Esta tarde se registraron disparos durante un evento del alcalde panista de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar, donde se inauguró un mural.
El evento que se llevaba a cabo poco después de las 3:00 de la tarde se realizaba con la presencia del alcalde y otros funcionarios municipales, cuando de pronto se escucharon balazos, por lo que las familias que allí se encuentraban comenzaron a gritar y se tiraron al suelo, sin que (por fortuna) se registraran lesionados.
El alcalde fue resguardado por elementos de seguridad y escoltado a su camioneta para sacarlo del lugar, en tanto que los asistentes permanecían en el piso y los elementos el Ejército revisaban la zona.
En uno de los videos difundidos en redes sociales se escucha a una mujer llorando, en tanto que otra comienza a cantar canciones infantiles para tratar de tranquilizar a un menor.
Una vez que los soldados revisaron que las personas se encontraban bien y el lugar era seguro, se desalojó el parque y las personas se dirigieron a sus hogares.
Más tarde, el alcalde a través de su cuenta de Facebook, explicó que la situación registrada esta tarde se debió a que la Marina hizo alto a un automovilista el cual no se detuvo, iniciándose una persecución y tiroteo.
“Gracias al trabajo y labores que viene haciendo la Marina Armada de México, se logró detectar allí un vehículo que se echo a corrida y se generó una tensión, caos, pánico, confusión, pero que finalmente Nuevo Laredo es mucho más que este tipo de situaciones y de hechos lamentables”.
Rivas Cuéllar agradeció la labor de las fuerzas federales en el municipio y señaló que continuará las actividades de gobierno, “seguimos adelante, nada nos va a distraer de llevar a cabo nuestra función, nuestro trabajo, la generación del bien, la promoción de la ciudad, de las cosas positivas, seguimos hacia y estamos de pie”, señaló en su mensaje dirigido a las redes sociales.
El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.