El presidente Enrique Peña Nieto nunca se comprometió a que el precio de la gasolina no subiría y afirmó que se habían acabado los gasolinazos mensuales para 2015, año en que no hubo incrementos de precios, de acuerdo con lo expresado por el primer mandatario durante su diálogo con jóvenes el pasado 1º de septiembre con motivo del cuarto Informe de gobierno.
Sin embargo, el gobierno federal, para impulsar la reforma energética, aprobada en 2014, prometió que los precios de la energía eléctrica, gas y combustibles bajarían de precio gracias a la competencia y a diversos participantes en el sector.
En septiembre, a la interrogante del joven Daniel Arriaga del Castillo sobre cuál es la razón que lo impulsó a romper la promesa que había hecho de que no habría más gasolinazos durante su gobierno, el Presidente respondió que él nunca se comprometió a que el precio de la gasolina no subiría.
“Ha habido distorsiones a lo que realmente yo comprometí en 2015; a inicios de año, justamente dije que se habían acabado los gasolinazos, estos incrementos que mensualmente se daban, y no hubo ningún incremento durante 2015, no hubo gasolinazos.
“Pero también debo decir, nunca comprometí que no fuera a incrementarse la gasolina, lo que sí comprometí es que habríamos de tener reducción en las tarifas de luz eléctrica, en las tarifas telefónicas, como ha ocurrido, y recientemente anunciamos reducción, también, en las tarifas del gas LP.
El alcalde Marco Bonilla Mendoza calificó como una traición la forma en que se aprobó la nueva Ley General de Aguas, al asegurar que se avaló sin respetar compromisos previos con organizaciones campesinas y productivas.
Bonilla señaló que la votación ocurrió de manera sorpresiva y sin apertura al diálogo, lo que provocó mayor inconformidad entre los sectores afectados. El edil advirtió que la reforma no solo impacta a productores de gran escala, sino que coloca en una situación delicada a miles de familias que dependen de actividades agrícolas en regiones donde el acceso al agua ya es limitado.
El alcalde consideró que el cambio normativo complica el panorama inmediato para zonas rurales cuya producción depende del riego mediante pozos. También indicó que la incertidumbre alcanza a proyectos de inversión en distintos estados del norte del país, pues la falta de claridad en los criterios de uso del agua podría frenar iniciativas agrícolas e industriales.
Bonilla reiteró que el recurso hídrico es determinante para la operación y llegada de nuevas empresas. Reconoció la postura de organizaciones y productores que han mantenido movilizaciones en defensa del agua, al destacar la importancia del sector para la estabilidad económica y social de las comunidades rurales.
El alcalde agregó que el país enfrenta un momento decisivo ante una reforma que, a su juicio, fue aprobada sin consenso y que podría intensificar disputas regionales por el acceso al recurso.