Periodistas en peligro. Luego del asesinato de Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada, otra valiente y reconocida reportera ha tenido que salir del país por las amenazas que ha recibido contra su vida. Se trata de Patricia Mayorga, corresponsal de Proceso y de El Diario de Juárez, muy cercana a la fallecida, con quien compartía no sólo oficio sino convicciones.
El día que mataron a Miroslava ocurrieron las amenazas más graves contra Mayorga, quien actualmente busca asilo en el extranjero para garantizar su seguridad y la de su familia. Esto ocurrió el pasado 23 de marzo, pero se mantuvo en secreto por razones de seguridad, ya que la Fiscalía General del Estado avanza en las investigaciones.
Familiares exigen justicia para Miroslava. Fue su propia hermana la que urgió a las autoridades estatales a hacer su trabajo o reconocer que no pueden. El caso está manchado por el asesinato de una persona, al parecer inocente, a quien intentaron hacer pasar como el sicario que arrancó la vida a la periodista, cuando al parecer no podía ni valerse por sí mismo.
Las autoridades estatales han señalado que hay avances, que ya saben quiénes fueron, cómo y por qué, según el caso ya está resuelto, pero nada se ha dado a conocer. Desde luego que la prioridad es hacer justicia y no saciar morbos, pero da la impresión de que el motivo para retener la información es más bien el impacto en la opinión pública, que un escándalo borre los demás.
Amenazas ¿desde el mismo gremio? En marzo del año pasado, Mayorga y otros periodistas comenzaron a recibir amenazas y hostigamiento en el que un medio digital acusaba a la reportera de tener “líos judiciales” pues estaba el litigio con el director de dicho portal por un intento de apoderamiento del Colegio de Periodistas de Chihuahua, por órdenes del entonces gobernador César Duarte, quien por cierto tenía jugosos contratos de publicidad con dicho portal. La policía cibernética determinó que desde esa redacción habían salido las amenazas, pero no ocurrió nada.
Los Pinos le apuesta al desastre. Parece que desde la Ciudad de México se busca que a Chihuahua en todo le vaya mal con tal de hacer fracasar otros proyectos y así no verse tan mal ellos. A pesar de que el asesinato de Breach y la persecución a Mayorga son temas de impacto nacional, y que el crimen organizado y la protección a periodistas competen de lleno a la Federación, esta ni sus narices ha asomado. Un vil membrete de operación política bajo el mando de Osorio Chong, concentrado de lleno en sus aspiraciones y las de su grupo…
La ex diputada Matilde Gil también apareció muerta. Al parecer fue secuestrada desde el 5 de abril en un centro comercial y aunque según versiones ya se tenía ubicado a uno de sus captores y se seguía la pista al resto, la actuación no fue a tiempo. Su cadáver fue encontrado rumbo a Coyame, cerca de la que fuera su camioneta.
Recibió numerosas condolencias la maestra y ex diputada. A pesar de las críticas a su familia por acaparar las candidaturas del Partido del Trabajo para ella, su marido y sus cuatro hijos, y del servilismo mostrado a cada gobierno en turno con el fin de obtener beneficios personales, hubo muchas muestras de repudio al crimen, solidaridad, y recuerdos del activismo que la víctima realizó en su juventud.
Y la familia… bien gracias. Así continúan los señalamientos por nepotismo al interior de la administración estatal, donde casi una treintena de funcionarios tienen a hijos, hermanos, parejas, compadres… principalmente los “pesados” de la administración. Esto se suma al secretario de Salud que “se dejó llevar”, mientras desde la cabeza no hay un mensaje de castigo a los excesos que tanto se denuncian. Sólo el regaño y ya. El código de ética les está quedando muy grande, la Ley no se diga, del sentido común ni hablemos.
Mientras, la obsesión de los nuevos gobiernos es pintar la ciudad de azul, con la misma mentalidad patrimonialista que les hace creer que conquistaron un feudo con el cual pueden hacer lo que quieran, siempre y cuando sea con recursos ajenos. Ojalá las nuevas administraciones se hicieran notar por diferentes prácticas y resultados, y no sólo por diferentes colores.
Las acciones judiciales contra el duartismo quedaron en tres fregadazos contra excolaboradores y hasta ahí. Los demás siguen a sus anchas, empezando por el jefe de la comuna, el exgobernador César Duarte, quien aspira a convertirse en residente legal en EU, que lo recibiría con brazos abiertos a él y a los millones que lleva consigo, pues de lotero pasó a ganadero, gobernador, banquero y muchos negocios más que dejarían con la boca abierta al más eficiente emprendedor…
Antonio Tarín pidió que se le tome protesta como diputado. A pesar de ser prófugo de la justicia luego de un patético numerito en el que sus compañeros del PRI lo escondieron en una oficina donde tuvo que dormir hasta conseguir un amparo para escapar, quiere el fuero que le dejó el recientemente fallecido Carlos Hermosillo, quien también era pieza en el juego de corrupción de Duarte.
La lucha por la Auditoría es el tema de grilla, pues hay guerra declarada entre los dos auditores apadrinados, uno por Palacio y otro por el grupo más conservador del PAN anclado en Municipio y en el propio Congreso, bajo la línea de Miguel Latorre. Se trata de Armando Valenzuela Beltrán e Ignacio Rodríguez Bejarano.
El primero fue “invitado” por el secretario Arturo Fuentes Velez como provisional luego de que echaron a Jesús Manuel Esparza, aunque no llegó a ratificarse. En la otra esquina se encuentra Rodríguez, quien al parecer tiene el apoyo de los panistas que ya se le salieron del redil al gobernador, aunque el mandatario lo vetó. Ambos tienen elementos controversiales en sus carreras y una marcada afinidad por determinados grupos del PAN. La transparencia y el interés público quedan en segundo plano.
Entre los dimes y diretes, la administración estatal mostró mano dura y sencillamente mandó tomar la auditoría que será defendida por ambos grupos con uñas y dientes. Valenzuela llegó y negó a Rodríguez el acceso al edificio, y parece que el pleito va para largo. Las formas no son el fuerte de este gobierno… la política menos.