Se frenó la deuda. La organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, encabezada por María Amparo Casar y Claudio González, logró frenar en seco la intentona de bursatilización del Gobierno del Estado, encabezado todavía por César Duarte, haciéndole segunda a Javier Corral, el mandatario electo.
Hay quienes dicen que Javier Corral comenzaba a sopesar la idea de dejar correr la deuda, con todas las consecuencias nefastas, con tal de contar con liquidez para el inicio de su administración. Lo cierto es que nunca dio una señal clara de conciliación, sino todo lo contrario: fue hasta la Secretaría de Hacienda y presionó a los bancos con todo su arsenal para impedir que le vendieran dinero caro a Chihuahua.
No se sabe a dónde irán a parar los seis mil millones de pesos que está solicitando Duarte para los últimos meses de su administración. Una cantidad nada despreciable pues, para que le queden los números más claros, podemos decirle que con ese dinero se comprarían más de mil 150 Lamborghinis Murciélago LP640, de los más caros y lujosos de la firma italiana. Mencionamos este modelo pues es muy popular en las redes sociales chihuahuenses.
Este nuevo endeudamiento podría ir a parar a donde mismo han parado los 42 mil millones de pesos que ya debe Chihuahua. No se sabe a dónde, pero no ha sido a obra pública, inversiones ni gasto social. Saque sus conclusiones.
El más grande temor es que el gobernador y la burocracia que aún le jura lealtad se sirviera con cuchara grande unos buenos platones de bonos y aguinaldos, en un intento desesperado por conservar (y premiar) al poco capital político que, como llegó, ahora se va.
El juez que frenó la deuda es el Primero de Distrito, Juan Antonio Trejo, el mismo que repuso las observaciones de 17 demandas que ahora son el argumento para echar a Duarte por la puerta trasera del tricolor. También suspendió una polémica licitación por 270 millones de pesos para que un cuatazo de Palacio que por ese monto vendería 237 mil placas.
Muy regionalistas se vieron en la Canaco. El presidente Carlos Fierro Portillo está indignado, no por la parálisis económica que vive el estado, no por el destino incierto del desmedido endeudamiento, sino porque el recurso fue interpuesto por no-chihuahuenses. En la Coparmex mejor no dicen nada. Las venas tricolores y azules se notan, y sus intereses también.
La persecución contra Duarte apenas comienza. Todavía es gobernador y ya hay muestras claras de que su partido, Los Pinos e incluso los grupos políticos que lo apoyaban le están dando la espalda. Emilio Gamboa lo ve ya como peso muerto para sus aspiraciones, a pesar de que fue él quien, hace más de 10 años, comenzó a apuntalarlo para la gubernatura, lo cual logró y salió beneficiado, pues se especula que con nuestros impuestos se financiaron proyectos políticos de ese grupo, lo cual habrá que comprobar para poder llevar al ballezano ante los tribunales.
Viene una nueva manera de gobernar. Difícilmente cumplirá Corral con las expectativas de todos, pues son altísimas, pero aún no gobierna y ya dio muestras de una mentalidad muy diferente como persona y como gobernante. Ayer fue a festejar su cumpleaños número 50 acompañado por su esposa, Cinthia Chavira, así como otros familiares cercanos, y corrió en redes una foto con el personal de la cocina de una cadena de comida rápida donde se reunió, al más puro estilo Obama.
Luis Miguel, Juan Gabriel, Maribel Guardia, Niurka y otras luminarias ya no tendrán tantos contratos en eventos privados pagados con dinero público. Se acabaron las guarapetas faraónicas en ranchos rodeados de jovencitas entusiastas, pistos finos y caballos pura sangre. Los tiempos son otros.
Ahora los burócratas que se queden tendrán que trabajar, al igual que los que se integren a la administración estatal. Muchos de quienes buscan conservar su ‘hueso’ o atraparlo entre sus fauces siguen aferrados a verlo como un premio a la lealtad facebooquera y no como una responsabilidad en el servicio público. Habrá auditorías, seguimiento a proyectos y mucha rendición de cuentas. Corral no va a sepultarse políticamente por las ineptitudes de otros.
El ex alcalde Carlos Borruel volvió a las noticias y no salió bien librado. Se presentó ante los reporteros no cómo político, sino como concesionario de los taxis del aeropuerto de Chihuahua, para exigir que le quiten a la competencia del camino pues de otra manera los viajeros ya no pagarán 300 pesos por que los lleven a la esquina.
Asegura que Über está ejerciendo competencia desleal. ¿Obtener la concesión de su cuatacho Lalo Esperón no es competencia desleal? ¿Aprovechar el cargo de alcalde no es competencia desleal? Esto por no cuestionarnos ¿de dónde salió el dinero para comprar una flotilla de taxis, entre otros prósperos negocios que encabeza? Es pregunta.
El que amenaza con volver es Guillermo Dowell. Será entre hoy y mañana que decida si deja su epopeya impugnacionista por la paz o sigue en su esfuerzo por entorpecer la transición democrática. Luego de que el Tribunal Estatal Electoral le diera palo a su recurso sustentado en los argumentos de 650 abogados imaginarios, podría hacer un nuevo ridículo ante el Tribunal Federal Electoral entre hoy y mañana. La vergüenza no le duele, un dirigente priista debe ser inmune a esas futilidades, pero ya le mandaron varios estatequietos desde el Altiplano, pues a la militancia ni la pela.
Preocupa el repunte en la inseguridad. En Chihuahua comienzan a sentirse los estragos de la ingobernabilidad que deja el gobierno saliente para hacerle aguado el engrudo a los entrantes. En julio hubo más de 50 asesinatos y agosto ya lleva varios. Los agentes no traen ni para la gas, andan con sueldos incompletos y la incertidumbre por el futuro. Están jugando con fuego.