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La Columna de Segundo a Segundo

**PRI en la peor crisis de su historia, y sigue cayendo *Duartistas buscan controlar al partido… o destruirlo para irse a Morena *Osorio Chong descobija a Duarte, al menos de hablada *Corral y Peniche capturaron a Tarín con operación quirúrgica *Sale Carlos Angulo de gabinete

El PRI Chihuahuense está en la peor crisis de su historia. Jamás en casi un siglo de existencia el tricolor había experimentado un estado tan lastimoso, menos después de victorias contundentes como la de César Duarte, quien prácticamente alcanzó carro completo gracias a la confianza que le dieron los chihuahuenses a él, a su partido y a los candidatos que él puso e impuso a sus anchas, y que ahora encabezan las listas de perseguidos por la justicia.

¿Con qué cara van a pedir el voto los candidatos del PRI? El principal reclamo de la ciudadanía es erradicar la corrupción ¿van a decir que ellos sí pueden? ¿Van a presumir logros en seguridad cuando lo único que hicieron fue maquillar cifras y hechos? ¿Van a prometer crecimiento económico, educación de calidad, obra pública, empleos bien pagados? ¿De plano se volarán la barda y ofrecerán honestidad, transparencia, rendición de cuentas y eficiencia en el gobierno?

Los sectores están abandonados. Las fuerzas vivas que dieron su potencia a este partido están anuladas por el partido mismo, que las utilizó como capital electoral explotándolas sin darles nada a cambio. Obreros, campesinos, amas de casa, jóvenes, mujeres, profesionistas, empresarios, ¿existe un sector de la población representado cabalmente por el PRI? Tal parece que no, sus cúpulas traicionaron a todos, incluso al partido mismo.

Lucha por el poder, tiro de gracia al partido. Es casi inexplicable que los mismos personajes que llevaron al PRI a su catástrofe, que perdieron toda posición importante en Chihuahua, y que todavía siguen protagonizando escándalos y daño al instituto, se aferren hoy a acapararlo, ya sea con la planilla “oficial” que reúne a lo más puro y duro del duartismo, o la “disidente” que también arrastra claramente los intereses de Duarte, en un intento por saltar al barco de Morena.

López Obrador no criticó a Duarte. Al contrario, se ha dedicado a señalar a los ex gobernadores priistas perseguidos por peculado y corrupción como “chivos expiatorios”. En la campaña para la gubernatura se fue recio contra Corral, a quien, sin pruebas ni argumentos, se dedicó a calificar como “lo mismo”. En la mentalidad del peje no importa que uno sea un raterazo y el otro no tenga acusación alguna de corrupción, lo que le importa es qué tan afines son o no a su proyecto.

Reventar al PRI, la encomienda. Así parece ser la intención de la “planilla blanca”, curiosamente integrada por tres ex dirigentes que en su momento ejercieron todos los abusos y autoritarismo del que ahora se quejan, cuando ven que el partido ya no puede cumplir sus ambiciones. Ya está la impugnación en el partido, donde probablemente se estancará. Luego iría a los tribunales, y esta parálisis no le caería nada bien a un partido que no ha podido ni lamerse las heridas, mucho menos pensar en recuperarse.

No hay liderazgos. Si atendemos a los protagonistas del sexenio pasado, todos están manchados, unos más o unos menos, de duartismo. Otros grupos están relegados u opacados, y sólo el que encabeza el exgobernador José Reyes Baeza conserva empuje y prestigio, pues es quizá el único ex mandatario que puede plantar cara frente a una multitud y arrancar aplausos. Que lo intenten Patricio o Duarte a ver cómo les va, y el reto va también para diputados, alcaldes, funcionarios.

Se confiaron demasiado. Duarte trajo consigo un estilo de robo tan masivo y descarado que aquel saqueo se generalizó en todas las dependencias y áreas de poder público. Agarraron lo que pudieron y ahora que para su mala suerte llegó un nuevo gobierno a pedirles cuentas, acusan persecución política… hágame usted el favor.

PRI respalda a Duarte, aunque lo niegue. Sólo así se entiende la reticencia a llevar a cabo un proceso abierto, reconciliador, que tome en cuenta a las bases, origen de su fuerza partidaria. El problema no fue tanto que Duarte y sus colaboradores robaran, sino la magnitud y descaro con que lo hicieron y, peor tantito, que no repartieron. La militancia no está dispuesta a cargar con transotas que beneficiaron sólo a un puñado.

A esto sumémosle la catástrofe nacional del PRI. El presidente Enrique Peña Nieto enfrenta niveles de desaprobación, ineptitud y corrupción que hacen difícil entender cómo el país sigue en marcha. Por todas partes surgen escándalos de corrupción, y Los Pinos lejos de buscar resolver estos problema se dedica a hacer como que no pasa nada, a reprochar a los ciudadanos su “mal humor”, e incluso a tratar de emplearlos contra sus adversarios hasta absurdos como el dirigente priista, Enrique Ochoa, exigiendo cuentas a AMLO por las transas de Javier Duarte…

PAN y Morena se quedan con el pastel. Al ver que lejos de salir del hoyo los priistas sólo cavan más, las únicas opciones viables para alcanzar los puestos de poder importantes son PAN y Morena. El primero no tiene tantos escándalos no porque sea mejor, sino sencillamente porque gobernaba mucho menos. A su favor tiene la gestión de Javier Corral, que aunque con muchas fallas y transillas que empiezan a aflorar, no se compara con los leviatanes tricolores ni de lejos.

Morena tiene sus días contados. Ya sea que gane o pierda López Obrador la elección de 2018, será probablemente la última en que Morena tenga un papel importante. Si pierde, se antoja difícil verlo competir de nuevo no sólo por su edad, sino por el hartazgo que causa en muchos mexicanos un candidato que se presenta a elecciones cuatro veces. Si gana, incluso sus seguidores más fanáticos tendrán que abrir los ojos a golpes de realidad. ¿Quién será el caudillo de Morena después de AMLO? Sólo faltaría que quiera perpetuarse y reelegirse indefinidamente.

PRI seguro pierde próximas elecciones. Presidencia, gubernatura, todo está ya lejos de su alcance. La herida y desprestigio de Duarte y Peña Nieto durarán, al menos, una década, y eso si nuevos grupos de priistas tomaran el control accedieran a castigar a sus compañeros y a transformar de tajo sus prácticas. Es más fácil contemplar zombis, dragones y marcianos que priistas exitosos en las elecciones venideras. Así estuvo el daño que causaron a su partido.

La elección en el Estado de México es una prueba. Si llegara a ganarla Delfina, de Morena, lo cual es cada día más probable, el PRI recibiría de una vez su estocada de muerte. Si Del Mazo impone su maquinaria y con fraude y medio gana, sólo prolongarían la agonía y de paso estancarían al Edomex en una preocupante lucha por el poder, mucha inestabilidad. El triunfo de Delfina, sin embargo, podría hacerle mucho daño a AMLO, al demostrar que no basta “ser buenos” para resolver los problemas de gobernar un estado o un país. Mucha carnita para los detractores.

Corral y Peniche se sacaron un diez en la detención de Antonio Tarín García, quien soñaba con ocupar la curul que dejó vacía Carlos Hermosillo con su fallecimiento. Lo agarraron descuidado, disfrutando de un evento deportivo muy quitado de la pena. Sin contratiempos lo llevaron a Toluca, apoyados por policías capitalinos y del Estado de México. En unas horas ya estaba procesado y guardadito en Chihuahua.

Dejaron sólo a Tarín. Tanto sus padrinos políticos como sus abogados le quedaron mal. Los primeros intentaron, pero al final ni las manos metieron para nombrarlo a fuerzas diputado y concederle así la impunidad del fuero. El espaldarazo mediático del secretario de Gobernación Osorio Chong a Javier Corral en la persecución a Duarte dejó claro que no pueden arriesgar la elección en el Estado de México por un cadáver político como Tarín. En el caso de los abogados, le hicieron creer que estaba blindado, y estaba, contra las órdenes de aprehensión pasadas, pero no contra las nuevas que sacó el nuevo amanecer, que está actuando con eficaz estrategia. Corral podría ser el primer gobernador en cumplir la promesa de encarcelar a su antecesor.

Sale Carlos Angulo. El trepado político panista, famoso por hacer de cada situación una oportunidad… y regarla, salió de la coordinación de Gobierno Abierto, un puesto que nadie sabía ni qué era, ni para qué servía, ni de quién dependía. Dijo que su intención es prepararse para buscar la alcaldía de Juárez, su eterna obsesión, aunque pinta más bien que el puesto que le dieron era frío como una congeladora.

 

La Columna de Segundo a Segundo

#ElSegundero: •Tenemos que hablar de quienes piden licencia y quienes no lo hacen

El segundero
8/12/2020

Seguimos con el tema de quienes aspiran a la gubernatura del Estado Grande, y vale la pena analizar, quienes ni piden licencia o ni presentan renuncia y sus porqués.



Chihuahuitas
.- Primero las Damas, Maru Campos y su equipo decidieron no solicitar licencia, y menos presentar la renuncia pues 
el municipio si tienen para el aguinaldo. Le quieren hacer al estilo de los gringos: seguir en el cargo y hacer campaña, los asesores dicen que Maru por la mañanas se dedicará a la administración municipal y por las tardes a la campaña, dirían los chilangos “una alcaldesa godín”, sus opositores aseguran que las familias chihuahuenses solo tendremos presidenta de 9 a 3, y los fines de semana pues menos. Ahora, si Maru no pide licencia es porque la ley podría permitírselo pero también por aquello de las ordenes de aprehensión. Si Campos deja el puesto la guillotina podría caer de inmediato sobre su cabeza.

Juaritos.- Quién de plano se vuela la barda al no pedir licencia sin ninguna justificación es Armando Cabada, quien en su nueva piel morenista ahora hará la chamba solo pats quienes le ayuden a contestar a su favor en la encuesta. Por eso las críticas no han dejado de pegarle desde que se inscribió para la candidatura del partido de AMLO. Una incongruencia mayúscula del ex alcalde “independiente”.

Senado.- Cruz Pérez Cuellar, es otro que no pide licencia y seguirá jugando el doble juego de Senador y hacer campaña, cosa que no sorprende pues desde el inicio de su encargo, o más bien desde el 2016, vive en eterna campaña para contender por la gubernatura. Ayer comentábamos esta decisión de Cruz pues tiene doble filo. Además de que su licencia podría dejar un hueco en el grupo morenista del Senado, también podría ocasionar una detención al quedarse sin fuero.

PEMEX.- Rafael Espino, el consejero independiente de PEMEX, tampoco presentó renuncia o licencia a su cargo, ¿Quién le perdería el amor al cheque quincenal? Aunque aseguran que para el empresario Espino, el puesto es más honorario que otra cosa y en su caso no es necesaria separarse de su cargo.

Suspirante.- Por su parte Hugo Aguirre, alcalde con licencia de Guachochi, presentó su licencia ante el Cabildo, para dedicarse de lleno a buscar la candidatura por el PRI, el joven abogado se está jugando el todo por el todo, convirtió a Guachochi en un bastión priista desde 2016, para algunos ha dado resultados positivos, y se enfrenta a las artimañas de Bazán, cuenta con el apoyo de los priistas que no quieren a Omar (es decir muchos), y aunque muy humildemente, ha ido sumando a perfiles que ven en él a quien pueda levantar al PRI, lo seguiremos de cerca.

Eterno candidato.- Carlos Borruel, es otro al que le aplauden que no tuvo miedo dejar el cheque quincenal de la burocracia, en una hábil jugada, pues durante el 2020 se dedicó a generar simpatías con diversos alcaldes, no generó conflictos con los grupos internos del PAN, fue parte del gabinete de Corral, y hasta dicen que pudiera ser el caballo negro. ¿La segunda es la vencida?

Fundador.- Pero quien se lleva una estrellará en la frente, sin duda es Víctor Quintana, pues fue de los primeros en renunciar a su cargo de Secretario de Desarrollo Social de la administración panista, y estaría de mas no haberlo hecho, bonito cuadro sería buscar la candidatura por MORENA y trabajar para Corral. Una combinación abominable para los del centro del país. La verdad es que Quintana se deslindó muy a tiempo y por eso sigue en la pelea.

Vato cumplidor.- El que si cumplió su palabra fue Gustavo Madero, pues presentó licencia, con dolor de su corazón renunció al sueldo de senador, como lo había señalado en fecha y hora pactada. Aunque con calzador, Madero está metido en la contienda por la gubernatura, aun sabiendo que en Chihuahua, nunca ha ganado una elección, que va debajo de Maru en las encuestas, pero que el apoyo de Corral lo hace quedarse firme en sus anhelos.


El insulto para la sociedad chihuahuense, es quienes siguen usando la tribuna de sus cargos para los que fueron elegidos, en búsqueda de un interés personal, ahora sí que quieren comer pinole y chiflar al mismo tiempo, no hay piso parejo, pues quienes siguen en el cargo se valen de los recursos financieros y humanos para la consecución de sus aspiraciones…simple y sencillamente eso NO SE VALE.

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