Daniela no puede esperar el momento en que una su vida a Víctor; hace algunos meses se comprometieron en matrimonio, y desde entonces no hace más que preparar su boda y ver modelos de vestidos de novia.
La joven de 20 años de edad se sueña casada con el amor de su vida, por eso siempre sigue las indicaciones médicas y no pierde la esperanza de sanar: tiene leucemia.
Hace casi cuatro meses, Zayda Daniela Peinado Vera viajó desde su natal Puerto Peñasco para internarse en la Clínica 14 del IMSS, en Hermosillo, donde ha pasado en cama, recibiendo quimioterapias, transfusiones y bajo constante escrutinio médico.
Su prometido, Víctor Blanco, de 27 años, conserva la fe de vivir un futuro con Daniela; siempre se encuentra apoyándola, acompañándola.
Pese a que aún no cumplen un año de relación, la pareja se encuentra muy emocionada por su boda y están seguros de que una vez pase este trago amargo podrán unir sus vidas para siempre.
Debido a su padecimiento, Daniela requiere plaquetas en la sangre, mismas que son necesarias para el proceso de coagulación.
Víctor, siempre pendiente de la enfermedad y tratamiento de su amada, explicó a El Imparcial que a causa de la carencia de plaquetas, Daniela comenzó a sangrar por la nariz y las encías sin razón aparente; e incluso corre el riesgo de sufrir un sangrado interno.
Para evitar cualquier complicación, la joven recibe plaquetas cada tercer día… y así seguirá por los próximos ochos meses, tiempo que dura su tratamiento.
Las unidades que se aplican a Daniela son procedentes del Banco de Sangre, lugar donde ya deben siete, las cuales tienen que reponer, además de hacerse de muchísimas más hasta septiembre.
Daniela no se da por vencida. A pesar de que hace un tiempo recibió dos tipos de quimioterapias que no funcionaron, hoy sigue en pie de lucha con un nuevo tratamiento: quimioterapia vía venosa cada semana, y una más inyectada en el brazo cada tres días.
Víctor admira la ferocidad y tenacidad con la que su prometida enfrenta este padecimiento, cuya cura le ha ocasionado daño en las articulaciones hasta el punto de que no puede mover ni las manos.
«Sus ánimos están al cien. Le echa ganas porque quiere salir adelante; dice que no le reclama nada a Dios, y que ella solo le agradece la posibilidad de pelear», afirma Víctor.
Daniela solo tiene la oportunidad de visitar su hogar durante alrededor de cuatro días, momento que los médicos le permiten «descansar».
«Cuando termine esto nos vamos a casar, tenemos juntos poquito menos de un año y estamos haciendo planes a futuro, con la fe de que todo va a salir bien; ella se la lleva mirando vestidos de novia», contó Víctor durante la entrevista.
Con información de: El Imparcial