Cien días, cien pretextos. Así se cumple hoy el primer tramo de la administración de Javier Corral como gobernador, en una de las administraciones que mayor expectativa han despertado entre los chihuahuenses en las últimas décadas. Sobre ninguno de sus antecesores había un peso tal como reconstruir un estado lleno de conflictos, en quiebra y con una tensión social siempre a punto de estallar. ¿Ha estado a la altura de los retos? Es muy pronto para saberlo, pero, hasta ahora, los cambios no han dado frutos.
No hay lana, no hay lana. Es bien cierto que en vez de dinero, Corral encontró sólo deudas y más deudas. Esta es la ‘gasolina’ que a final de cuentas mueve al estado. No se puede hablar de grandes proyectos, obras, inversiones si no quedó ni para pagar los sueldos de policías, profes y servidores públicos (eso sí sería un caos). El problema está en que Corral prometió un nuevo amanecer y, hasta ahorita, como que sigue en crepúsculo.
En Chihuahua la gente no sale a marchar de a gratis. Según nuestro clima, usos y costumbres, es raro que la raza se alborote. El problema es que cuando se alborota va muy en serio, no como la gente del centro y del sur que grita y grita pero no hace nada. Históricamente Chihuahua ha jugado un papel espinosamente protagónico en las revueltas y movimientos del país. Los norteños no nos andamos con pelotadas.
Corral se ganó varios tigres en la rifa. A estas alturas no queda claro si el actual gobernador esperaba una responsabilidad histórica tan complicada. Aquí cabe preguntarnos ¿qué habría ocurrido si hubiera ganado ‘Chacho’ Barraza o Enrique Serrano?, ¿Chihuahua estaría mejor que con Corral? Esta reflexión se la dejamos de tarea.
Gasolinazo, la prioridad. Por lo pronto el gobernador Javier Corral está tratando de traer resultados. Ya está en marcha un plan para importar gasolina barata por su cuenta, para reducir el precio en la frontera y otras alternativas que efectivamente repercutan para bien en el bolsillo de los chihuahuenses. Lo que no repercutirá para bien, ni tantito, será el aumento al agua y otros que vienen con el inicio de año, y que los detractores usarán para golpetear.
Explotan los reporteros. Durante las jornadas de transparencia encabezadas por el gobernador Corral, los medios de comunicación denunciaron boicot a su labor, pues la dirección de Comunicación Social encabezada por Antonio Pinedo quiere ser el filtro de la información que ofrece el gobierno del estado y la raza nomás no está acostumbrada a esto, a pesar de que se acostumbra mucho en altos niveles, lo cual no justifica la práctica, por supuesto. También pesa, hay que decirlo, el hecho de que de 3 mil 500 millones de pesos que derrochó Duarte en publicidad para sí mismo, ahora sólo habrá 200 millones para prensa, y gobierno no pagará más que una empresa o un particular. Ya no habrá zanahoria para “premiar” a los “amigos” y “castigar” a los pegadores.
Que no los agarren en curva. Esto es lo que busca la dirección, además de cerciorarse de que toda la información sea correcta y precisa, y que no se repitan declaraciones tan simples como la del secretario de Educación, Pablo Cuarón, con esa de las promesas del corazón. Los secretarios están verdes, muchos no tienen experiencia alguna ante los medios, y serían carne de cañón facilita ante dos tres reporteros colmilludos que quieran hacerlos quedar mal. No obstante, estas deficiencias no deben absorberlas los comunicadores, cada funcionario debe dominar al cien su área y el trato con la prensa, es parte de su trabajo.
Cien días sin acciones contra Duarte. Al parecer al gobernador y su equipo les está quedando grande la silla. Se han enfocado tanto en ser bomberos del estado que no han juntado leña para la hoguera en la que pretenden quemar política y penalmente al ex gobernador más odiado de las últimas décadas. Al priísta que alguna vez soñó con saltar a la presidencia, se le ve muy plácido de shopping en Texas, delgado y acompañado de su familia. Para muchos chihuahuenses, Duarte ya se peló.
Adiós PRI, hola Morena. Con el pronosticado triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones, muchos tricolores analizan seriamente saltar del barco y aprovechar la absolución completa de sus pecados anunciada por Andrés Manuel, al grado de que, dicen los chismosos, el hijo del tabasqueño ya recorrió Chihuahua tanteando a los mejores perfiles para acarrearle a su padre los votos necesarios para un triunfo holgado.
¿Quezada contra Dowell? A este acercamiento entre un grupo de priistas y morenos se le ha achacado, no sabemos si con razón o maliciosamente, la revuelta que llevaron seccionales a las oficinas del PRI en Chihuahua, exigiendo la salida del juarense quien, hay que decirlo, ha sido una calamidad para su propio partido. Quezada lo niega, dice que no es su estilo, pero ¿se habrán lanzado los seccionales sin consultar con los jefes de la comuna en el municipio?
¿Hasta ‘Teto cabría en Morena? Es difícil de creerlo, pero los chismosos afirman que el ex alcalde de Juárez quiere ser parte de la ‘esperanza de México’. Suena poco probable, pero con el acercamiento con Cruz Pérez Cuéllar y todo aquel que pueda aportarle votos a la causa, pues ya no descartamos nada. Andrés Manuel tiene un gran arrastre, muchas cualidades y aprovecha un enorme descontento, pero en operación política a nivel nacional está hecho garras, lo sabe y ha puesto manos a la obra con una serie de alianzas. En fin, entrar a Morena los limpia de pecado.
Llaman a ‘revoltosos’ al CEN del PRI. El dirigente nacional del partido, Enrique Ochoa, ya se reunió con Patricio Martínez para conciliar y pedirle que no le haga el caldo gordo a los inconformes y menos que respalde a Javier Corral. No obstante, ‘Ticho’ ni es dejado ni es tonto. Sabe bien hacia dónde corren las aguas, sus fortalezas y las debilidades del partido, y se mantuvo firme en exigir reversa al gasolinazo. Graciela Ortiz ya dijo que ella obedece y está alineada, y a Lilia Merodio ni para qué llamarla, sabe que lo mandará al Diablo. Hoy tienen cita Dowell, Karina Velásquez y Adriana fuentes pero por otro tema: tantear las aguas y cerrar filas a ver qué rescata el partido.