El día de hoy, todos los hogares mexicanos —o casi— celebran el Día de la Candelaria con una ‘tamaliza’. En otras palabras y según la tradición, aquellos a quienes tuvieron la suerte de que les haya tocado el niño Jesús en la tradicional Rosca de Reyes, se ven obligados a comprar o pagar los tamales para alimentar a todos los que partieron la rosca con ellos. Pero, después de todo, ¿por qué se comen tamales en México el 2 de febrero?
El día 2 de febrero, en el santoral católico se festeja el día de la Presentación del Señor, de Nuestra Señora de la Purificación o de Nuestra Señora de la Candelaria. Este día se conmemora que «cumpliendo lo mandado por la ley mosaica, a los cuarenta días de su nacimiento, Jesús fue presentado en el Templo, al mismo tiempo que su madre realizaba la ceremonia de su purificación». Sin embargo, nada en el calendario ni en la fiesta religiosa actual nos explica la relación de esta fiesta con la ‘tamaliza’ del 2 de febrero. Por esa razón, preguntamos al doctor Alberto Peralta de Legarreta, investigador en Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac México, sobre el origen de esta tradición. Según nos explicó el doctor Peralta de Legarreta, el cronista franciscano Fray Bernardino de Sahagún registró que el año mexica comenzaba el 12 de febrero, día del nacimiento o presentación del Sol; ese día, el astro rey salía entre los dos templos situados en lo alto del gran Teocalli, y esto fue confirmado por el arqueoastrónomo Jesús Galindo Trejo hace unas décadas.Pero sucedió que Sahagún terminó y entregó sus escritos alrededor del año 1580, de modo que éstos no pudieron reflejar el cambio calendárico que el papa Gregorio XIII aplicó en 1582; es decir, la sustitución del antiguo calendario Juliano por el Gregoriano —que es el que usamos actualmente—, la cual implicó la pérdida de 10 días. Así fue que el 12 de febrero de 1582 se convirtió, de pronto y arbitrariamente, en el 2 de febrero.
El 2 de febrero los católicos festejan el día de La Candelaria o la presentación de Jesús en el Templo, que significa su entrada a la sociedad después de la cuarentena de la virgen María. Así, en México el calendario mexica y el calendario gregoriano de algún modo se ‘fusionaron’ en dos fiestas relacionadas con el fuego: las candelas o velas de la Virgen de las Islas Canarias y el nacimiento del Sol de los indígenas. Ahora bien, antes de las ollas tamaleras metálicas, los tamales se elaboraban en deollas de barro con forma esférica llamadas en náhuatl comitalli. Estas ollas eran un símbolo femenino —por su forma ‘embarazada’— que simbólicamente ‘daban a luz’ pequeños y tiernos niños de maíz: los tamales, los cuales se ofrecían y compartían el día de nacimiento del Sol. Estos tamales eran —y, de alguna manera, siguen siendo— pequeños hijos de la madre Tierra: maíz tierno envuelto en sí mismo y cocido en el interior de una ‘matriz’, que es la olla. Así, esta fertilidad surge de dos elementos: la Tierra, femenina, y el fuego, que es masculino. Tras la explicación, el doctor Peralta de Legarreta concluye que «este 2 de febrero, celebres lo que celebres, los tamales son uno de los mejores pretextos para compartir el calor y los alimentos en casa».