Una nueva investigación sugiere que la hora en que se produce una lesión en la piel tiene mucho que ver en su recuperación, ya que las células que ayudan a cicatrizar y sanar el tejido funcionan más rápido durante el día.
Investigadores británicos consideran que el tiempo es igual de importante que los antibióticos y los vendajes para la recuperación de lesiones en la piel, ya que gracias al funcionamiento de nuestro reloj circadiano, los pacientes pueden recuperarse más rápido.
Hasta ahora se creía que el guardián del tiempo del cuerpo, nuestro reloj circadiano, residía solo en el cerebro. En los mamíferos, ese lugar es una región del hipotálamo llamada núcleo supraquiasmático, que recibe señales de los ojos.
Sin embargo, investigaciones recientes demostraron que las células en otras partes del cuerpo, incluidos los pulmones y el hígado, mantienen su propio tiempo, aunque los científicos no están muy seguros de cómo lo mantienen; mientras que otras células necesitan recordatorios externos.
Para descubrirlo, John O’Neill, biólogo del Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica en Cambridge, Reino Unido, y su equipo científico estudiaron un tipo de célula de la piel conocida como fibroblastos, esenciales para la cicatrización de heridas.
Los fibroblastos invaden el vacío que deja un rasguño y sientan las bases para que la nueva piel crezca. También se sabe que las células mantienen su propio tiempo. Por ejemplo, las células cultivadas exhiben oscilaciones rítmicas en la expresión génica donde no hay entrada del reloj maestro.
Dadas las capacidades de mantenimiento del tiempo de los fibroblastos, O’Neill y sus colegas buscaron proteínas dentro de las células que fluyen y disminuyen con ritmos diarios y obtuvieron un resultado inesperado.
Encontraron que las proteínas que dirigen la construcción del esqueleto basado en la actina de la célula funcionaron durante el día, es decir comenzaron el proceso de cicatrización de inmediato, entonces concluyeron que la hora del día en que ocurre una herida puede afectar la rapidez con que se cicatriza.
Posteriormente, los investigadores probaron esta hipótesis con células cultivadas en una capa plana en una placa de Petri y observaron que los fibroblastos rellenaron los arañazos más rápidamente durante el día que durante la noche.
En un artículo publicado este miércoles en la revista especializada Science Translational Medicine, los científicos explican que más tarde probaron en ratones y el resultado fue el mismo, las heridas en la piel sufridas durante sus horas de vigilia se curaron mejor que durante sus horas de descanso.
De hecho, descubrieron que alrededor del doble de fibroblastos migraron hacia las heridas diurnas que a las nocturnas. “Estábamos realmente asombrados”, dice O’Neil, quien finalmente buscó evidencia de esto en seres humanos.
El equipo examinó la Base de Datos Internacional de Lesiones por Quemadura, que registra, entre otras cosas, la hora del día en que ocurrió una lesión y su análisis reveló que las quemaduras nocturnas tomaron un promedio de 11 días más para sanar.