latina, donde se ha transmitido la serie El Chavo del 8.
Durante el recorrido, se escucharon aplausos y uno que otro “ta ta taa”, clásico regaño de “Jirafales” cuando se enojaba con sus alumnos.
Su cuerpo fue trasladado enseguida a una misa, para luego dar cabida a la cremación. Durante la homilía, se destacó la bondad, que en vida, tuvo el actor.
Es de destacar que Rubén Aguirre fue un hombre grande en espíritu, alegría y caridad”, expresó el sacerdote.
Esposa, hijos y nietos, acompañados del mejor amigo de Rubén Aguirre, Edgar Vivar, quien personificó a El señor barriga, le dieron el último adiós en el templo La Aurora, donde la gente se arremolinó para ser parte del cortejo que despidiera al coahuilense.
Al final de la misa de cuerpo presente, Rubén Aguirre hijo, agradeció a los asistentes las muestras de cariño hacia su padre, de quien, dijo, además de ser una figura pública, fue principalmente un hombre bueno, de gran corazón, y que siempre inculcó el respeto y la unión de la familia.
También pidió un aplauso para su mamá, quien acompañó “toda la vida a mi padre”, y la gente expresó algunos “vivas”, además de porras en honor al comediante.
En entrevista, su hijo Gerardo comentó que están muy agradecidos con las muestras de cariño que los vallartenses han profesado a su padre, al acudir al velatorio, misa y a todos los actos del cortejo fúnebre.
Por su parte, Edgar Vivar, dijo que como siempre, estuvo al lado de su gran amigo y compañero de trabajo, y se queda con todo lo bueno de él.
Rubén Aguirre, quien fuera actor, locutor, reportero, productor y escritor, murió la víspera a los 82 años en su casa, ubicada en este puerto, por complicaciones asociadas a una neumonía.
Excelsior