Mi participación en la Caravana Unidos con Valor contra la Corrupción, es parte de mi obligación constitucional para defender el interés de los chihuahuenses ante el atropello del Gobierno de Enrique Peña Nieto, señaló el gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado.
Indicó que no mermará en nada, ni la capacidad de trabajo, ni los deberes y obligaciones como gobernador, pues él asistirá los fines de semana o entre semana cuando haya actos ya previstos en plazas públicas.
En entrevista con Guadalupe Juárez Hernández, de La Red de Grupo Radio Centro, explicó que se definió un calendario para que en algunas ciudades pueda ser representado por su esposa, Cinthia Aideé Chavira Gamboa, en representación del movimiento de las mujeres chihuahuenses.
También liderarán la marcha, el coordinador ejecutivo del gabinete, Gustavo Madero Muñoz y los secretarios, general de Gobierno y de Desarrollo Social, César Jáuregui Robles y Víctor Quintana Silveyra, respectivamente.
Javier Corral reiteró que el primer propósito de la Caravana, es la exigencia al Gobierno de Enrique Peña Nieto de que complete la solicitud de extradición del exgobernador César Duarte, considerando las diez órdenes de aprehensión que concedieron jueces de Chihuahua, aparte de la que es de orden federal.
El segundo objetivo es demandarle a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la trasferencia inmediata a Chihuahua de los recursos retenidos de manera indebida, ilegal e inmoral, como represalia por las investigaciones que detectaron triangulación y desvío de fondos públicos, con un alcance nacional.
Detalló que hubo un depósito de 250 millones de pesos que hizo la SHCP al gobierno duartista, para pagar a supuestas empresas que resultaron ser fantasmas, pero que finalmente pararon en las arcas del PRI nacional.
Consideró que el mensaje político de la Caravana sorprende, porque en México es inusual que un pueblo y un Gobierno estatal, se alcen en contra de la Federación para denunciar lo que a todas luces fue una represalia política.
Sin embargo, aclaró que la causa está muy lejos de tener fines electorales, y lo que verdaderamente ocurre, es que el PRI ha tratado de hacerla ver como parte de un periodo de campañas caracterizado por el uso de comentarios sin asidero y la guerra sucia.