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Salud y Bienestar

Ya está a la venta el sostén que detecta el cáncer de mama

A principios de este 2017, tres adolescentes regiomontanos empezaron a llamar la atención, no solo en México, sino en todo el mundo, tras desarrollar un wearable con el potencial de impactar positivamente en la vida de millones de mujeres.

Se trata de Julián Ríos Cantú, José Lavariega Gómez y José Antonio Torres, fundadores de la startup Higia Technologies y creadores de su producto estrella: EVA, un dispositivo capaz de detectar anormalidades en los patrones térmicos de los senos y la elasticidad de sus tejidos, importantes indicadores del cáncer de mama en etapas tempranas.

Este jueves, el grupo de jóvenes presentó la nueva y mejorada versión de EVA y anunció el lanzamiento de la misma al mercado.

“Hoy, en el marco de un mes muy importante, ya que octubre es el mes de la lucha contra el cáncer de mama, presentamos algo realmente revolucionario, algo que creemos que no solo va a transformar la forma en la que vemos a la medicina y su relación con la tecnología, sino que además va a salvar vidas”, dijo Julián Ríos Cantú, Director General de Higia, en entrevista con Expansión/Tec Review.

“Este es el resultado de muchos días de trabajo de 15 talentosos mexicanos, no podríamos estar más emocionados y orgullosos por ello”, agregó el emprendedor de 18 años.

Mientras que el prototipo consistió en un brassier completo, el modelo que a partir de este 12 de octubre se puede preordenar en el sitio de Higia Technologies con fecha de entrega para marzo de 2018 está compuesto por un par de copas inteligentes que el usuario puede colocar dentro de su propia ropa interior, lo que hace más fácil y discreto su uso “en cualquier momento, en cualquier lugar”.

¿CÓMO FUNCIONA?

En el cuerpo humano existe un proceso llamado angiogénesis, el cual consiste en la formación de vasos sanguíneos nuevos a partir de los preexistentes.

“Cuando existe un tumor, este fenómeno lo rodea de sangre, lo que implica un aumento en la temperatura de tal zona”, explicó Julián Ríos.

Así, una termografía puede ayudar a identificar el riesgo de presencia de cáncer.

“Lo que nosotros hicimos fue llevar esta técnica de registro gráfico de la temperatura a una escala portátil utilizando sensores en lugar de una cámara. Esto permite hacer de la termografía algo más accesible y menos costoso”, añadió el Director General de esta startup.

El emprendedor destacó que otros factores pueden aumentar el flujo de sangre en el pecho, desde la mastitis y la fibrosis, hasta la insolación, la menstruación, la ovulación o la actividad física. Es ahí donde entra el uso de inteligencia artificial que permite hacer a un lado estas circunstancias.

Para hacer la exploración con el sistema EVA solo se deben seguir los siguientes pasos: colocar las copas dentro del brassier del usuario; abrir la aplicación móvil disponible para Android y iOS; iniciar sesión; conectar los dispositivos vía Bluetooth al smartphone; contestar un pequeño cuestionario para descartar factores externos; esperar entre 40 y 50 minutos a que termine el proceso y obtener los resultados.

Estos últimos “pasan a la nube, en donde una serie de algoritmos los estudian y los comparan con una base de datos global con miles de casos diferentes. Finalmente, el sistema arroja, con estos patrones como referencia, su diagnóstico preliminar”, detalló Ríos Cantú.

En caso de encontrar una anomalía, EVA permite al usuario elegir entre dos opciones: contactar a un centro de ayuda técnica y médica disponible las 24 horas o a un especialista particular. En cualquiera de estos casos, el sistema enviará los resultados de la exploración al experto asignado.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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