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Piojo afirma que fue buscado por la Selección de Grecia

Así como muchos futbolistas mexicanos tienen el sueño de emigrar a Europa, también es un pensamiento que ronda la menta de Miguel Herrera, quien incluso reveló que alguna vez tuvo contactos para tomar las riendas de una Selección de aquel lado del mundo..
«Me gustaría ‘brincar el charco’, por qué no. No he tenido ofertas de clubes, pero sí llamadas de selecciones, sobre todo la de Grecia, pero no era el momento», dijo.
El Piojo piensa tomarse su tiempo para tomar oportunidades fuera del país, pues América lo mantiene cómodo por el momento, por los resultados que hacen parecer que fue hecho para dirigir a las Águilas.
«Espero que sí (que América y Piojo sean el matrimonio perfecto), los muchachos están haciendo un maravilloso trabajo y están dando resultados», señaló, aunque tampoco quiso decir que sea el club al que más quiere en su trayectoria.
«Para nada, la verdad es que estoy muy contento con América, pero estoy agradecido con todas las instituciones que me han dado trabajo», puntualizó en entrevista con Fox Sports.

Fuente: MedioTiempo

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Crónica: México y Aguirre, sin alma ni rumbo en la Copa Oro

Por más que la camiseta pese, por más que la historia respalde, la Selección Mexicana parece no encontrar la brújula bajo la gestión de Javier Aguirre. La victoria de este miércoles ante Surinam —sí, Surinam— fue otro capítulo que exhibe más dudas que certezas en el proyecto que supuestamente debe llevarnos con orgullo al Mundial 2026… en casa.

Con un fútbol carente de idea, ritmo y entusiasmo, el equipo tricolor se impuso gracias a un doblete del defensa César Montes. Porque sí, los goles no llegaron de los pies de los delanteros de “calidad europea”, sino del central regio, que resolvió con su estatura lo que los creativos no supieron construir.

Aguirre, viejo lobo de mar, parece haber perdido el timón. Su equipo no emociona, no propone, y apenas supera a rivales que, en el papel y en el ranking FIFA, están a años luz de distancia. El problema no es solo táctico: es de fondo. México juega con flojera. Literal y figuradamente.

En un torneo como la Copa Oro, que por sí solo despierta poco interés fuera del círculo inmediato de Concacaf, lo mínimo exigible es un desempeño decoroso, uno que permita vislumbrar una identidad. Pero este Tri parece más preocupado por no perder que por proponer. Como si el objetivo fuera únicamente evitar la catástrofe.

El aficionado mexicano —eterno resiliente— no es ingenuo: ha visto a su selección tocar el cielo y arrastrarse por el suelo. Pero no merece la apatía que hoy ve en pantalla. Hay más emoción en las gradas que en la cancha. Y eso, en plena cuenta regresiva hacia una Copa del Mundo en casa, es inadmisible.

¿Qué sigue, Javier Aguirre? Porque el margen de error ya no existe. Porque el discurso del “trabajo a largo plazo” se agota. Porque un Mundial en casa no se juega: se honra.

Y este equipo, simplemente, no lo está haciendo.

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