Por cuarta ocasión en cinco años un cineasta mexicano se alzó con el Oscar a la Mejor Dirección. Guillermo del Toro, como era ampliamente anticipado, se llevó a casa la estatuilla por su fastuoso romance entre una mujer muda y una criatura marina The Shape of Water, que además se impuso como Mejor Película.
«Soy un inmigrante, como mis compadres Alfonso, Alejandro, como Gael, como Salma y muchos, muchos de ustedes”, expresó Del Toro emocionado mientras el público lo ovacionaba.
«En los últimos 25 años he vivido en un país único, que es parte de aquí y parte de todas partes porque una de las cosas más hermosas de nuestra industria es que borra esas rayas en la arena. Sigamos haciéndolo”, agregó, y con humor señaló que donde más le “gusta vivir” es en Fox Searchlight, porque “en 2014 ellos escucharon una propuesta loca con unos dibujos, una historia y una maqueta y creyeron que esta historia de este ser anfibio y una mujer muda entre musical y thriller iba a funcionar. Quiero agradecerle a la gente que me ha acompañado en todo este recorrido”.
El minucioso maestro del cine de fantasía, que competía por primera vez en esta categoría, se midió con cuatro cineastas dignos de reconocimiento: los veteranos Christopher Nolan por Dunkirk y Paul Thomas Anderson por Phantom Thread, y los debutantes Jordan Peele por Get Out, y Greta Gerwig por Lady Bird. Pero todo parecía indicar que él sería quien se llevaría el honor el domingo, pues había arrasado con casi todos los honores esta temporada de premios.
Entre bambalinas, señaló que planeaba “ir a casa a ver a mi mamá y mi papá con estos dos”, señalando los dos Oscar que llevaba en las manos.