Este jueves se conmemora uno de los logros más importantes para la humanidad: la llegada del primer hombre a la Luna, pues fue el 20 de julio de 1969 cuando los astronautas norteamericanos Neil Armstrong y Edwin Aldrin pisaron la superficie del satélite natural de la Tierra.
Después de cuatro días de viaje y tras abandonar la órbita terrestre, Armstrong y Aldrin pasaron al módulo lunar, llamado Águila, mientras Michael Collins permanecía en el módulo de mando Columbia.
Tras unas horas de igualar la presión del módulo lunar con la de la Luna, el primero en poner el pie en la superficie selenita fue Neil Armstrong, el 20 de julio a las 10:56 hora de Florida.
Mediante la televisión, millones de personas en el mundo observaron este acontecimiento histórico, pues cuando descendía por la escalera del módulo, Armstrong proclamó la famosa frase: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad». El segundo fue Aldrin, quien ante la emoción sólo expresó: «Magnífica desolación».
De acuerdo con información de la NASA, una vez que estuvieron sobre el suelo lunar, los astronautas tomaron fotografías, colocaron en la superficie una bandera Estados Unidos y depositaron una placa metálica con la inscripción: «Aquí los hombres del planeta Tierra han puesto el pie sobre la Luna por primera vez. Julio de 1969 D.C. Hemos venido en paz en nombre de toda la humanidad».
También instalaron un reflector de rayos láser destinado a medir con exactitud la distancia entre la Tierra y la Luna, un sismógrafo para registrar terremotos lunares y una pantalla para medir la intensidad del viento solar; y con la ayuda de picos y palas recogieron arena y fragmentos de rocas lunares para traerlas a la Tierra.
De acuerdo con la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por su sigla en inglés), luego de que concluyeron su misión, los astronautas regresaron al módulo lunar que reemprendió el viaje para unirse con el módulo de mando donde les esperaba Collins.
La misión terminó cuando el módulo de mando cayó en aguas del Océano Pacífico, el 24 de Julio. Tras su regreso sanos y salvos de esta hazaña, los astronautas se sometieron a una cuarentena, pues podía darse la posibilidad de que hubieran traído de la Luna algún germen desconocido.
¡Habemus Papam! Sale humo blanco de la tercera fumata; se conocerá al nuevo Papa
¡Blanco ha sido el humo que salió de la chimenea dispuesta por los ingenieros de la Capilla Sixtina y se ha revelado que los cardenales congregados en el Cónclave, por fin llegaron a un acuerdo para elegir al nuevo Papay quien suceda a Francisco como líder de la Iglesia Católica a los ojos del mundo!
Luego de tres fumatas y de realizarse las respectivas votaciones, los cardenales reunidos en el cónclave al interior de la Capilla Sixtina, revelaron que ya hay un nuevo Papa, quien reunió los votos necesarios para ser el nuevo Sumo Pontífice tras los 12 años en los que el argentino Jorge Bergoglio, ocupó la silla papal.
Crédito: AFP
¿Qué pasa después de que sale humo blanco?
Luego de haber salido el humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina y de haber revelado que ya se llegó a un consenso para encontrar a un nuevo Papa, será el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, quien salga del balcon central de la Basílica de San Pedro para pronunciar el tradicional anuncio en latín: «Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus Papam!«, que traducido al español, significa: «Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa!».
Después de que diga este anuncio solemne, el cardenal Mamberti comunicará a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el nombre que hayan elegido como nuevo Papa, el número 267 en la historia de El Vaticano. Entonces, tras el «¡Habemus Papam!» y luego de anunciar el nombre del nuevo Sumo Pontífice, el cardenal dirá: «Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum [menciona en latín el nombre del cardenal que será el nuevo Papa] Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem [menciona el apellido del cardenal elegido] qui sibi nomen imposiut [menciona el nombre que el nuevo Papa eligió para su pontificado]».
Esto, traducido al español, significa: «El eminentísimo y reverendísimo señor [nombre del elegido], cardenal de la Santa Iglesia Romana [apellido del elegido] que ha elegido el nombre de [nombre elegido por el nuevo Papa]».