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«Chávez Junior es una verdadera vergüenza para México»: Faitelson

Las Vegas – Como lo apuntaban ciertos pronósticos, Saúl “Canelo” Álvarez apoyado de su gran fortaleza fueron mucha pieza para Julio César Chávez Jr, quien en ningún momento de la pelea se miro cómodo ante los embates del tapatío.
Ante esto, el periodista deportivo David Faitelson despotricó ante «El Junior» asegurando que es una vergüenza para México debido a su falta de preparación y sugirió que se retirara.
Por su parte, Julio César Chávez, padre de Julio César Chávez Junior, se vio tenso y desanimado, dando la cara ante los medios por su hijo, asegurando que perdió debido a que no dio el peso y que mínimo se sentía agradecido de que Junior se bajara caminando del ring.
Además, el exboxeador no desaprovechó la oportunidad y felicitó al Canelo por dar una buena pelea.
Aquí todo lo que dijo:
https://www.youtube.com/watch?v=M82eoiVqvvA
El duelo
Se esperaba una batalla épica y terminó siendo una lección de boxeo, un paseo. Canelo Álvarez no encontró la oposición que se esperaba por parte de Julio César Chávez Jr. y ante 20 mil 510 aficionados en la T-Mobile Arena, se llevó una amplísima decisión unánime por triple 120-108.
El tapatío fue muy superior al sinaloense, y al final la gente que comenzó con el ambiente a tope recriminó, principalmente al hijo de la leyenda, la poca acción ofrecida sobre ensogado y reconocieron la decisión y convicción de Canelo que hizo buenos los pronósticos al dominar completamente la pelea para mejorar su récord a 49-1-1 y 34 nocauts, por 50-3-1 y 32 nocauts de Julio.

Deportes

Dodgers se enfrentan al ICE: rechazan uso del estadio como base para redadas migratorias

En un acto sin precedentes, los Dodgers de Los Ángeles negaron este jueves el acceso a vehículos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) a los estacionamientos del Dodger Stadium, en lo que representa una clara postura frente a las redadas migratorias que han estremecido a la comunidad latina en California.

La organización deportiva, considerada uno de los símbolos más influyentes de la ciudad, emitió un mensaje contundente a través de su cuenta oficial en X: “Esta mañana, ICE agentes llegaron al Dodger Stadium y solicitaron permiso para acceder a los estacionamientos. La organización les negó la entrada. El juego de esta noche se jugará según lo programado.”

Fuentes locales señalan que los vehículos del ICE —algunos adaptados para operaciones logísticas y detenciones— habían intentado establecer una posible área de concentración temporal cerca de la Puerta E, en Elysian Park, como ha sucedido en otras zonas como Hollywood o Pasadena. Sin embargo, la administración del equipo, respaldada por el carácter mayoritariamente privado del inmueble, ejerció su derecho de admisión para frenar el intento.

Parte del terreno del estadio sigue en manos del expropietario Frank McCourt, pero la decisión final fue consensuada dentro de la directiva del club, que ha enfrentado presión en días recientes para asumir un rol más activo frente a las detenciones migratorias.

Ese mismo día, se esperaba que los Dodgers presentaran un plan de apoyo a organizaciones que brindan asistencia a inmigrantes afectados por redadas. Lo ocurrido marca, según activistas y medios locales, “la primera respuesta contundente” del club en defensa de su afición migrante, históricamente base fundamental de su identidad y legado.

Alrededor de dos decenas de manifestantes se congregaron de manera pacífica frente al estadio para exigir el retiro del ICE y mostrar solidaridad con las comunidades afectadas. La Policía de Los Ángeles (LAPD), a solicitud del equipo, mantuvo a los manifestantes fuera del acceso principal.

La concejala Eunisses Hernández, en declaraciones posteriores, criticó la presencia de ICE en zonas cercanas al estadio y celebró la decisión de los Dodgers al señalar: “Propiedad privada es diferente. Pueden decir: ‘no en mi propiedad’.”

También hubo pronunciamientos dentro del vestidor. El pelotero puertorriqueño Kiké Hernández expresó públicamente su respaldo a la comunidad migrante, sumándose al mensaje de inclusión que la organización ha querido reforzar.

Pese a la tensión, el encuentro entre Dodgers y Padres se celebró sin contratiempos, con gradas llenas y sin alteraciones en el campo. Pero el gesto del club no pasó desapercibido: en una ciudad donde la inmigración es parte esencial del tejido social, los Dodgers han decidido no quedarse al margen.

Lo sucedido podría marcar un precedente sobre el papel que equipos deportivos pueden asumir ante políticas migratorias controvertidas. En un momento donde el deporte y la política se entrelazan más que nunca, los Dodgers no solo jugaron un partido este jueves: también fijaron una postura.

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