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Salud y Bienestar

Mala higiene bucal causa más cáncer que fumar

Un adecuada higiene bucal no garantiza únicamente una sonrisa impecable, sino que puede salvarte incluso de padecer cáncer en la boca. Así lo dio a conocer una investigación realizada por El cirujano dentista Iroel Alaín Solís Cárdenas, egresado del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara en la investigación titulada La pobre higiene como factor de riesgo en el carcinoma oral de células escamosas”.

En ella, se encontró que tener sarro y placa dentobacteriana es un factor que aumenta el riesgo de padecer cáncer bucal. Para el estudio se realizaron pruebas en 82 personas, de las cuáles 26 tenían carcinoma de células escamosas, uno de los tipos de cáncer más agresivos que afectan la boca. Las otras 56 personas restantes, no tenían ninguna enfermedad.

La investigación arrojó también que 20 de las personas que padecían cáncer bucal no realizaban una higiene adecuada al lavar sus dientes y no consumían alcohol o fumaban. Mencionó que la placa dentobacteriana eleva hasta un 17.7 por ciento el riesgo de padecer cáncer en la boca, mientras que el sarro lo eleva en un 8.4 por ciento.

El cepillo dental es una excelente herramienta para evitar problemas bucales.
La placa es una sustancia adherente que se acumula entre los dientes y a su alrededor. El examen de identificación de la placa dental en el hogar muestra en dónde se acumula dicha placa. Esto le ayuda a saber qué tan bien se está cepillando y usando el hilo dental.

La placa es la mayor causa de caries dental y de la enfermedad de las encías (gingivitis). Es difícil de observar a simple vista, debido a que es de color blanquecino como los dientes.

El cáncer oral se puede formar en cualquier parte de la boca. La mayoría de los cánceres bucales comienzan en las células planas que cubren la superficie de su boca, lengua y labios. Cualquier persona puede tener cáncer bucal, pero el riesgo es más alto en hombres, consumidores de tabaco, personas con VPH o con antecedentes de cáncer de cabeza o cuello. La exposición frecuente al sol también es un factor de riesgo de cáncer labial.

Los síntomas del cáncer bucal incluyen:

Manchas blancas o rojas dentro de la boca
Una llaga en la boca que no se cura
Hemorragias en la boca
Caída de dientes
Problemas o dolor para tragar
Un bulto en el cuello
Dolor de oído

Las pruebas para diagnosticar el cáncer oral incluyen un examen físico, endoscopia, biopsia, y pruebas de imagen. Los tratamientos para el cáncer bucal pueden incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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