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Encerró a su madre, la golpeó; la obligó a comer desperdicios

El día que Ronald, su hijo, le hizo saber que quería vivir a su lado para cuidarla y protegerla, Úrsula López lloró de felicidad. Apenas se instaló en la casa junto con su pareja, empezaron las desavenencias y las amenazas.

Ronald y su pareja sentimental recluyeron a la mujer de 56 años en un cuartucho de madera. Ahí pasó su infierno: sin comida, sin agua… si se quejaba o reclamaba era golpeada con una manguera.

El hijo al que dio todo lo que pudo, la maltrataba, la insultaba, la despreciaba… le arrojaba desperdicios y le decía que se los tragara. Pasaba las noches en vela, arrinconada o sobre la bolsa de paja, que le servía como una cama.

La ausencia de Úrsula fue notoria en el Barrio San Isidro de San Julián, en Bolivia; nadie sabía nada de ella, si acudían al domicilio, decían que dormía o había salido. Mantuvieron el engaño hasta que uno de los vecinos logró contactar al hermano de Úrsula, quien pidió el apoyo del grupo SLIM.

Úrsula estaba recluida en un cuarto, una cubeta le servía como sanitario para sus necesidades, apenas podía hablar… “desnutrida hasta ser piel y hueso”, tenía gusanos saliendo de sus pies, heridas en la cabeza y además presentaba muchos hematomas en toda la espalda por los golpes que recibió”, detalló Página Siete.

Fue trasladada al hospital municipal de San Julián para que recibiera atención médica, pero debido a su condición precaria, falleció horas después. Ronald fue recluido en una prisión mientras se determina su condena.

 

Excelsior

Resto del mundo

Devastación en Texas: 69 muertos y una tragedia que sacude al estado

Una tragedia de proporciones catastróficas se vive en Texas, donde las inundaciones provocadas por lluvias intensas han dejado al menos 69 personas muertas, incluyendo 21 menores de edad, según cifras oficiales actualizadas este domingo por la mañana. El condado más afectado es Kerr, con 59 víctimas fatales, mientras que el resto se concentra en zonas aledañas.

El escenario en el centro del estado es de devastación total. La carretera 39, que corre paralela al río Guadalupe en Hunt, muestra los estragos de la corriente: cercas destruidas, pedazos de asfalto desperdigados y escombros de viviendas atorados en los árboles. La emergencia ha movilizado al gobierno federal, luego de que el expresidente Donald Trump declarara la situación como “desastre mayor” bajo la Ley Stafford, habilitando asistencia directa a individuos y comunidades afectadas.

La cifra de desaparecidos también refleja el impacto humano de la catástrofe. En el campamento cristiano para niñas, Camp Mystic, donde se encontraban decenas de menores, el número de desaparecidas se redujo de 27 a 11, aunque aún se mantiene la incertidumbre y la esperanza entre familiares. Un consejero del campamento también sigue sin ser localizado.

En medio de la tragedia, se confirmó el fallecimiento de Dick Eastland, director y propietario del campamento, quien murió mientras intentaba salvar a las niñas. Eastland, descrito como un hombre “bondadoso y acogedor”, representaba la tercera generación al frente del campamento fundado en 1926. Su muerte ha conmovido a la comunidad local y a generaciones de exalumnas del campamento.

El gobierno de Estados Unidos ha desplegado múltiples agencias bajo el Departamento de Seguridad Nacional, incluyendo la Guardia Costera, Aduanas y Protección Fronteriza, y unidades especiales de Patrulla Fronteriza. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó que los recursos de FEMA ya se están coordinando con los equipos de emergencia texanos.

El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una alerta de inundación vigente hasta las 7 p.m. para la región central de Texas, advirtiendo la posibilidad de entre dos y cuatro pulgadas adicionales de lluvia, e incluso “bolsas aisladas” de hasta diez pulgadas, lo que podría agravar aún más la situación.

Mientras tanto, la tragedia se ha visto envuelta en controversias políticas. Kandiss Taylor, candidata republicana al Congreso por Georgia, difundió teorías de conspiración en redes sociales, afirmando que las inundaciones fueron producto de “clima manipulado” y “geoingeniería”. Aunque luego aclaró que no se refería específicamente a Texas, sus declaraciones generaron una ola de críticas por la falta de sensibilidad en medio de la crisis.

También se pronunció el expresidente George W. Bush, exgobernador de Texas, quien expresó su pesar por las vidas perdidas. “Laura y yo estamos desconsolados. Nuestros pensamientos están con las familias que han perdido a sus hijos”, dijo en un comunicado. Su esposa, Laura Bush, trabajó en su juventud como consejera en Camp Mystic.

Mientras continúan las labores de rescate y recuperación, Texas enfrenta uno de los peores desastres naturales de los últimos años. La cifra de víctimas podría aumentar conforme se restablecen las comunicaciones y se despejan las áreas más afectadas. La comunidad permanece en vilo, con oraciones, solidaridad y dolor compartido.

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