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Chihuahuense accede a cuartos de final sin pelear

El Chihuahuense Misael Rodríguez accederá de forma directa a los cuartos de final de los medianos del torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de Río 2016 porque su rival en octavos, el irlandés Michael O’Reilly, está fuera del torneo.
El Consejo Olímpico de Irlanda confirmó hoy que O’Reilly, medallista de bronce en los Campeonatos Mundiales del año pasado, no peleará en Río, luego de haber dado positivo en un control de dopaje.

Según la institución, el púgil tomó un suplemento nutricional que pudo haber tenido alguna sustancia prohibida y salió positivo en una prueba realizada por las autoridades deportivas de Irlanda antes de los Juegos.

Rodríguez debutó hoy en los Juegos Olímpicos en una dura pelea ante el respondón iraquí Waheed Karaawi, al que venció por decisión unánime luego de perder el primer asalto, recuperarse y terminar con la iniciativa.

En la fase de los 16 mejores debía enfrentarse a O’Reilly, pero al no presentarse el europeo, se instalará en los cuartos, fase en la que irá ante el mejor entre el medallista mundial egipcio Hosam Abdin y el camerunés Seyintsengue.

México presentó seis boxeadores en el boxeo olímpico, de los cuales han sido eliminados tres, el mosca ligero Joselito Velázquez, el ligero Lindolfo Delgado y el welter Juan Pablo Romero, el primero y el último en polémicas decisiones.

Deportes

Dodgers se enfrentan al ICE: rechazan uso del estadio como base para redadas migratorias

En un acto sin precedentes, los Dodgers de Los Ángeles negaron este jueves el acceso a vehículos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) a los estacionamientos del Dodger Stadium, en lo que representa una clara postura frente a las redadas migratorias que han estremecido a la comunidad latina en California.

La organización deportiva, considerada uno de los símbolos más influyentes de la ciudad, emitió un mensaje contundente a través de su cuenta oficial en X: “Esta mañana, ICE agentes llegaron al Dodger Stadium y solicitaron permiso para acceder a los estacionamientos. La organización les negó la entrada. El juego de esta noche se jugará según lo programado.”

Fuentes locales señalan que los vehículos del ICE —algunos adaptados para operaciones logísticas y detenciones— habían intentado establecer una posible área de concentración temporal cerca de la Puerta E, en Elysian Park, como ha sucedido en otras zonas como Hollywood o Pasadena. Sin embargo, la administración del equipo, respaldada por el carácter mayoritariamente privado del inmueble, ejerció su derecho de admisión para frenar el intento.

Parte del terreno del estadio sigue en manos del expropietario Frank McCourt, pero la decisión final fue consensuada dentro de la directiva del club, que ha enfrentado presión en días recientes para asumir un rol más activo frente a las detenciones migratorias.

Ese mismo día, se esperaba que los Dodgers presentaran un plan de apoyo a organizaciones que brindan asistencia a inmigrantes afectados por redadas. Lo ocurrido marca, según activistas y medios locales, “la primera respuesta contundente” del club en defensa de su afición migrante, históricamente base fundamental de su identidad y legado.

Alrededor de dos decenas de manifestantes se congregaron de manera pacífica frente al estadio para exigir el retiro del ICE y mostrar solidaridad con las comunidades afectadas. La Policía de Los Ángeles (LAPD), a solicitud del equipo, mantuvo a los manifestantes fuera del acceso principal.

La concejala Eunisses Hernández, en declaraciones posteriores, criticó la presencia de ICE en zonas cercanas al estadio y celebró la decisión de los Dodgers al señalar: “Propiedad privada es diferente. Pueden decir: ‘no en mi propiedad’.”

También hubo pronunciamientos dentro del vestidor. El pelotero puertorriqueño Kiké Hernández expresó públicamente su respaldo a la comunidad migrante, sumándose al mensaje de inclusión que la organización ha querido reforzar.

Pese a la tensión, el encuentro entre Dodgers y Padres se celebró sin contratiempos, con gradas llenas y sin alteraciones en el campo. Pero el gesto del club no pasó desapercibido: en una ciudad donde la inmigración es parte esencial del tejido social, los Dodgers han decidido no quedarse al margen.

Lo sucedido podría marcar un precedente sobre el papel que equipos deportivos pueden asumir ante políticas migratorias controvertidas. En un momento donde el deporte y la política se entrelazan más que nunca, los Dodgers no solo jugaron un partido este jueves: también fijaron una postura.

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