Las probabilidades de que los rescatistas encuentren más sobrevivientes del terremoto de México bajo los escombros se han reducido y las operaciones de búsqueda se mantendrán hasta el final del jueves, dijo el coordinador de Protección Civil, Luis Felipe Puente.
Este martes se cumple una semana desde el sismo magnitud 7.1 que causó 331 muertos, dañó 11 mil viviendas y llevó a que miles de voluntarios civiles se volcaran a las calles para ofrecer ayuda y consuelo a las víctimas.
Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil, dijo en entrevista con Reuters que es poco probable que los rescatistas encuentren a alguien vivo en los últimos cuatro sitios donde continúan las búsquedas, pero que revisarán los restos hasta el jueves.
«Podría yo decir hasta este momento (que) difícilmente podría encontrarse alguien vivo», declaró Puente, teniendo en cuenta que los perros entrenados para captar el olor de sobrevivientes aún no han detectado señales de vida en los lugares de búsqueda.
Cuarenta y tres personas estaban desaparecidas y de ellas 40 podrían estar atrapadas bajo un edificio de oficinas colapsado en la Colonia Roma, un barrio de la capital, dijo Puente. Habría una persona desaparecida en cada uno de los otros tres sitios donde siguen las operaciones de búsqueda.
Frente a las ruinas del edificio, familiares protestaron la noche del lunes por el escaso avance de las labores de rescate y por una supuesta falta de información.
Cuando se le preguntó a Puente cuánto tiempo más continuarían las operaciones de rescate, el coordinador dijo que «calculamos más o menos a partir de hoy (lunes), se acordó 72 horas».
La semana comenzó con señales de que México estaba reanudando su rutina mientras las calles se llenaban de tráfico y más de 44 mil escuelas en seis estados reabrieron. Pero en la capital, sólo 676 de las más de 8,000 escuelas públicas y privadas reanudaron sus clases.
El sismo, que ocurrió 32 años después de un terremoto que dejó unos 10,000 muertos en 1985, causó un impacto psicológico enorme que según especialistas tomará tiempo superar.
«Los niños están en crisis y no quieren hablar», dijo Enriqueta Ortuno, psicoterapeuta que ha estado trabajando con las víctimas del terremoto en la delegación Xochimilco.
Gran parte de la atención del país se centró en una escuela derrumbada en Ciudad de México, donde murieron 19 niños y siete adultos.
La escuela es uno de los muchos edificios que los fiscales investigarán, dijo Puente. Cerca del 10 por ciento de los edificios dañados se construyeron después de que se promulgaran estrictos códigos de construcción a raíz del terremoto de 1985.
«Ya se instruyó por parte del jefe de la ciudad y del gobierno de la república iniciar las carpetas de investigación judicial para determinar también quiénes han sido los responsables de nuevas construcciones que no cumplieron con el requisito», dijo Puente desde la sede de Protección Civil.
En Ciudad de México, 192 personas murieron en 38 edificios que colapsaron. El jefe de gobierno capitalino, Miguel Angel Mancera, anunció el martes temprano un plan que incluye diversos apoyos a miles de familias que perdieron sus hogares, entre ellos una ayuda temporal de 3 mil pesos (170 dólares) para renta de vivienda.
Socorristas rescataron a 69 personas de las construcciones dañadas, de las cuales 37 aún estaban hospitalizadas el lunes, 11 de ellas en estado grave, dijo Puente. Las demoliciones de edificios podrían comenzar el martes, agregó.
Equipos de intervención inmediata de 18 países viajaron a México para ayudar, pero como la búsqueda de sobrevivientes se ha reducido a cuatro sitios la mayoría de ellos ya volvió a sus hogares, y entre los pocos a permanecen quedan estadounidenses e israelíes, dijo Puente.
La ayuda internacional se centra ahora en las necesidades humanitarias, explicó el coordinador. China ha aportado un gran número de camas, tiendas de campaña y accesorios de cocina y baño para los refugios temporales de las personas que quedaron sin hogar.
Pero las mayores contribuciones vinieron de los propios mexicanos, quienes respondieron con tanta comida, suministros y trabajo voluntario que los funcionarios tuvieron dificultades para desplazar la ayuda desde los barrios más ricos y accesibles a los más necesitados.
Puente reconoció algunas «deficiencias» en la coordinación de los esfuerzos de ayuda, pero en general, dijo, «el Gobierno hoy es un referente internacional».