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Salud y Bienestar

Ofrece ISSSTE conferencia sobre cáncer de próstata

Luego de revisiones de niveles de glucosa, peso y talla y la aplicación de vacunas anti influenza, hepatitis y otras, la Delegación Estatal del ISSSTE reunió al personal masculino en su auditorio, fue José Guillermo Ramos Ramírez quien disertó sobre la prevención del cáncer de próstata.

Ante la presencia del Delegado de la Institución en el Estado, Sergio Granados Pineda, quien tomó parte en los chequeos preventivos de salud y escuchó la plática, Ramos Ramírez abordó la importancia de que los varones se realicen la prueba de Antígeno Prostático Específico (APE), así como la auscultación física con relación a posibles tumores de próstata.

Destacó el conferencista que las estadísticas de la salud indican que de los cánceres más frecuentes como causa de muerte en los hombres, se encuentran el de pulmón y el de próstata, de ahí la trascendencia de detectar oportunamente dicho padecimiento.
Indicó Ramos, que tan solo en el año 2003 la OMS detectó más de 6 mil 500 casos de cáncer de próstata en México, de los cuales 4 mil 600 terminaron con la vida de los pacientes, lo que significa que hay escasa o nula prevención y cultura de protección en este tema.

De ahí que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), haya lanzado el 1 de febrero del presente mes, la campaña nacional de “Febrero, mes de la salud el hombre”, para hacer conciencia en el género del cuidado de su salud, para evitar esa y otras enfermedades que les aquejan.

En ese sentido, explicó que esta Institución tiene interés que los varones atiendan la campaña y hagan un hábito la prevención y el cuidado a su salud, ya que está demostrado que por omisión y desinterés, la expectativa de vida del grupo masculino es menor (70 años), por abajo del de las mujeres que llega a los 78 años.

Del mismo modo, Ramos Ramírez indicó que el estado de Chihuahua ocupa el 12º lugar de muertes por cáncer de próstata en el país, lo cual debe llamar a la reflexión de la población masculina y adoptar la prevención y detección de este mal, uno de los de mayor incidencia en su género.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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