Camioneros se cobran al modo chino. Por sus pistolas, concesionarios y choferes comenzaron a cobrar diez pesos a los usuarios por el servicio de transporte, sin ninguna autorización oficial, pues le echan la culpa al gasolinazo y ahora las consecuencias de esa decisión tomada “por su bien” según el presidente Peña Nieto y su camarilla, impactará los bolsillos ¿de quién cree? De los más necesitados.
Gasolinazo ofende cada día más. Uno a uno se han desmoronado los argumentos para aumentar de un jalón el precio de los combustibles. El Gobierno de EU ya dijo que los precios de la gasolina son los más bajos desde 2004, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens ya reconoció que sí son consecuencia de las reformas estructurales, y es un hecho que el casi 40 por ciento que se cobra de impuestos no va a los más necesitados, como dicen, sino a los que siempre salen ganando.
A río revuelto, ganancia de concesionarios. Sin embargo, por si sí o si no le dan marcha atrás, los camioneros quieren darle trámite al aumento a pesar de que nunca, y léase bien, nunca, han cumplido su promesa de modernizar las unidades, capacitar a los choferes o cumplir con sus horarios. Son un gremio ingobernable marca PRI que se mueve por intereses propios, y muy lucrativos, no para prestar un servicio público como se supone.
Mano firme… pero luego tiembla. Ayer Guillermo Hernández, Joel Gallegos y César Jáuregui, encargados del tema desde Gobierno del estado, lanzaron un mensaje firme e intimidatorio que duró menos que los días fríos de este invierno. Luego de mandar al corralón unas cuántas unidades aceptaron sentarse a negociar y analizar la tarifa, por lo cual se ve inminente que suba el precio. ¿También dirán las autoridades que los camiones urbanos son un privilegio? La amenaza de paro sigue latente, así que vayan desempolvando de nuevo sus Dodge… patas.
Exigen frenar colectivos. Durante el paro del sexenio que acaba de pasar, el Gobierno halló respuesta repartiendo conceciones para prestar servicio de transporte en vans y combis, las cuales se siguen otorgando a las huestes de Jorge Doroteo Zapata, una de las almas más negras de la escena política chihuahuense según los recién llegados, motivo por el cual ya se preparan protestas organizadas ¿por quién cree? Por Morena.
Memo Dowell se enquista. Para los priístas de la corriente pro Morena llegaron malas noticias de la Ciudad de México, pues el presidente nacional del tricolor, Enrique Ochoa, pidió que se aguanten mientras tratan de apagar las llamaradas que traen con el gasolinazo. Chihuahua y sus militantes no les importan, todas las canicas están concentradas en el centro del país, sobre todo en el estado de México, considerado ‘Mordor’, el imperio y último reducto del priísmo que se niega a morir. Para abril o para mayo.
Dowell y Serrano, ni la burla perdonan. De azote de los chihuahuenses y validadores oficiosos de cualquier atropello, ahora los perdedores de la pasada elección recapacitaron, reflexionaron y dicen que cambiaron. Por eso se han puesto del lado de la ciudadanía y critican sin tregua a Javier Corral con motivo de sus cien primeros días. Ni modo de esperar otra cosa.
Los errores de Corral. Es cierto que la ciudadanía ya empieza a reprochar promesas incumplidas como la universidad gratuita y la eliminación total de las fotomultas, los aumentos a servicios y sobre todo que Duarte siga paseándose tan orondo por los centros comerciales de Estados Unidos. También hay inquietud por la inclusión de fanáticos religiosos como Teresa Ortuño al frente de instituciones tan delicadas como el Colegio de Bachilleres, de personajes sin experiencia o resultados en áreas como cultura o educación, o impresentables como Madero o Borruel, pero pues… es un gobierno a fin de cuentas panista, ¿qué esperaban?
Crecen rencores y tirrias. Además de los errores, dilaciones y fallas en el equipo de Corral, en muchas de cuyas áreas aún no tienen ni plan de qué van a hacer, están los antiguos apoyadores que se quedaron en el camino y ya pintan para adversarios. Muchos, por no decir la mayoría, tenían la esperanza de un huesazo y saltaban en cuanto veían tantito azul, pero ahora que ya los principales trozos están repartidos, están ardidos y critican con menos piedad que a Duarte, algunos llegan al sinsentido de decir que Corral ya hizo peores cosas… sangran por la herida.
De lo malo, lo que aparezca. Pero si bien hay una creciente (y entendible) inconformidad hacia un gobierno que tiene toneladas de expectativas encima, esto no significa que vayan a convertirse en simpatías para el PRI. Ayer mismo comenzaron a circular memes burlones que dicen “con Serrano estaríamos mejor”, mostrando paisajes paradisíacos y escurriendo sarcasmo. La ciudadanía es más exigente, y qué bueno, pero para todos es claro que Serrano hubiera sido la segunda parte de una película de corrupción, ineptitud y vil saqueo, y Chacho un mero simulador entregado al empresariado.
Tunden a LeBarón. Un ejemplo de que el descontento va parejo y a los priistas los siguen teniendo en la mira, fue la leída de cartilla que le dieron al doble cara Álex LeBaron, quien con una mano aprueba las funestas reformas y con la otra se queja de ellas. En Casas Grandes lo agarraron como trapeador y el pobre ni pronunciar bien podía, pues el cinismo que se carga ya es hediondo para quienes lo rodean, peor por que prometió renunciar si no lograba dar marcha atrás a las medidas que él mismo respaldó como diputado federal. Qué bueno que los ciudadanos exijan.
Corral y su lista de buenos deseos éticos. Finalmente llamaron la atención las acciones de Corral al superar el ego rancio que mostraron sus antecesores, no se diga Duarte quien se creía la reencarnación de Pancho Villa, y en vez de colocar su foto recuperó los cuadros finos que dejaron (porque muchos se los llevaron) e instaló ahí un código de ética que suena más a lista de mandado.
García Chávez ya lo trae entre ojos. Su antiguo aliado y cada vez más adversario, Jaime García Chávez, le argumentó sólida y agriamente que más que estas buenas intenciones basta con que se aplique la Ley y un mínimo de congruencia, pues mencionó el fanatismo religioso de Teresa Ortuño sobre la laicidad que se supone debería mantener el estado, y la negativa a acatar la Ley de algunos funcionarios respecto a las uniones entre parejas del mismo sexo, entre otros puntos. El nuevo amanecer todavía pinta azul oscuro.