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México

Slim propone que el cambio a semana laboral de 3 días sea gradual

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Para Carlos Slim, el empresario más rico del país, las semanas laborales cortas son la solución a los cambios ante la tecnología y el progreso, por lo que propone una jornada laboral de tres días y que el camino hacia la misma sea gradual.

“Tiene que suceder gradualmente. Supongamos que la mitad de los empleados de Telmex sobraran. Sería una gran solución: la mitad trabajaría de lunes a miércoles, y la otra mitad de miércoles a sábado. Se tendría un horario completo, servicio 12 horas al día, 6 días a la semana. Y la gente se jubilaría a los 75”, anotó el empresario en entrevista para Bloomberg.

Subrayó que en Telmex, la división de telefonía fija de América Móvil, desde hace un par de años, ofrecen a los trabajadores que tienen mucho conocimiento permanecer más tiempo y trabajar menos días.

El hombre más rico de México añadió que con menos personal laborando en oficinas se reducirían el número de vehículos y la contaminación.

«Tenemos que liderar un cambio en la sociedad de manera que esas personas desplazadas tengan actividades. Para generar empleo, se requieren actividades nuevas», puntualizó.

Slim Helú consideró que las empresas que pueden adoptar esta propuesta son aquellas en las que la productividad ha generado un exceso de personal, como las agencias gubernamentales, en donde se podría implementar un programa así, en vez de recortar personal, y con ello se evita tener que pagar cuando los trabajadores se jubilan anticipadamente.

Respecto a los ejecutivos, Slim señaló que «no se puede tener un CEO tres días y otro el resto, pero los altos directivos se cambian con cierta frecuencia, no con tanta frecuencia como un entrenador [de futbol], pero ya sabes lo que quiero decir. Los ejecutivos avanzan, y los directores generales y presidentes se retiran relativamente pronto y dejan espacio para nuevas personas».

Con información de Bloomberg.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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