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Se desperdician en México 20.4 millones de toneladas de comida por año

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En México se desperdician 20.4 millones de toneladas de comida al año; eso podría cubrir la demanda de alimento de al menos de 7.3 millones de mexicanos menos favorecidos.

Así lo informa el Banco de México (Banxico), en el reporte «Pérdidas y Desperdicio de Alimentos en México», en el que se resalta que el desperdicio costaría al país 491 millones de pesos anuales.

De acuerdo con el organismo, para producir todo el alimento que tiran los mexicanos se utilizan, unos 40 billones de litros de agua, informa Radio Fórmula, con base en información de El Universal.

Lo que se despilfarra en comida al año equivale a 34 por ciento de la producción nacional de alimentos, dijo el doctor Genaro Aguilar, coordinador del estudio e investigación del Instituto Politécnico Nacional (IPN), referido por el mencionado rotativo.

Entre las causas que propician al desecho del alimento destaca una infraestructura inadecuada, pues los agricultores mexicanos no tienen la capacidad para almacenar sus productos. Y no hay suficientes camiones refrigerados para a largar la vida de los alimentos.
Además no hay capacitación de la mano de obra, como tampoco planeación misma que afecta los precios en el mercado, así como la insuficiente distribución y almacenamiento.

Se informó que los alimentos que se desperdiciaron son: 2.8 millones de toneladas de tortilla; 2.6 millones de toneladas de pan blanco; 4.5 millones de litros de leche; 1.3 millones de toneladas de huevo; 927 mil toneladas de naranja; 925 mil toneladas de jitomate; 99 mil toneladas de pescado; 41 mil toneladas de carne de cerdo, etcétera.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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