Apple presentará mañana su nueva generación de iPhone y, al margen de los rumores acostumbrados en este tipo de lanzamientos, existe media docena de mejoras sobre las que apenas existen dudas. Se mire por donde se mire, todas ellas resultan casi de obligado cumplimiento para la compañía californiana, ya que son aspectos innegociables para Apple y sobre los que existe una certeza casi absoluta de cumplimiento, según apuntan los analistas consultados.
En primer lugar, y a falta de los detalles técnicos, el nuevo modelo de la compañía de manzana incrementará su autonomía, tanto por la optimización del hardware y software del equipo, como por las innovaciones específicas que disfrutará la propia batería. El resultado final permitirá a los usuarios del nuevo móvil prolongar la vida útil del dispositivo durante más de 24 horas de uso intensivo del mismo. La percepción de durabilidad de la batería también aumentará entre los usuarios ya que el proceso de carga se acelerará respecto a los tiempos que requieren los iPhone 7.
Se presume como una apuesta segura el cambio de diseño del smartphone, algo que viene siendo habitual en los modelos que Apple lanza cada dos años. En sintonía con las tendencias del mercado, todo apunta a que el dispositivo será más estilizado y ligero que su versión anterior (iPhone 7). Asimismo, la pantalla, presumiblemente Oled, ganará espacio a la carcasa, respecto a sus antecesores.
Hasta que no se levante el telón no se conocerán las dimensiones del móvil, pero los expertos se aferran a uno de los principios básicos de la compañía: sea cual sea su tamaño, el iPhone siempre podrá utilizarse con una sola mano.
El hecho de que las cámaras del iPhone incrementen sus prestaciones y cualidades de una versión para otra permite intuir que la tendencia se mantendrá con la nueva óptica del smartphone. Lo mismo sucede con la potencia y versatilidad del equipo, con la incorporación de nuevos procesadores que multiplicarán la velocidad y agilidad del equipo. Además, se puede asegurar que la resolución de la pantalla ganará en nitidez, contraste y puntos por pulgada. Tampoco se requiere una bola de cristal para anticipar unos precios próximos a los mil euros.
Dados los precedentes, el nuevo iPhone de 64 GB podría cotizarse a 999 dólares (849 euros en el mercado europeo), el de 256 GB en 1 mil 099 dólares (949 euros) y el superlativo de 512 GB en 1 mil 199 dólares (1 mil 049 euros), según aventuran en el sector. Sin embargo, el suspenso se mantiene en cuanto a la denominación: podría bautizarse iPhone X, iPhone 8 o iPhone Pro.
Los rumores sobre las características del nuevo gadget apuestan por la incorporación de la carga inalámbrica y la ausencia del botón central Home, que podría escamotearse bajo la pantalla. “Se sentirá pero no se verá”, indican algunas webs especializadas en anticipar acontecimientos relacionados con Apple.
Los analistas tecnológicos también se muestran expectantes ante las características de la nueva familia Apple Watch, reloj inteligente que podría anunciarse mañana.
(EconomíaHoy/SinEmbargo)