Aunque invisible a escala humana, el movimiento de la península de Baja California «es gradual y será evidente dentro de un millón de años, y se vislumbrará como un cambio contundente en el mapa del territorio nacional», alerta Thierry Calmus, de la Estación Regional del Noroeste (ERNO) del Instituto de Geología (IGL), sede ubicada en Hermosillo, Sonora.
La península de Baja California «se desplaza cuatro o cinco centímetros cada año hacia el noroeste, con respecto al continente», señaló el universitario.
Cada año, los geólogos observan que hay deformación y desplazamiento. «Se calculó y se midió que el desplazamiento promedio de la península con respecto al continente es de cuatro o cinco centímetros al año hacia el noroeste», remarcó.
Si se multiplican los cuatro centímetros por un millón de años, es factible concluir que el desplazamiento dentro de ese periodo será de 40 kilómetros. De igual manera, “se puede calcular que cuando llegaron los españoles a nuestro país, Baja California estaba 24 metros más al sur”.
Por otra parte, la situación actual de la falla del Golfo de California es un fenómeno de largo alcance. Ahí, el sistema de fallas existe desde hace seis millones de años, o un poco más, y no tiene por qué terminar, pues es un sistema activo que crea sismos locales regularmente, explicó Calmus.
Hay miles por año en la zona, expuso. Pocos se sienten, son de magnitud baja, pero es un sistema activo. Son fenómenos que tienen millones de años de vida.
«Los sismos pequeños son un fenómeno que puede ser superficial o profundo, pero es muy puntual, y es parte del registro de desplazamiento de los bloques continentales, uno con respecto a otro», destacó.
Para hacer modelos de evolución geológica, los expertos se basan en la teoría global llamada tectónica de placas, que les proporciona información del pasado a partir de datos recogidos sobre los océanos y los continentes.
“Eso nos permite hacer una previsión sobre la posición de la península a muy largo plazo, con sus reservas. Tenemos suficiente información de la historia de la Tierra para estar seguros de la evolución dentro de los próximos miles de años”.
El experto en tectónica y geología estructural aclaró que sí se puede medir y saber la velocidad o el desplazamiento promedio anual de la península con el apoyo de herramientas precisas de sistemas de posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés). Incluso, antes de la década de 1980 con el apoyo del láser, «ha sido factible medir distancias muy precisas entre la parte continental de México y la península de Baja California», explicó.
El universitario aclaró que no podrían decirlo dentro de 100 millones de años, porque cambiará totalmente la posición de las placas. “Se pueden hacer modelos, pero conforme avanza el tiempo aumentamos el plazo de la predicción o perdemos precisión”, reconoció.
MVS