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México

Cuando las mujeres tienen que decidir: prostitución o narcotráfico

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La precaria situación económica y el costoso tratamiento para atender a uno de sus hijos, que vive con parálisis cerebral, orillaron a Gaby a elegir entre dos opciones, y cualquiera que fuera su decisión, sabía que cambiaría su vida: o se dedicaba a la prostitución o se enrolaba como transportadora de mariguana desde su pueblo natal, en Oaxaca, hacia distintos puntos del país.

Se inclinó por la segunda, al considerar que “era un trabajo más honesto”, pues en su comunidad, que se ubica en la región del Istmo de Tehuantepec, la siembra, cosecha, empaquetamiento y comercio de esa sustancia es algo habitual donde, afirma, participan hombres, mujeres, niños y hasta ancianos. Sin embargo, tiempo después sucedió lo que tanto miedo le daba: cayó presa y fue sentenciada a diez años de prisión por delitos contra la salud, del orden federal, por posesión y transporte de sustancias ilegales.

El de Gaby es sólo uno de varios testimonios presentados en una serie de cortometrajes realizados por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) y EQUIS Justicia para las Mujeres, en colaboración con la productora Scopio, en los que se documenta “el devastador costo humano de las políticas punitivas de drogas y las condiciones específicas que hacen que la aplicación de las leyes recaiga mayormente sobre las mujeres y sus familias”.

En un reciente reporte de EQUIS, titulado Políticas de drogas, género y encarcelamiento en México: Una guía para políticas públicas incluyentes, se da cuenta del incremento en el número de mujeres encarceladas en el país por ilícitos no violentos ligados al narcotráfico. Los datos muestran que en dos años la cifra de detenidas por éstos creció 103 por ciento al pasar de 940 casos reportados en 2014 a 1911 para 2016, muchas de ellas sufren violencia antes o durante su encierro.

Los delitos contra la salud en el ámbito federal representan 43 por ciento de los casos de las mujeres en prisión y son la primera causa de encarcelamiento. Generalmente son condenadas por posesión, venta o transporte de pequeñas cantidades de droga, es común que no ocupen puestos de poder dentro de los grupos delincuenciales, no han cometido crímenes violento y su encierro no impacta en el negocio del tráfico de sustancias ilícitas, señalaron ambas organizaciones.

“Las políticas punitivas de drogas han afectado desproporcionadamente a las mujeres. Muchas de ellas son pobres y entran al mercado por la desesperación, la falta de oportunidades o por coerción (de sus parejas u otras personas). Las cárceles femeninas se han llenado de mujeres que no han cometido crímenes violentos y que tampoco representan amenazas serias para la seguridad pública”, afirmó Coletta Youngers, asesora de WOLA al programa de drogas.

Gaby purga su condena en el Centro de Internamiento Femenil de Tanivet, en Oaxaca, junto con su madre, quien también cayó presa por el mismo delito. Sus pesares comenzaron a los 16 años, al ser víctima de violación sexual, tuvo un hijo producto de ese hecho. Tiempo después se casó y concibió dos pequeños más (una niña, la menor, y un varón con parálisis cerebral). Su esposo la abandonó con los años y las dificultades económicas se hicieron cada vez más difíciles.

Hasta que llegó el día de elegir. “Nunca me quise meter en la prostitución. Para mí (trasladar mariguana) era un negocio más honesto: empaquetábamos, encintábamos, transportábamos. Mi familia lo requería, lo hice por mis hijos, por necesidad”. Hoy vive lejos de sus pequeños. La niña está con un tío y los dos niños en una casa de asistencia social. Es lo más duro, confiesa.

La Jornada

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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