Se cierra el cerco en torno a Duarte. El gobernador Javier Corral anunció, con mensaje facebuquero y toda la cosa, que la investigación por corrupción contra el ex gobernador César Duarte fue reabierta y ya que la PGR se ha negado a proceder por razones que para muchos son evidentemente políticas, de intereses, y las que gusten y quieran, menos la justicia y el bien público.
Duarte se quitó la denuncia a la brava. Diez días antes de dejar el cargo fue desestimada, y ahora se reabre al considerar que el Ministerio Público actuó bajo coerción de sus superiores, pues ni modo que una autoridad que dependía del propio Duarte y su lugarteniente Jorge González Nicolás fuera a proceder contra los jefes. Si las instancias federales los cuidan, contimás los de casa. Van más de 60 expedientes abiertos con “indiscutibles casos de corrupción”. La evidencia es abrumadora.
Se recrudece el tiro Corral-Cabada con este señalamiento directo contra el flamante director de la policía de Juárez, quien ya se tambalea en el puesto pues el siguiente paso al chirinolero es ya liberar una orden de aprehensión. El gobernador acusó sin tapujos a González Nicolás de ordenar archivar, por sus pantalones, las denuncias contra el ex mandatario y colaboradores como Carlos Hermosillo, quien está en la mira de los dineros pues se enriqueció de la noche a la mañana y por más que jure que “no robó ni un peso”, no ha podido explicar de dónde salió su fortuna… ni podrá.
Rico de la noche a la mañana. Carlos Hermosillo lleva años en el ojo público por su meteórica bonanza económica, pues pasó de tener 200 mil pesos en su cuenta a contar con propiedades por más de 100 millones, la mayoría a nombre de su esposa y su mamá, por supuesto. Por este motivo, en enero de este año que termina Gustavo Villarreal, ex alcalde de Parral, acudió a denunciarlo, pues pasó de ser chofer de Duarte a secretario, como director de fideicomiso, director de Administración de Hacienda, presidente de la JCAS, diputado federal… le fue bien.
El dinero no se puede esconder. Resulta que su esposa, dedicada a labores del hogar, de pronto tuvo para comprar dos residencias en el Sanfra, donde se reúne la mera crema, mientras que Hermosillo adquirió una casa de descanso en Lomas de Sacramento, locales en el Periférico de la Juventud, ranchos, y lo que falta por salir a la luz. Nada mal para alguien que en 2003 compró una modesta casita con crédito Fovissste. La respuesta de Hermosillo ha sido incomodidad, cinismo y pasmo…
Hermosillo no quiere ni que lo cuestionen. Así quedó claro cuando, también en complicidad con Jorge González Nicolás, mandó detener al feisbureportero Gabriel Ortega, según por violar la Ley al difundir “información total o parcialmente falsa o verdadera”. El joven comunicador pasó una noche en prisión así nomás, y hasta la fecha debe presentarse mensualmente a firmar pues el proceso continúa. El tiempo ha dejado claro que sus señalamientos, los cuales hizo antes Jaime García Chávez, no andaban tan errados.
Hasta los sobrinos alcanzaron. En un noticiero nacional se reveló que Jaime Fong Ríos, sobrino de Bertha Gómez, esposa de César Duarte, recibió 655 mil pesos en facturas que se generaron todas en menos de cinco minutos, para una empresa que comenzó con un capital de 50 mil pesos y se encargaba de proveer papelería al Gobierno del Estado. A él no le quedaron debiendo como al resto de los proveedores que reclaman mil 400 millones de pesos de adeudo. También le fue bien.
En el PRI no saben qué hacer con Duarte. Por un lado está la deuda del partido y sus mandos con el ex gobernador, que fue generoso y, según declaraciones del propio Corral y la denuncia que ya interpuso ante el INE, habría desviado al menos 100 millones de pesos para el partido, más lo que vaya saliendo. Duarte también fue el gobernador más generoso con el presidente Enrique Peña Nieto, a quien envió sendos regalos, pero la presión es mucha y según consejeros del tricolor, el ballezano podría ser expulsado en los próximos días… ¿y de ahí al tambo?
Cabada sale en defensa de González. El alcalde juarense aún trata de defender lo indefendible y querer limpiarle el babero a su secretario de seguridad pública. Ayer salió a decir que el aparato estatal no podía ser juez y parte y casi casi pide que con Jorge no se metan. No hay por dónde buscarle, Corral pintó clarita su raya y no hay margen de negociación, no colaborará con un cómplice del saqueo y arquitecto uno de los periodos de impunidad más aberrantes que haya vivido la entidad. O se va o el pleito va para largo.
Cabada también trae pleito en casa. Resulta que la ex directora de Tránsito, Maris Domínguez, se dice perseguida por el alcalde independiente y asegura que le pusieron la “cazadora” pues el mismísimo edil la topó en un restaurante, la vio echarse un alipús (o varios) y ordenó que la esperaran para darle su buen quemón. Afirma ella que vio al alcalde en el restaurante, que no se tomó más que una, y que todo es político. ¿A quién le cree?
Pasando a otros frentes de Corral, el gobernador sigue queriendo exprimir los membrillos de la Secretaría de Hacienda y traerse más que los 430 millones de pesos que le ofrecen, ni la mitad de los 900 millones que le ofreció José Antonio Meade en un principio, y no hallan como destrabar la llave para que suelte un chorro. Hasta ahorita, Los Pinos no ha dado su brazo a torcer y tal parece que quieren castigar a Chihuahua.
Y hablando de Corral y de dinero, aún no se aprueba la Ley de Ingresos ni el Presupuesto que propuso el ejecutivo, el cual sigue bajo discusión para ver de dónde saldrá la lana para llenar el socavón que dejó Duarte quien endeudó Chihuahua hasta 2044, a lo mejor varios de nosotros no tendremos chance de ver esa deuda saldada. Blanca Gámez anda queriendo convencer a sus compañeros de que se necesita más deuda para resolver la deuda… tienen hasta fin de año para decidir, pero ni un día más.
Ni con transparencia quedaron conformes. Los aspirantes a convertirse en consejeros del Ichitaip tuvieron su desenlace, y tras un arduo y ejemplar proceso se decidió que quedara, por fin, Rodolfo Leyva, quien ya traía clara bendición del PAN (ni modo que no), así como Amelia Martínez, Alejandro de la Rocha, y Adolfo Esparza como suplente. Todos fueron ungidos ayer mismo, aunque había otros prospectos valiosos que quedaron en el camino como César Cabello y Mónica Sofía Soto, profesionales con experiencia probada.