¿Se le mueve o no se le mueve una patita a la impugnación presentada por el PRI para anular la elección de gobernador en Chihuahua? Todo parece indicar que no: Los argumentos presentados por los más de 650 abogados priistas son risibles, mal planteados y en algunos casos delirantes, pero aún así queda cierta tensión en el aire, pues la política no obedece a razones, sino a intereses.
Aún los intereses del PRI quedarían gravemente lastimados. En un hipotético, muy hipotético caso de que la impugnación prosperara, convocar a una nueva elección sería ante todo una afrenta a la voluntad ciudadana que se expresó de manera contundente en las urnas; llevaría al tricolor a un severo desgaste interno, en el que aflorarían aún más las divisiones, muchos priistas no seguirían el juego pues sabrían que la derrota sería mucho, pero mucho más humillante que la que ya se llevaron. Si Corral les ganó con todo y ‘Chacho’ por 7 puntos, ahora les ganaría mínimo por 20.
Esto sin contar el dinero que se llevarían entre las patas, el cual ya no tienen, pues durante las campañas Enrique Serrano gastó más de 32.6 millones de pesos, y fue el candidato que pagó el costo por voto más caro, pues cada uno le salió en 81.49 pesos, apenas por debajo de ‘Chacho’ Barraza, quien tuvo que desembolsar en promedio 81.51 pesos por cada voto recibido, ya que gastó casi 20 millones de pesos.
Esta situación beneficiaría claramente a Corral, pues en su caso gastó apenas 30.01 pesos por cada voto conquistado, pues gastó en total 15.5 millones de pesos y con eso le bastó para obtener 517 mil votos, más del doble que ‘Chacho’ que obtuvo 242 mil, y una ventaja notable sobre Enrique Serrano, que alcanzo poquitos más de 400 mil.
Pero ninguno de estos personajes fue el que pagó el costo más alto por voto. Fue Cruz Pérez Cuéllar, ex panista y candiduarte por parte de Movimiento Ciudadano quien soltó casi 4.7 millones de pesos para alcanzar apenas 35 mil sufragios, motivo por el cual cada uno le vino saliendo en 132.69 pesos. El que invirtió menos por cada voto fue Javier Félix Muñox, quien desembolsó apenas 20.82 pesos por voto, y con 644 mil pesos le bastó para superar a Jaime Beltrán del Río, el otro candiduarte, pero del PRD, quien invirtió casi un millón y medio y aún así fue quien obtuvo la votación más baja de los seis, apenas 20 mil votos, por los que pagó 50.22 pesos en promedio.
A lo anterior debemos sumarle lo que no se fiscaliza, como las despensas entregadas por el PRI y el Gobierno del Estado, el capital material y humano público puesto ilegalmente a disposición de los candidatos del PRI, así como los donativos que ‘Chacho’ recibió de sus mecenas. En total, en Chihuahua, la elección se ‘coronó’ como la segunda más cara del país, con 194 millones de pesos de dinero público desembolsado (más lo que no se cuenta).
Otro punto que llama la atención es que la estrategia y los dineros migraron de los medios impresos a los digitales y más aún a las redes sociales. En conjunto los candidatos gastaron casi 6.3 millones de pesos en redes sociales, y todos se centraron en este espacio menos Javier Félix Muñoz, a quien de plano ni se le prendió el foco, y Beltrán del Río apeas invirtió cinco mil pesos en este formato de propaganda, una prueba de que estos dos aspirantes no tenían el menor sentido de estrategia ya no para ganar, al menos para jugar un papel decentón.
Sin embargo, para llegarle a la gente de a pie, los candidatos le apostaron la mayor parte a la propaganda física como lonas, parabuses, playeras, anuncios, mantas, bardas, volantes, etcétera. En el caso de los principales aspirantes, los tres contaron con estrategias de publicidad ‘360’, aunque se notó que Serrano se centró en los medios tradicionales, aliados suyos y pagados por Gobierno del Estado, mientras que Corral y Barraza le metieron más kilos a lo digital y en el caso del primero le apostó a gastar más suela que dinero, un factor más de los que aseguraron su triunfo.
Pero tarde están entendiendo en el PRI y en Palacio cuáles fueron sus errores, tan tarde que los siguen cometiendo. Sólo así se entiende la necedad de arrastrar a lo que quedó del PRI a una batalla estéril por tumbar la elección, alejando no sólo a los pocos ciudadanos que aún guardan simpatía por el tricolor, sino a los propios militantes. Están dispuestos a destruir el partido antes que entregarlo, lo mismo que ocurre con Chihuahua.
Y hablando de Palacio, ayer se vio ahí muy encerradito al gobernador César Duarte con los principales de su gabinete, ajustando los últimos movimientos que les quedan en el tablero que más a fuerzas que con ganas tendrán que entregar. Todo apunta a que no habrá informe, la rechifla estaría gacha y los resultados no son como para presumir.
Entre los cuestionamientos más recientes están la falta de gasolina para las patrullas de la Fiscalía y de Tránsito, el adeudo de horas extras y prestaciones a los agentes, pero sobre todo los preocupantes resultados en cuestión de seguridad que no por ser negados y maquillados dejan de estar ahí.
El estandarte de la administración duartista, la supuesta erradicación del secuestro y la baja delictiva, parecen ser dos mentiras más que se desmoronan, igual que la “salud financiera” del estado que ya se vio que no existe, y que otros rubros donde se presumen logros sólo palpables en las inquietas mentes de quienes por la boca los paren.
Ayer el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM) denunció que el gobernador se ha dedicado a negar un problema de desapariciones en Chihuahua, y eso sólo agravó el problema que ahora pone a Cuauhtémoc como la capital nacional de los desaparecidos, por encima de zonas tan problemáticas como Guerrero o Michoacán.
En Chihuahua hay 200 desaparecidos por cada 100 mil habitantes, una cifra altísima que simplemente se ha pretendido ignorar, así de fácil. En total hay registro de mil 698 chihuahuenses que no han regresado nunca a sus hogares, y de ellos 351 desaparecieron en Cuauhtémoc.
De ahí que Corral haya puesto a este municipio como una de las prioridades, además de Juárez. Quizá a eso obedece el nombramiento de Patricia Terrazas en el equipo de transición que huele a gabinete, del cual al menos la mitad estará conformado por mujeres, como parte del compromiso con la paridad de género.
Pero estas no son las únicas broncas que enfrenta Chihuahua. Ya se anunció que para el sábado podría haber otro desabasto de gasolina, ahora según esto porque no hay agua para operar las bombas de Cadereyta. Agárrese.
Otro pleito es el que traen los profes del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, que pretende aprovechar el cambio de jinete para cobrarse 400 millones de pesos de prestaciones que aseguran le debe el gobierno estatal a 14 mil de sus agremiados.
Por último, la que hizo el osazo del día fue la diputada federal chihuahuense Hortensia Aragón, dueña de lo que queda del PRD, quien dejó a Aurelio Nuño con la palabra en la boca durante la presentación del Nuevo Modelo Educativo. Ni se despidió del secretario, pues tenía apuro por irse de vacaciones, pues debemos recordar que en la vida hay prioridades y el trabajo no figura en la mente de esta legisladora. Por cierto, todo apunta a que Pável Aguilar Raynal será el próximo dirigente del partido.