Hasta el momento los mismos ciudadanos serían los que estarían tomando el control de la información, lo que también se derivaría de la poca presencia de periodistas en las calles por cuestiones de seguridad.
Hace ocho años fue la primer ocasión que los hechos violentos de Reynosa centraron la atención de medios en la ciudad debido a la magnitud de los eventos, la historia podría repetirse con los hechos de la madrugada.
“La ciudad habla en voz baja” informó un periodista en exclusiva a Vanguardia al referirse a la poca difusión de noticias por parte de medios locales.
La madrugada de este sábado Julián Manuel Loisa Salinas, jefe de plaza del Cártel del Golfo en Reynosa de acuerdo a las autoridades federales, falleció durante un enfrentamiento con fuerzas federales.
Como parte de la movilización nocturna usuarios de redes sociales documentaron vehículos como tráilers, camiones y particulares incendiados, quema de llantas, negocios y pastizales; lo anterior en forma de represalia para intentar huir.
Hasta el medio día del sábado ciudadanos continuaban compartiendo imágenes de forma anónima, de acuerdo a la fuente consultada por Vanguardia la petición de anonimato es un reflejo del temor latente entre la población debido a que el Crimen Organizado se encuentra en todos lados.
A través de la página “Reynosa Código Rojo” usuarios informaron sobre la presencia de vehículos incendiados desde la madrugada y que no habían sido retirados por autoridades, también se compartieron fotografías de helicópteros sobrevolando la ciudad.
Al menos cinco personas reportaron el robo de sus vehículos “En los eventos de la madrugada me robaron mi coche sobre Blvd. Hidalgo por Soriana Hidalgo. Es un VW Jetta Blanco…”; también circuló una imagen de un adulto mayor quien habría perdido su casa en uno de los incendios provocados.
Un experto en temas de seguridad, consultado por este medio informó que las redes sociales podrían ser utilizadas por ciudadanos para prevenir salidas y la ubicación de posibles zonas de riesgo.
Hasta el momento los mismos ciudadanos serían los que estarían tomando el control de la información, lo que también se derivaría de la poca presencia de periodistas en las calles por cuestiones de seguridad.