Maclovio Murillo es el nuevo consejero jurídico. Así fue nombrado ayer por el Gobierno del Estado encabezado por Javier Corral, tras la salida amistosa de Daniel Contreras Henry, quien tomará un mejor puesto en la Cámara de Diputados. El recién llegado es en verdad un viejo aliado, el mosquito que siempre le zumbó en la oreja al ex gobernador César Duarte, a quien le propinó dolorosos piquetes en el ego mediante litigios en tribunales federales, los cuales le ganó.
Frenó la ‘oxigenación’ del STJE. Cuando el ballezano se sentía en la cima de su imperio y el poder era para poder, Murillo lo devolvió al piso al representar al jurista Carlos Flores Silva, a quien le habían negado la ratificación como magistrado nada más por sus pistolas. Eso de respetar la Ley no era el estilo de la administración pasada, ¿para qué? Decían.
Murillo apaleó a Duarte. En casi todos los casos de alta trascendencia contra Duarte estuvo la mano de murillo, sobre todo en los que se ganaron, por lo cual ahora será una pieza valiosa en la persecución legal que hay contra el ex mandatario y sus secuaces para descubrir a donde fueron a parar los miles de millones de pesos en endeudamiento que nomás no aparecen ni se explica en qué se gastaron.
Con Cabada, un fugaz ‘romance’ legal. Murillo también defendió al alcalde de Juárez, Armando Cabada, cuando el PRI impugnó su victoria. Luego se distanció del ex conductor de noticias cuando este integró a su equipo al ex fiscal Jorge González Nicolás, un personaje que también le caía en el hígado por ser cómplice de infinidad de atropellos legales y penales. Más por convicción que por conveniencia se integrará al gabinete, pues ganará incluso menos que en el ejercicio privado, pero es prestigio y es nombre.
Incomprendido papel en el caso Rubí. Murillo defendió a los jueces que liberaron a Sergio Barraza, asesino de Rubí Frayre. El caso es delicado pues si bien se dejó libre a una persona que resultó ser un despiadado y miserable asesino, lo cierto es que los jueces necesitan pruebas para encarcelar a las personas, no sólo buena voluntad, y los agentes encargados del caso simplemente no las presentaron. Gajes dolorosos del oficio.
El otro asunto del día es la bursatilización. Tras el oficioso jaloneo en el que los legisladores buscaron no lo mejor para Chihuahua sino cómo acarrear agua a sus molinos, quedó lista y planchada la iniciativa para aprobar la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos 2017 del primer año real de gobierno de Corral, en el cual quiere tener sus milloncitos para que echar a andar al estado.
Vendieron caro su amor. El diputado panista Jesús Valenciano convenció a cuatro de los cinco integrantes de la comisión de Presupuesto y Hacienda Pública, entre los que se encontraban Rubén Aguilar, del Partido del Trabajo, y Miguel Vallejo, de Movimiento Ciudadano, quienes seguro cobraron caro su apoyo. En contra sólo votó Adriana Fuentes, esa que aborrece el endeudamiento siempre y cuando no sea lana saqueada por los de su partido, el PRI.
Deuda, pero no tan cochina. Si bien es cierto que también es deuda, hay que matizar que esta será con intereses mucho más bajos y habrá que estar vigilantes de que cada peso se destine a obras y combate a la pobreza, pero no a la pobreza de los funcionarios que los ejercen, como pasó con Carlos Hermosillo que pasó de chofer a millonario en un sexenio, por no hablar de Duarte que pasó de lotero a banquero en el mismo periodo. Por eso se aprobó también una modificación a la Ley para que la deuda no pueda utilizarse en gasto corriente.
También le metieron austeridad. El presupuesto fue recortado en 689 millones de pesos que estaban como que sobraditos en algunas áreas, pues luego de la rasurada no se afectó ningún rubro prioritario ni se comprometió ninguna partida o acción importante. A la Secretaría de Desarrollo Social le aumentaron una pizquita, entre 35 y 100 millones de pesos de los 700 que pidió su titular Víctor Quintana, esto luego de una certera carta del abogado Gustavo de la Rosa, quien recrimina que se destinen 2 mil millones de pesos a Comunicación y una bicoca a lo social.
Batearon al poder judicial. Los magistrados soñaban con aumentarse el presupuesto en 485 millones de pesos y sencillamente les dieron pa´tras. También le tumbaron 51.5 millones al Instituto Estatal Electoral y 37 millones al Tribunal Estatal Electoral, así como 90 a la Auditoría Superior del Estado. El DIF quedó con un presupuesto de 485 millones, nada mal.
El Ichitaip no apesta, hiede. Luego de la embarrada de hez azul que salpicó Miguel Latorre al colar por sus pistolas y con las peores prácticas a su colega panista, quien sospechan a su vez protegería a la esposa del diputado que ahí trabaja, ahora se está maquinando para poner al frente a Alejandro de la Rocha, un personaje azul hasta el tuétano aunque mal calificado y con evidentes simpatías hacia el Partido Acción Nacional, al cual ha servido y representado siempre.
Se alían panistas y duartistas en transa. Según corren los chismes, el güero De la Rocha, director de la Coparmex en Chihuahua, estaría haciendo alianza con las duartistas Alma Rosa Armendáriz y Nancy Martínez para colocarlo al frente del instituto, por encima de Rodolfo Leyva, quien a todas luces es el más capacitado, preparado e independiente de intereses. ¿Qué pensará Corral de cómo manejan sus correligionarios el tema del Ichitaip, así tan mañosos?