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Ciencia y Tecnología

Así son los nuevos lentes de contacto para diabéticos

Los nuevos lentes de contacto equipados con un biosensor que detecta los niveles de glucosa en las lágrimas, fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Ulsan (UNIST), en Corea del Sur.

El trabajo fue publicado durante enero en la revista Science Advances.
Este nuevo dispositivo fue desarrollado en conjunto por el profesor Jang-Ung Park de la Escuela de Ciencia de Materiales e Ingeniería, el profesor Franklin Bien de la Escuela de Ingeniería Eléctrica e Informática, ambos de la UNIST, y el profesor Jung Heon Lee de la Escuela de Ciencia de Materiales Avanzados e Ingeniería de la Computación de la Universidad de Sungkyunkwan.

Según el equipo de investigación, esta innovadora lente inteligente con componentes electrónicos integrados, es flexible y transparente, y es capaz de monitorear los niveles de glucosa a partir de las lágrimas. El equipo aún no ha sido probado en humanos. Sin embargo, se espera que el dispositivo ofrezca una manera indolora para medir los niveles de glucosa en un abrir y cerrar de ojos.

Para los pacientes con diabetes el monitoreo y control de los niveles de glucosa (azúcar en la sangre) es un paso esencial y crítico para el manejo adecuado de la enfermedad, principalmente quienes están bajo tratamiento con insulina.

El método más utilizado basado en enzimas, es una punción en el dedo, que resulta en pacientes renuentes a someterse al examen, ya sea por el dolor que el pinchazo les genera, por incomodidad, olvido, falta de tiras para medir o por hartazgo.

En las últimas décadas, se han realizado muchos intentos para controlar los niveles de glucosa en lágrimas con lentes de contacto inteligentes, pero los resultados han sido decepcionantes debido a lo poco que los pacientes los usan.

Para resolver problemas de incomodidad en lentes de contacto, el profesor Park y su equipo de investigación han presentado una nueva lente de contacto inteligente que utiliza electrodos compuestos de materiales altamente elásticos y transparentes. Esta lente clara y flexible también contiene un sensor de glucosa que envía señales eléctricas a un LED.

Con este sensor, los pacientes pueden transmitir su información de salud en tiempo real usando la antena inalámbrica integrada en la lente.
Durante el estudio, el equipo de investigación probó con éxito su prototipo en un conejo vivo a través de pruebas in vivo no invasivas. El conejo no presentó signos de comportamiento anormal durante los parpadeos repetidos de los ojos y el pixel del LED se apagó cuando las lágrimas presentaban una concentración arriba de los normal. Además, durante las operaciones inalámbricas, la lente inteligente podía mantener la temperatura del ojo estable sin un calentamiento brusco.

 

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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