César Duarte está lejos pero cerca. Aunque permanece atejonado en Estados Unidos esperando recibir asilo político pues considera pagar por sus crímenes una “persecución”, mantiene contacto con exfuncionarios detenidos a través de recados llevados por sus abogados, pues todos comparten el mismo despacho que los defiende.
Según parece, el ex gobernador les ofreció defenderlos en una estrategia conjunta para librarla en paquete, pero en verdad lo que busca es contar con más piezas en el tablero para protegerse a sí mismo ¿o alguien espera que esté dispuesto a sacrificar su propio bien por lealtad a su equipo? Ya ha dado sobradas muestras de que no le importa traicionar a su equipo, su partido ni a Chihuahua.
Esto ha servido al ex gobernador para asegurar, por lo pronto, el silencio de quienes ya están en la cárcel como Javier Garfio Pacheco, Antonio Tarín García, Ricardo Yáñez Herrera, Gerardo Villegas Madriles, Karla Jurado Bafidis y Germán Lezama Cervantes, pues no han cooperado en nada por la promesa de protección de Duarte… veremos qué tanto confían en su ex patrón, y qué tanto honra él esa confianza… ¿ilusos? ¿desesperados? ¿leales? Usted juzgue.
Aún no dejaba Duarte la gubernatura cuando comenzó a cubrirse el rabo para planear su huida, e inició los trámites para resguardarse en EU y así escapar de la justicia mexicana. De la triada presumida por Peña Nieto como el “nuevo PRI”, sólo César Duarte sigue prófugo. Roberto Borge y Javier Duarte ya pasan sus días a la sombra.
Duarte no está sólo. Cuenta con el apoyo de muchos de quienes se beneficiaron durante su gobierno. Es por ello que el PRI impugnó la elección a pesar de la evidente y estrepitosa derrota, no con la esperanza de hacerse de la gubernatura, sino para que los panistas no la asumieran y así ganar tiempo para borrar las huellas del saqueo, que se hizo tan marrano que ni se preocuparon en ocultar. Así de cínicos. Se la dejaron fácil al “nuevo amanecer”.
Es pez Duarte no se dejará pescar tan fácil. Los poderes del estado piensan que recurrirá a cuanto recurso legal, político y del que sea para intentar librarla. Está en su derecho, pero si los expedientes avanzan y la protección federal afloja, podremos verlo tras las rejas con muchos de sus colaboradores, quienes por cierto no son ya bien vistos en el PRI local. Pagarán caro el sistemático desprecio a santones y bases del tricolor.
El exgobernador está jugando tres cartas para quedarse en EU: Una es el trámite de residencia porque sus hijos son ciudadanos de Estados Unidos y con el pretexto de mantener unida a la familia; otro es presumir sus millones y ofrecerlos a cambio de una vida de empresario en Estados Unidos, llevando su patrimonio (bien o mal habido) para invertirlo. La última opción sería el asilo político.
Parece que la Federación no podrá protegerlo mucho más, ni aunque quiera. Es demasiado el saqueo, el desaseo, las pruebas en su contra, como para que puedan mantenerlo limpio. Han tratado rabiosamente de salvarlo, pero todo indica que no podrán y prueba es que la Fepade ya giró orden en su contra.
No están partiendo de cero. Los encargados del caso estarían analizando otros casos contra exgobernadores corruptos para anticipar sus estrategias, sus recursos legales y sus transas, así como fallas y puntos fuertes de ambos lados, para delinear una estrategia legal y política más efectiva. Están poniendo ahí la mera carnita, el nuevo gobierno se juega su futuro, legitimidad y credibilidad en esta causa que podría superar tan sólo en este año más de cien carpetas de investigación con más políticos y empresarios en la mira.
Pero la matadera sigue. Así lo confirmó el Inegi al revelar que 2016 fue uno de los años más violentos en la historia del país, pero también de los peores para Chihuahua ya que se registraron 23 mil 953 asesinatos, ubicando a nuestra poco poblada entidad como la tercera con más víctimas de la violencia en todo el país, sólo superada por Guerrero y el Estado de México.
Es por ello que luego de muchos ruegos, peticiones y reclamos, la Federación accedió a mandar 261 policías federales, muy poquitos para el tamaño del desafío pero algo es algo. Estos elementos serán destinados a la Sierra, donde la actual administración tiene contemplado continuar la estrategia de seguridad luego de los medianamente buenos resultados en Madera y el Noroeste, pero lo peor está apenas por venir.
No se trata sólo de que las autoridades tengan ganas. Hay que motivar a los agentes estatales a arriesgar su vida por medio de recursos y privilegios que difícilmente pueden superar a los que ofrece el crimen organizado. También hay que granjear el apoyo de la gente para que den la espalda a los capos que en verdad los gobiernan y atienden (mal que bien) y abracen a una autoridad que promete ahora sí tomarlos en cuenta y llevarles las oportunidades de bienestar y desarrollo que por décadas les han sido negadas.
Pero que no se olviden de las Ciudades. Las autoridades de todos los niveles han tratado de hacer ver a las comunidades pequeñas como alacraneros llenas de malvivientes, asesinos y criminales de los más bajos. Así buscan venderle la idea a los ciudadanos de las grandes ciudades, donde se concentran los electores, que podrían estar mucho peor cuando en verdad ya lo están. La matadera urbana supera por mucho a la rural.
Ahora hay que sumar a los huachicoleros. El robo de combustible, delito que ha ganado terreno al narco y el secuestro, ahora está en Chihuahua de lleno pues se descubrió una toma clandestina y una cisterna con 20 mil litros del oro líquido. En tres semanas se han recuperado 70 mil litros, pero se han robado mucho más.
El secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, expuso ante los integrantes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Congreso de Chihuahua los beneficios del refinanciamiento de la deuda pública que tiene el estado con instituciones bancarias, pues buscan concentrarlo en un sólo crédito con condiciones más ventajosas, pues actualmente son diez los compromisos con altas tasas de interés. El monto es de 20 mil 404 millones de pesos.
El ejecutivo podría aprobarlo sin pasarlo por el Congreso, pero no quieren llevarse todo el costo político de la medida. Los legisladores incluso del PAN están jugando recio a la oposición ahora que no hay dinerito de por medio para impulsar las iniciativas como lo hubo en el gobierno de Duarte, cuando a todo le dijeron que sí.