Eran las 7:00 horas cuando se corrió el rumor en la comunidad de San Francisco Tláloc, Puebla, sobre un derrame en una toma clandestina. Algunas familias se organizaron con sus hijos pequeños para acudir al lugar a recoger del suelo el hidrocarburo regado.
Los niños llegaron con galones de cinco litros, otros, con envases de refrescos de dos litros. Los adultos que tienen camionetas cargaron con bidones de hasta 50 litros. Todos empezaron a llenar sus tambos frente a la mirada de policías estatales y municipales, quienes a esa hora no habían acordonado la zona.
«Vámonos señores. Retírense por favor, no pueden estar aquí. Es peligroso», gritaron algunos uniformados. Nadie les hizo caso.
«No nos sacan. No nos sacan», incitaban algunos jóvenes y animaban a los pobladores a participar en la rapiña. Más tarde, arribaron policías militares y personal de Seguridad Física de Petróleos Mexicanos (Pemex) pero tampoco pudieron hacer nada para desalojar la zona.
Algunos jóvenes y animaron a los pobladores a participar en el robo del combustible que se estaba derramando.
A la rapiña asistieron mujeres y niños Algunos jóvenes y animaron a los pobladores a participar en el robo del combustible que se estaba derramando. (Foto: (Foto: Héctor Tenorio))
Hombres, mujeres y niños iban y venían encima del ducto con el propósito de apoderarse de la mayor cantidad de gasolina.
Según reportes de Pemex, huachicoleros dejaron abierta una toma clandestina en la comunidad y alguien avisó a los habitantes sobre el derrame para que acudieran a robar.
La toma clandestina no fue sellada de manera inmediata por Pemex lo que provocó que el combustible se regara durante más de cinco horas.
La participación de niños y mujeres en la rapiña fue confirmada, en un comunicado de prensa, por el grupo de Coordinación Puebla Segura –conformado por el gobierno federal y estatal–.
El grupo especificó que, debido a que las autoridades evitaron un enfrentamiento con los pobladores, no hubo detenidos y hasta después del mediodía de este lunes, se logró desalojar el lugar.
“Fue imposible detener a los habitantes, entre los que se encontraban mujeres y niños, para evitar que robaran el combustible”, se lee en uno de los párrafos del comunicado.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) confirmó a Expansión que las autoridades de la población determinaron suspender las clases como una medida de precaución la madrugada de este lunes.
La comunidad de San Francisco Tláloc pertenece al municipio de San Matías Tlalancaleca, ubicado en el otro extremo de la zona conocida como Triángulo Rojo.
En mayo de 2016, cuando un grupo de habitantes de esta localidad exigieron frenar el robo de combustible, el alcalde del municipio, Óscar Anguiano reconoció que había sido rebasado por las bandas. Incluso denunció que meses antes había huido junto con su familia ante amenazas de muerte por parte de ladrones de gasolina.
(Expansión)