Si vemos a Duarte, lo detenemos. Esa fue la respuesta, palabras más, palabras menos, de las autoridades de Estados Unidos ante las solicitudes de Chihuahua de deportarlo para que enfrente las acusaciones en su contra. Así, tendrían que agarrarlo robando en una tienda o manejando borracho para que hubiera posibilidad de que lo echen para este lado. Mientras no, a pesar de haber una orden de Interpol en su contra.
Proceso, la revista en la que casi nadie quiere aparecer por sus profundas investigaciones en torno a corruptos y criminales, le dedicó portada al ex gobernador en un número que sin duda es una de las piezas periodísticas que mejor compilan y ahondan en el tema.
“Duarte tan campante” es el título. Ahí se describe cómo el ex gobernador se la pasa se shopping, en restaurantes de la frontera o paseando a sus perros afuera de una de sus tres casas de lujo en El Paso, donde al parecer se refugia pues de momento cruzar la frontera sería sinónimo de pisar la cárcel, así sea unos días en lo que sus protectores federales lo sacan. Por si acaso, se evita la molestia.
Pero no se confía. Por si acaso el brazo de la justicia intentara pepenarlo, mejor sale en tres automóviles distintos, sus amigos y familiares le llevan comida y últimamente sólo se dedica a pasear a su perro detrás de las rejas del residencial privado donde habita. Muy bonita por cierto, ubicada en el 343 de la calle Crimson Cloud, con valor de más o menos medio millón de pesos.
Pánico en la familia Duarte. Fue tan burda y cínica la inclusión de la familia en los asuntos de gobierno y los negocios que hoy se investigan, que Alejandro y Mario Héctor Duarte Jáquez, hermanos del ex mandatario, se sumaron a la oleada de amparados que recorren chihuahua como almas en pena, con el temor de que de pronto los paren en seco y los lleven al bote.
Reses hoy, carniceros ayer. Así se ven los bramidos de los hoy perseguidos por la justicia chihuahuense, que se quejan del abuso de la prisión preventiva en contra de ex funcionarios, de la mano dura contra sus tropelías. ¿Qué no eran ellos a quienes no les gustaban los derechos humanos? ¿No hubo excesos de su parte como arrestar y enviar al Cereso a ciclistas por “faltarles al respeto” sin causa penal o falta alguna? Ni la lloren, ni la lloren.
La detención de Yarrington también calienta el ambiente. El exgobernador de Tamaulipas cayó tras varios años prófugo. Hasta el PRI aplaudió así sea de los dientes pa´fuera que este personaje haya caído en Italia. Los políticos siempre están tras la fama, el billete y el poder, y están aprendiendo rápido que castigar a viejos culpables acarrea más buenas opiniones y votos que gastar millones en despeñadas campañas de publicidad que ya nadie pela. No es la Ley, son los votos y la elección en Nayarit, Coahuila y el estado de México los que les importan.
¿Irán en serio o sólo es cuento? De todos los exgobernadores que se han comprometido a encarcelar a sus antecesores como promesa de campaña, Javier Corral es el que ha actuado de manera más contundente hasta la fecha, pero nada servirá de mucho hasta que quienes saquearon al estado sean procesados y sentenciados según una interpretación imparcial de la Ley. Hasta el momento el único que está en la cárcel es el priista Guillermo Padrés, el único panista en el grupo de los góbers saqueadores. La protección de la PGR a los suyos no podría ser más evidente y vulgar.
Rebelión de pitufos en el Congreso. Este es el tema que de momento está jaloneando la relación entre los poderes legislativo y ejecutivo, pues no salió adelante el nombramiento de Armando Valenzuela, el “invitado” por Palacio. En su lugar quedó Ignacio Rodríguez, quien ahora aparece como inelegible por haber sido candidato suplente por Acción Nacional, y esto viola la Ley. Ahora ya no saben cómo hacerle para limpiar el batidero que han enjaretado a Miguel Latorre, quien ciertamente no ha cuidado los intereses de Palacio ni de su partido, ni siquiera de su bancada, sólo los suyos, por lo cual será relevado como coordinador de los azules.
Viene pleitazo por la bancada. En la pugna por liderar a las huestes legislativas del PAN están Maribel Hernández y Jorge Soto, ambos poco queridos por sus compañeros. Esto es lo que ocurre cuando se coloca a una persona como Latorre, con ambiciones muy superiores a sus capacidades, pero el problema no es sólo suyo, sino del sistemático maltrato que el Nuevo Amanecer ha venido dándole hasta a los diputados de casa… a todo mundo. Olvidan que tienen 17 diputados, y que esa mayoría les sirve para muy poco en temas de gran calado. Tendrán que negociar.
Sigue el pleito Corra-Osorio. El gobernador y el secretario de gobernación federal están en una guerra de cifras por la presencia de fuerzas federales en la entidad. Los locales dicen que hay 150, los federales que más de cuatro mil. Al parecer estos miles de agentes no están en servicio sino en adiestramiento en Santa Gertrudis, y salvo que se meta un ratero a su escuela no parecen servir de mucho todavía.
Y la seguridad… bien gracias. No es casualidad que sea la seguridad el tema que mantiene con los pelos de punta a autoridades municipales, estatales y federales. Se trata del control de poderes y recursos muy grandes en la que la mayoría están arrastrados por intereses. Lo mediático y político también cuenta. A la Federación le vendría bien un desastre de seguridad en Chihuahua para ponerlo como foco rojo de ineficiencia, y a eso le apuestan con tal de ganar aire para ver si se les hace un milagro de ganar las próximas elecciones. La vida de las personas importa poco en los juegos de poder.