La muerte de Fidel Castro no tendrá mayor impacto en el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y para el presidente electo Donald Trump no será fácil dar marcha atrás sin generar malestar, consideraron expertos.
El deceso del nonagenario líder reavivó las expectativas sobre la política que seguirá Trump, quien durante la campaña electoral planteó revertir el acercamiento, promovido por el presidente Barack Obama y el gobernante cubano Raúl Castro.
«Lo que es claro es que Fidel dejó el escenario no solo hoy, sino hace diez años, y si bien era una especie de conciencia ideológica de la revolución y respetado como el padre de la revolución, no creo que tuviera mucho qué ver con esta apertura», dijo Eric Olson, director adjunto del programa para Latinoamérica del Centro Woodrow Wilson.
La irrelevancia de Fidel Castro en este proceso quedó asentada durante la visita de Obama a la isla en marzo pasado para conmemorar el primer año del restablecimiento de relaciones, sin que se reuniera con el líder que sobrevivió a diez administraciones estadunidenses.
Durante la campaña, Trump aludió la posibilidad de revertir el restablecimiento de relaciones con Cuba hasta que el régimen cubano acepte sus demandas, sin que se sepa cómo lo hará.
El escenario podría tornarse más claro cuando Trump nombre al futuro secretario de Estado, y al encargado para el Hemisferio Occidental, responsable directo de ejecutar la política hacia la región.
Dos de los potenciales candidatos considerados son el ex candidato presidencial Mitt Romney, y el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Guliani.
Para Julia Sweing, investigadora con la Universidad de Texas, echar atrás esta política no será fácil para Trump, debido al cambio demográfico en la comunidad cubano-estadunidense y la enorme aceptación que ha tenido el acercamiento entre el exilio cubano.
Los viajes entre Estados Unidos y la isla, en su mayoría de cubanos que visitan familiares en la isla, aumentó 80 por ciento en el último año, generando una demanda en las aerolíneas autorizadas para operar en la isla, que ahora suman más de cincuenta vuelos semanales.
«Creo que será difícil para Trump revertirlo, aunque ciertamente puede intentarlo», dijo Sweig a la cadena de noticias CNN.
Olson consideró que este momento debe ser de reflexión sobre las implicaciones de Fidel Castro en la historia mundial del último medio siglo, pues es poco lo que se puede anticipar de Trump en un tema que ocupó un lugar marginal durante la campaña presidencial.
«No creo que tenga mayor impacto para el futuro de las relaciones, porque la apertura la buscó y la logró su hermano Raúl. Fidel intentó con 10 presidentes abrir espacios de diálogo y nunca lo logró, a veces porque no quería o porque las condiciones no lo permitieron, pero en esta apertura él no jugó ningún papel», reiteró.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.