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Política

Aprobación de Trump sube a 42% en EEUU: sondeos

La aprobación del presidente Donald Trump subió al 42%, según dos encuestas recientes, un aumento que podría deberse a datos económicos más optimistas de Estados Unidos, si bien la popularidad del líder republicano sigue siendo inferior a la de sus predecesores.

La calificación positiva de Trump aumentó de 35% a 42% de febrero a marzo, de acuerdo con la encuesta de opinión mensual divulgada el jueves por la cadena CNN y a otro estudio realizado conjuntamente por la agencia The Associated Press (AP) y el Centro de Investigación de Asuntos Públicos de la NORC.
Las dos encuestas tienen un margen de error de +/- 3.7-4.2 puntos porcentuales.

La administración de la economía más grande del mundo sigue siendo el punto fuerte del magnate inmobiliario convertido en presidente: más estadunidenses (48%) ahora aprueban cómo maneja la economía contra 45% que lo desaprueba, según la encuesta de CNN.

Los amplios recortes tributarios adoptados por el Congreso en diciembre también son un punto decisivo para Trump: el 46% de los estadounidenses encuestados aprueba la política fiscal del presidente, revela el estudio AP-NORC.

La aparente tendencia al alza en las calificaciones de aprobación de Trump no aparece en la encuesta semanal de Gallup, donde se ha visto estancado desde el pasado mes de mayo con una aprobación del 40%.

En comparación, después de 430 días en el cargo, el ex mandatario demócrata Barack Obama obtuvo una calificación de aprobación del 49% en marzo de 2010, el republicano George W. Bush de 79% (en el período posterior al 11/09 de los atentados terroristas de 2001 en Estados Unidos) en marzo de 2002 y Bill Clinton tuvo entonces 51% en marzo de 1994.

México

Sheinbaum defiende el debido proceso ante señalamientos contra Adán Augusto: “No habrá linchamientos políticos”

La presidenta Claudia Sheinbaum rompió el silencio sobre las recientes acusaciones en contra del senador Adán Augusto López, rechazando lo que calificó como un “linchamiento político” sin pruebas contundentes, y subrayando que su gobierno no encubrirá a nadie, pero tampoco permitirá juicios mediáticos.

Durante su conferencia “La Mañanera del Pueblo”, Sheinbaum respondió a la polémica en torno al exsecretario de Gobernación, quien ha sido vinculado públicamente con Hernán Bermúdez Requena, exjefe de Seguridad Pública en Tabasco y hoy prófugo, presuntamente ligado al grupo delictivo “La Barredora”.

La mandataria afirmó que cualquier acusación debe ir acompañada de evidencias claras y una denuncia formal. “Aquí no se cubre a nadie, pero tampoco vamos a permitir que se juzgue sin pruebas”, recalcó. Aclaró además que no existe, hasta ahora, ninguna investigación abierta contra el senador, aunque enfatizó que si la Fiscalía General de la República (FGR) tiene elementos, debe proceder conforme a la ley.

Sheinbaum confirmó que mantiene comunicación con Adán Augusto en su calidad de senador, pero acotó que esas conversaciones se centran únicamente en temas legislativos y no personales. Detalló que durante los periodos ordinarios del Congreso se reúne cada lunes con él y con Ricardo Monreal para revisar avances de leyes aprobadas o pendientes.

La controversia cobró fuerza tras la aparición del senador en el Consejo Nacional de Morena y la difusión de una supuesta carta de renuncia, que resultó ser falsa. En medio del revuelo, Sheinbaum fue clara al señalar que los casos como el de Adán Augusto no son equiparables al de Genaro García Luna, exfuncionario calderonista sentenciado en EE.UU. por narcotráfico.

Aseguró que el caso de Bermúdez Requena sí cuenta con una carpeta abierta y una orden de aprehensión vigente, pero hasta el momento no hay pruebas que impliquen directamente a Adán Augusto en actividades delictivas. Aun así, reiteró que cualquier persona, sin importar su militancia o cargo, será investigada si hay pruebas.

“No estamos de acuerdo con el linchamiento mediático. Tiene que haber pruebas y tiene que actuar la autoridad. Esa será nuestra posición siempre”, concluyó.

La presidenta cerró su posicionamiento reiterando el compromiso de su administración con el estado de derecho, dejando claro que en México la justicia no se aplicará por presión política ni por escándalos mediáticos, sino por evidencia concreta y procesos legales.

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