Más de 115 millones de animales son usados en los laboratorios alrededor de todo el mundo, de acuerdo con Lush Prize, organización que premia a las iniciativas científicas y campañas que trabajan para eliminar o reemplazar la experimentación animal, especialmente en el área de investigación toxicológica.
Perros, gatos, ratones, atas, peces, hámsteres, conejillos de India, changos y aves son asesinados en el mundo diariamente.
Según la organización PETA (People For The Ethical Treatment Of Animals) afirma que antes que los animales estén muertos, algunos son forzados a inhalar gases tóxicos, otros son inmovilizados en dispositivos de retención durante horas, a algunos otros se les perforan sus cráneos y otros más se les quema su piel o se les aplasta su médula espinal.
Además, del tormento que significa que experimenten con ellos, los animales de laboratorios son privados de todo lo que es natural e importante para ellos.
Están confinados en jaulas, socialmente aislados y psicológicamente traumatizados.
Los animales pensantes y sensibles que se utilizan en los experimentos se tratan como nada más que un equipo de laboratorio desechable.
NO TODOS LOS ANIMALES SON REPORTADOS POR LAS NACIONES
El organismo asegura que de acuerdo con autores concluyen que esta cifra está “subestimada”, ya que también son excluidos los invertebrados.
Según Lush Prize se desconoce la cifra exacta de los animales usados en experimentación, debido a que las estadísticas no están disponibles en todos los países del mundo.
En ocasiones lo anterior se debe a que la nación no tiene leyes en esta materia o simplemente no recaba estos datos”, señala en su página de internet.
Cita el ejemplo de Japón que tiene un sistema de autorregulación y no le es necesario realizar encuestas sobre el número de animales utilizados en laboratorios.
En el caso de Canadá, solo los laboratorios que reciben fondos de investigación de las agencias nacionales deben enviar sus estadísticas.
En los países donde sí tienen cifras, generalmente excluyen animales como los que fueron asesinados para suministrar tejidos (un 21% adicional de animales sobre las cifras publicadas); animales genéticamente modificados utilizados solo para mantener colonias de reproducción (un 34% adicional); animales criados para su uso en laboratorios, pero eliminados como «excedentes de los requisitos» (50% de ratones y ratas según las cifras de la industria); algunos animales jóvenes en etapas tempranas de desarrollo (formas fetales y embrionarias); y ciertas especies de invertebrados.