Los 27 miembros de la Unión Europea (UE) y el Reino Unido comenzaron este lunes en Bruselas a abordar las cuestiones de fondo del ‘Brexit’, en una segunda ronda de negociaciones que debe determinar las condiciones del divorcio.
Tras un enérgico apretón de manos el lunes por la mañana con su homólogo británico David Davis, el negociador europeo para el ‘Brexit’, Michel Barnier anunció que los dos lados, al fin, «entran en el fondo de la cuestión».
La sesión de negociaciones deberá durar cuatro días, durante los cuales diferentes grupos de trabajo se volcarán en las primeras prioridades acordadas: derechos de los ciudadanos y pago de las deudas, así como la cuestión irlandesa y otras cuestiones. Según Barnier, el objetivo es «examinar y comparar nuestras posiciones respectivas para avanzar».
«Es hora de comenzar a trabajar y de hacer lo posible para que estas negociaciones finalicen con éxito», declaró por su parte Davis, que desea «identificar las diferencias para tratarlas e identificar las similitudes para reforzarlas». Tensión en Londres
El trabajo está ahora en manos de los técnicos: David Davis partió rápidamente de Bruselas al final de la mañana para volver a Londres, donde le esperan «cuestiones parlamentarias», según un responsable británico.
Davis deberá estar de vuelta el jueves para presentar el balance de la semana durante una conferencia de prensa acompañado de Michel Barnier.
Los europeos, que terminaron sus preparativos de las conversaciones en mayo, se muestran cada vez más impacientes por conocer las posiciones británicas.
Londres publicó el jueves los documentos que precisan su «opinión» sobre varios asuntos clave, pero no sobre la cuestión crucial del pago.
Es importante señalar que el campo británico se mueve en un contexto político difícil. Según los medios, una intensa lucha divide al gobierno para posicionarse en vista de una posible sucesión de la primera ministra Theresa May, debilitada por la pérdida de la mayoría absoluta de los conservadores en el Parlamento durante las pasadas elecciones.
«El gabinete debe mantener conversaciones sobre la política del gobierno en privado», indicó el lunes un portavoz de Downing Street, añadiendo que May se lo recordaría ella misma a sus ministros.
Preguntado el domingo a este respecto por la BBC, el ministro de Finanzas Philip Hammond sugirió a sus compañeros «concentrarse en el trabajo».
La semana pasada, fue el euroescéptico Boris Johnson el que mostró su posición.
El ministro británico de Exteriores se dirigió a los europeos desde Londres, asegurando que podían irse «a tomar viento fresco» con la factura del ‘Brexit’, que algunos responsables europeos evalúan en hasta 100 mil millones de euros.
Una cifra que Philip Hammond consideró el domingo «ridícula» y «disparatada», aunque aseguró que el Reino Unido no es «un país que evita sus deudas».
«Saldar las cuentas (…) no es fácil, sale caro en cualquier separación», reconoció Michel Barnier la semana pasada.
Pero volvió a prometer que no pediría «un euro, un ‘pound’ de más» al Reino Unido de los compromisos adquiridos como miembro de la UE. El tiempo apremia
El francés advirtió sin embargo a los británicos. «El tiempo corre», respondió, si Londres y Bruselas pretenden alcanzar como previsto un acuerdo de salida para marzo de 2019, tras 40 años de unión convulsa.
Solo quedan 15 meses, hasta octubre de 2018, para cerrar las negociaciones, con el objetivo de dejar tiempo para la ratificación del acuerdo final por todas las partes implicadas.
Los británicos publicaron la semana pasada varios documentos que muestran su posición de la negociación, tras una primera opinión sobre el destino de los ciudadanos expatriados, cuyos futuros derechos (residencia, trabajo, seguridad social) se han vuelto inciertos con la separación.
En estos «papeles», los británicos insisten en la necesidad de entenderse durante un periodo transitorio y de comenzar lo antes posible a discutir sobre la situación de la futura relación entre ambas partes.
Una conversación que sin embargo los 27 han dejado condicionada a «avances significativos» sobre las cuestiones clave.
Igualmente, ambas partes deben centrarse en «distintos» puntos, como la pertenencia a Euratom, la comunidad europea de la energía atómica, la autoridad del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) o el estatus de los bienes colocados en el mercado único tras la fecha del ‘Brexit’.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.